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Nacho Martínez Futbolista del CD Tenerife

Nacho Martínez: "La exigencia está muy bien, pero los premios se dan en mayo"

Nacho Martínez analiza el comienzo de temporada del Tenerife y comparte su experiencia en sus dos ascensos a Primera. El lateral recomienda "tener paciencia" e insistir hasta el final.

Nacho Martínez, celebrando el gol que marcó en el partido contra el Sporting. Andrés Gutiérrez

Nacho Martínez García (Madrid, 7/3/89), uno de los fichajes del Tenerife del pasado verano, conoce al detalle el camino que espera recorrer el equipo blanquiazul en la Liga 22/23. El lateral zurdo ascendió a Primera dos veces con el Valladolid, una aprovechando la recta final para entrar en el playoff y otra apurando al máximo la vía directa.

¿Cómo le dejó el triunfo del domingo ante al Granada?

Nos hacía falta un partido así, que se diesen las cosas para reafirmar lo que estábamos trabajando. Hay que seguir en esta línea para reforzar todo lo bueno y encarar lo que viene con más confianza.

Lo relaciona con un proceso y no con un momento puntual.

El cuerpo técnico propone una idea. Entre lo que ya estaba afianzado desde la temporada pasada y el granito de arena que aportamos los nuevos, vamos cogiendo esa forma de jugar. Se va plasmando.

Se supone que todo es más fácil teniendo el resultado a favor.

Llevábamos unos partidos teniendo que jugar a remolque. Adelantarse es importante, porque te da seguridad. Tenemos que trabajar en eso, en intentar marcar primero y hacernos fuertes. Si se puede ampliar la ventaja, mejor, pero tenemos que defender y darle valor a los resultados positivos.

Entonces, ¿el equipo ya va cogiendo camino tras un inicio condicionado por las lesiones?

Al principio se dieron algunos inconvenientes. Parecía que nos costaba arrancar. Pero estas victorias dan confianza. Pronto terminaremos de recuperar a los compañeros que están saliendo de lesiones. El equipo se verá fortalecido. Nos caracterizamos por tener un grupo fuerte, así que cuantos más estemos disponibles, mejor.

¿Encuentra una causa común dentro de la racha de lesiones?

El equipo trabaja con mucha intensidad. En los partidos se plasma lo que hacemos durante las semanas. Entrenamos como animales, nos exigimos al máximo en la competición y, por desgracia, llegan las lesiones musculares. Ojalá se vayan reduciendo y duren cada vez menos para poder tener a todos los compañeros disponibles.

Usted lo lleva bien.

Sí, me encuentro bien. Estoy en un proceso de adaptación. Voy poco a poco, de menos a más. En el plano individual voy teniendo mejores sensaciones cada día. Se trata de sentirse bien para sumar.

Tampoco ha tenido lesiones graves durante su carrera.

Una vez tuve que parar un mes y poco por un golpe fortuito en la rodilla. Toco madera. Nunca he tenido lesiones musculares ni nada más allá de un golpe, una torcedura o un esguince leve. Son lances del juego que se producen. Las lesiones son el mal del futbolista.

«Al llegar al club noté el mal sabor de boca de haber estado cerca de ascender, pero el futbolista resetea para tener otra oportunidad»

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Volviendo a la marcha del Tenerife. Ya son ocho jornadas seguidas sumando. Les falta ganar fuera. ¿Qué intuición tiene?

El equipo está a un gran nivel en casa, pero fuera sí nos queda ese puntito para conseguir una victoria. Llegará más pronto que tarde, seguro. Ese triunfo nos dará un golpe de moral para continuar apretando lejos del Heliodoro.

¿Estas once jornadas le dan para sacar conclusiones con las opciones del equipo en la Liga?

Todos conocemos esta Liga, sabemos cómo funciona. Es muy larga. Va de menos a más y hay que tener paciencia. Es cuestión de ir poco a poco, confiando en lo que haces, dando pasos pequeños pero firmes... Estamos en ello.

De los descendidos, solo el Alavés está en la parte alta. En cambio, por ahí aparecen equipos como el Cartagena, Burgos o Albacete. ¿Es significativo?

Esto acaba de empezar. Llevamos solo once jornadas. Hay equipos que empezaron con fuerza porque hicieron buenas pretemporadas. Luego están los que bajaron, que tienen la necesidad de estar arriba. Estando en el Valladolid, nos costó arrancar el año pasado, pero una vez que cogimos el ritmo adecuado, nos mantuvimos firmes en los puestos altos. En esta Liga no tiene por qué pasar lo mismo. Parece que los equipos descendidos no están ganando con facilidad y hay otros que empezaron muy bien. Tenemos que preocuparnos de lo nuestro y creo que estamos trabajando bien. Son muchos los que luchan por meterse arriba, pero solo los más estables son los que lo conseguen.

¿Entiende que haya prisas por ver al Tenerife en los primeros puestos de la clasificación?

Entiendo que haya quedado la pena de no haber logrado el ascenso a Primera la temporada pasada, pero estamos en una campaña totalmente distinta. Está muy bien que nos exijan que estemos arriba, porque eso también nos motiva, pero hay que ir poco a poco, sin mirar más allá, porque los premios se dan en mayo y estamos en octubre. Queda mucho. Hay que ir asentando las bases y pensar en el corto plazo y no en el final.

Lo dice alguien que conquistó dos ascensos a Primera.

Si es una suerte vivir uno, imagínate dos. Es una pasada. Fueron muy diferentes. En uno nos metimos en el playoff en la última jornada y, con ese empuje, conseguimos ascender –con el Valladolid en 2018–. En el otro, que fue la temporada pasada, lo hicimos de manera directa en la última jornada –también con el Valladolid–. Coqueteamos varias veces con ese objetivo y no lo conseguimos hasta el final. Por eso digo que muchas veces se cae en el error de querer estar arriba desde el primer momento. Pero los ascensos se consiguen en las últimas jornadas, así que hay que tener paciencia. Esto tampoco debe llevarnos a estar dormidos o a esperar. Hay que trabajar día a día y saber que con confianza y motivación, los objetivos se acaban alcanzando.

Ahora que lo menciona, ¿cómo vivió la última jornada de la Liga 21/22? El Valladolid llegó a dos puntos de los dos primeros, Eibar y Almería, y ascendió.

Llegamos en una buena dinámica. Teníamos claro que estábamos obligados a ganar, no concebíamos otra cosa. Jugamos contra el Huesca, que no tenía ninguna aspiración. Teníamos que ganar y esperar. Confiábamos en que el Almería o el Eibar pincharan en Leganés y Alcorcón. Al final falló el Eibar. Fue una pasada, una alegría inmensa. Es confiar e insistir hasta el último momento, porque a veces las cosas pasan, y no por casualidad, sino porque había un trabajo hecho y motivación.

¿Al llegar al Tenerife notó la huella de la decepción en la final del ‘playoff’ de ascenso?

Lógicamente había un recuerdo y el mal sabor de boca de haber estado tan cerca, pero el futbolista, cuando lo asimila y se da cuenta de que ya ha pasado, resetea y se centra en lo que viene, en una Liga en la que tiene que demostrar que está en un buen equipo y en el deseo de estar lo más arriba posible para tener otra oportunidad.

¿Cuándo se disputó la promoción sabía dónde iba a jugar?

No tenía ni idea. Estábamos a la espera. Me dediqué a disfrutar después de un año muy exigente. Vi algún resumen, pero necesitaba desconectar, limpiar la mente y dedicarle tiempo a mi familia.

Ahí apareció Cordero.

Incluso sin saber si iba a seguir o no en el Valladolid, se interesó por mí. Estuvo pendiente de todas las situaciones. Tenía claro que me quería fichar y, al final, acepté después de tomar una decisión consensuada con mi familia y meditada para elegir lo mejor posible. Cordero tuvo mucho que ver.

¿Y el entrenador, Ramis?

A través de Juan Carlos (Cordero) me mostró su ilusión, que quería contar conmigo. Desde el primer día me ha dado confianza. Eso es importante para que un jugador pueda dar su mejor versión.

¿Ayudó también saber que iba a tener como compañeros a jugadores como Soriano, Carlos Ruiz, Aitor o Enric Gallego?

Intentas acertar en la decisión, y fue un punto a favor que se mantuviese el bloque que ya había.

Es un futbolista de etapas largas. ¿Es su idea en el Tenerife?

No es lo habitual que un jugador pase tantas temporadas en un club. Tuve la suerte de estar cinco años en el Rayo y cinco en el Valladolid. Disfruté mucho de las dos etapas profesional y personalmente, como experiencia. Inicio otra en Tenerife, y si estoy aquí es porque Cordero fue el que más apostó y más decidido estuvo.

Pasó de la cantera del Atlético de Madrid a la del Osasuna. ¿Cómo fue esa transición?

Estuve tres años en el Atlético en la etapa juvenil. Al acabar, el club decidió que no diese el salto al filial. Se me abrió la puerta de jugar en Tercera sin salir de Madrid (Alcobendas). Fue muy enriquecedor. Pasé de competir con gente de mi edad a hacerlo con jugadores que casi podían ser mis padres. Crecí mucho como futbolista y como persona. A partir de ahí aparecieron varios clubes que me ofrecieron que me incorporara a sus filiales, pero el Osasuna fue el que más insistió. Pasé dos años muy buenos en su filial, aunque en ese momento era difícil subir al primer equipo. Influyó que, a lo mejor, tampoco estaba preparado para dar ese salto. Pero lo disfruté mucho. Si pudiera volver a esa etapa, tomaría la misma decisión.

«La gente de Tenerife no me ha sorprendido. Se siente el empuje que te da en los momentos más complicados»

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Y volvió a Madrid.

Al filial del Getafe un año. Luego me incorporo al Rayo B.

En el Rayo no tardó en debutar con el primer equipo. ¿Ese es su recuerdo más grato?

Al poco tiempo empecé a entrenar con los profesionales porque solo tenían un lateral izquierdo. Pude estrenarme en la Copa del Rey ante LasPalmas. Me quedé con la sensación de que el debut en Primera División podía estar cerca. Aprovechando una sanción del lateral izquierdo que había, pude jugar en la Liga contra el Mallorca en Vallecas. Fue un sueño cumplido. Cuando empiezas a jugar al fútbol, tu deseo es llegar a Primera y estar con los mejores.

¿Con qué se queda?

Con haber jugado en Primera. Es el sueño que tenía, por lo que luché desde pequeño. Pude disfrutar de lo que realmente quería, que era jugar al fútbol a ese nivel.

Estamos hablando del Rayo Vallecano de Paco Jémez.

Los tres primeros años fueron muy bonitos. Aquel equipo jugaba muy bien. Salíamos en todos lados por nuestra filosofía de juego. Lo recordamos con mucho cariño. Disfrutábamos jugando.

¿Fue el entrenador más influyente en su carrera?

Todos te influyen un poco, de todos se aprende para bien o para mal. Paco marcó una época en el Rayo y todo el mundo lo recuerda con cariño. Aquel equipo disfrutaba en el campo y también hacíamos disfrutar a la gente. Se trata de eso, de que el público se vaya contento a casa y quiera volver. Cuanta más gente, mejor. El futbolista se nutre de eso para rendir.

¿Fue siempre un lateral puro? Por su presencia ofensiva se podría pensar otra cosa.

Alguna vez jugué de extremo o de carrilero, pero en casi todos los partidos fui lateral. Es verdad que una de mis virtudes es el ataque, aunque sé hay que trabajarlo todo, también la parte defensiva. No todo en los partidos pasa en la fase ofensiva, hay que saber manejar cada uno de los registros.

Lleva dos asistencias y un gol. ¿Cómo fue marcar el tanto al Sporting en el Heliodoro?

Fue bonito, porque aquí la gente empuja. Además, fue un gol que sirvió para sumar. La pena fue no ganar. Siempre es bonito marcar y más delante de tu gente. Te motiva y te ayuda a ir a más.

¿Le gusta el ambiente que se genera en el Rodríguez López?

La gente de Tenerife no me ha sorprendido. Anima y se está acercando al estadio para ver los partidos. Se nota ese empuje que te dan en los momentos más complicados. Vamos a necesitar a la afición. Nosotros daremos lo mejor para que la gente se sienta contenta y siga acudiendo al estadio.

Su primera vez en el Heliodoro fue con el Getafe B en 2012. ¿Se sitúa en aquella mañana?

El tiempo pasa muy rápido. Por eso digo que hay que quedarse con las buenas experiencias y espero vivir muchas en este club.

¿Tiene la sensación de que ha encajado bien en el Tenerife?

Hay que intentar tener a la gente contenta. Lo que queremos es dar lo mejor y poner nuestras virtudes al servicio del equipo para que crezca. Lo seguiremos intentando para que la gente sea partícipe de las alegrías, y si vienen días duros, que estén con nosotros para llegar lo más lejos posible.

¿Le parece un club especial?

Llevo poco, pero desde el primer día nos han tratado muy bien y nos ayudan en todo lo posible. Ojalá pueda disfrutar mucho aquí y vivamos buenos momentos.

¿Y el plantel, el vestuario?

Nos aceptaron muy bien a todos los nuevos. Es un grupo sano que va a una, no hay ninguna diferencia entre nadie y eso es importante. Pasamos mucho tiempo juntos y si estamos unidos, añadimos un factor que también tiene su influencia en los partidos.

En ese grupo van asomando los canteranos. ¿Le sorprende la participación de Teto?

Tienen muchas ganas y hambre, y se ven con opciones de tener minutos. Hay que aprovechar a estos jugadores y darles confianza para que se vayan involucrando en el primer equipo. Merece la pena probarlos. Creo que pueden tener mucho crecimiento.

Ya conocía a Waldo. Coincidió con él en el Valladolid. ¿Se ha visto todo su potencial?

Vino con muchas ganas de hacer las cosas bien. Tuvo un pequeño contratiempo en forma de lesión, pero nos puede dar muchas variantes y actividad ofensiva.

En general, ¿cuáles son los puntos fuertes del Tenerife?

La unidad, el compromiso, el sacrificio y, sobre todo, la humildad de saber que tenemos que ir todo juntos. Si no, nos equivocaremos. Esos valores están claros y si no, hay refrescarlos, porque es necesario no perder la identidad.

Antes comentó que va poco a poco en la adaptación. ¿Le está gustando vivir en Tenerife?

El cambio es grande. Estaba acostumbrado a vivir en Madrid y en Valladolid, que son lugares un poco más fríos. Aquí parece que todavía estamos en verano. Nos estamos adaptando bien y la gente nos está mostrando su cariño, que también es importante para que el proceso sea más rápido.

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