Habrá un nuevo intento por Sam Shashoua (Londres, 1999). La dirección deportiva blanquiazul no arroja la toalla y cree que todavía hay margen para un acuerdo de renovación con el futbolista británico, que acaba contrato en junio y se encuentra en Estados Unidos tras operarse de una pubalgia que le ha acompañado durante varios meses. La intención de Juan Carlos Cordero es abordar este asunto en cuanto Shashoua regrese de Filadelfia, donde se puso en manos del prestigioso doctor Meyers para restañar sus dolencias y recuperar su nivel más reluciente.

El deseo del CD Tenerife es alcanzar un acuerdo que satisfaga plenamente a todas las partes y que permita a la entidad insular negociar desde una buena posición ante los numerosos pretendientes que podrían aparecer por Shashoua el próximo verano. De hecho, varios clubes de Primera ya preguntaron por el inglés (Cádiz, Rayo, Almería...) en la última ventana estival, pero no llegaron a presentar una oferta en firme por dos motivos: la negativa del representativo a vender por debajo del precio fijado como cláusula de rescisión y las dudas que planteaba el irregular rendimiento de Shashoua, lastrado por su lesión hasta el punto de que solo pudo acabar 19 de los 34 partidos que jugó en el curso anterior.

Argumentos de peso

En el club confían en que el jugador tenga en consideración todas las facilidades que se le han brindado para operarse en un momento altamente sensible, con la temporada en juego y en una situación de precariedad de efectivos para Luis Miguel Ramis. Además, ha sido el futbolista quien ha elegido cuándo, cómo y dónde pasar por el quirófano. Por si fuera poco, se le ha permitido completar la recuperación lejos de la Isla y sin la supervisión diaria de los médicos blanquiazules en una decisión sin precedentes; y se ha dado por buena la hoja de ruta establecida por los especialistas norteamericanos, que pautaron una recuperación de cuatro semanas en Estados Unidos (va por la tercera) y luego una quincena de puesta a punto que ya Sam completaría junto a sus compañeros en la Isla.

Hasta la fecha, todos los intentos de la dirección deportiva por lograr un satisfactorio acuerdo de renovación con Shashoua han pinchado en hueso. No en vano, el discurrir de los acontecimientos se parece mucho al que desembocó en la ruptura definitiva con Álex Muñoz, que finalmente se marchó al Levante. No obstante, desde el club recuerdan que en el caso del lateral alicantino sí hubo un acuerdo in extremis –que era válido solo en caso de ascenso– y también con Sam harán una intentona final para evitar que se vaya libre y sin dejar un euro en la caja de caudales.

La última negociación acabó de forma abrupta en un restaurante próximo al hotel Mencey. Las distancias entre la propuesta económica del club y la que planteaban los agentes de Shashoua –de la empresa Interstellar– eran siderales;y desde el club se interpretó aquella grieta como la escenificación de un adiós para siempre. No obstante, desde entonces hasta ahora se han escrito varios nuevos capítulos en la relación del mediapunta con el Tenerife, que no ha podido disponer de sus servicios durante varias semanas tras aceptar en verano que el tratamiento conservador –como así defendía el entorno del futbolista– era la solución más adecuada para sus molestias insistentes en el pubis.

La lesión del británico ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para el futbolista, pero también para el cuadro técnico. De hecho, durante la concentración estival en Pinatar Arena se produjo su visita a un reputado especialista en la Península para explorar si había opciones reales de recuperar su mejor nivel sin pasar por el quirófano. Por aquel entonces las previsiones eran eminentemente optimistas, hasta el punto de que Shashoua compareció ante los medios, dio por «olvidada»su lesión y aseguró que había aprendido a convivir con el dolor. Nada más lejos de la realidad, la pubalgia se reprodujo con toda su crudeza y no le permitió jugar más que tres partidos.

El club siempre defendió que era mejor una intervención quirúrgica antes de iniciar la temporada, como así ocurrió en el caso de Elady Zorrilla. Pero una vez llegados a este punto, la principal preocupación en el Tenerife es conseguir de Shashoua su mejor nivel. Están convencidos en el club que el inglés pondrá todo de su parte para dar el máximo de sí mismo, pues incluso si ya hubiera decidido irse, se juega que se le surjan ofertas apetecibles y conseguir un contrato de postín para el curso que viene.