El empate del pasado viernes contra el Real Sporting (1-1) ha causado una honda preocupación en los jerarcas del representativo, especialmente en su presidente, que ve cerca su final y no querría ceder el testigo en una posición clasificatoria peliaguda para el CD Tenerife, ahora con un estrecho margen respecto a los puestos de descenso y en una situación muy lejos de ser la deseada por dirigentes y aficionados. Los plazos inicialmente establecidos para el relevo se mantienen, porque así quedó firmado ante notario después del acuerdo sellado por cuatro de los accionistas de referencia en El Vaticano; pero en todo caso las fechas podrían modularse.

El plan. El encuentro de los actores principales del bautizado como Pacto de Roma se vieron el pasado viernes a mediodía en la sede del grupo de empresas de Miguel Concepción, quien ejerció como anfitrión de Conrado González, Amid Achi, José Miguel Garrido (futuro primer accionista de la sociedad) y el futuro presidente, Paulino Rivero. En un clima de cordialidad y buenos deseos para la nueva etapa que se abre en el representativo, cerraron los detalles de la sucesión en un largo almuerzo de trabajo; y de paso se conjuraron para evitar filtraciones innecesarias en las semanas que vienen.

Comparecerá Concepción. A día de hoy, cobra fuerza la fecha del martes 25 de octubre para la comparecencia pública del presidente saliente, en quien recaerá la responsabilidad de presentar el acuerdo suscrito en Roma y que tiene tres propósitos fundamentales: garantizar la viabilidad futura del Tenerife, brindarle al club un impulso en la esfera deportiva y ofrecer una transición tranquila, en la que los actuales altos cargos se pondrán a disposición de los gestores entrantes para facilitar el traspaso de poderes. Por tal motivo fue especialmente significativa la presencia el viernes –primero en la reunión y luego en el palco– del que será nuevo director general de la entidad, Santiago Pozas Arjona, tal y como informó EL DÍA la semana pasada.

El porqué de esta fecha. Fijar para mucho antes del 25-O la rueda de prensa de Concepción –a la que prevé asistir también Garrido– podría distraer el foco del ámbito estrictamente futbolístico en las semanas venideras, marcadas por la sobrecarga de partidos. De hecho, el Tenerife jugará hasta tres consecutivos la próxima semana. El actual máximo mandatario blanquiazul confía en que la situación deportiva se estabilice pronto, para así poder anunciar que deja la institución saneada económicamente y en una posición desahogada en la clasificación. Esa es ahora su principal inquietud y preocupación.

Una imagen muy gris. En el club no han gustado algunas de la señales emitidas por el plantel en las jornadas inaugurales. El desasosiego es compartido por los dirigentes salientes y los entrantes; y tanto unos como otros han conversado a este respecto con el director deportivo, Juan Carlos Cordero. Hay coincidencia generalizada en cuanto a las causas que han motivado esta trayectoria errante, entre ellos la tardía llegada de los refuerzos y el alto número de lesiones. Pero no han gustado los numerosos errores de concentración, mucho menos la falta de activación e intensidad que se ha visto en duelos recientes como el del Ibiza o el del propio viernes contra el Sporting.

Meses de cortesía. La situación por todos deseada para un relevo tranquilo y sin contratiempos es un escenario deportivo sin precariedad de puntos ni urgencias clasificatorias. De hecho, uno de los acuerdos alcanzados entre los principales actores del proceso es que no se tomarán decisiones drásticas ni habrá grandes giros de timón en el venidero trimestre, tramo elegido para una transición compleja, pues cae un régimen que ha gobernado el club sin pausa durante 16 años consecutivos. Ahora bien, si hubiera que tomar decisiones de peso –por ejemplo alguna renovación o un fichaje fuera de mercado, hoy por hoy improbable– se tendría en consideración no solo la opinión de los jerarcas vigentes;también la de los que van a acceder al club.

Garrido se fue ayer. Fue el del nuevo primer accionista blanquiazul un viaje relámpago pero muy productivo. El inversor peninsular ya había estado en la Isla con motivo del partido anterior frente al Málaga, disputado en lunes; pero fue en esta ocasión cuando pudo presentarse con Pozas y testar los ánimos del futuro presidente, Paulino Rivero, con quien ya han tenido ocasión de trazar las líneas maestras del Tenerife que viene. Con muchos cambios, pero sin la intención de hacer ruido ni generar una inquietud innecesaria en los empleados de la entidad, que viven este proceso con altas dosis de incertidumbre.

El sexto nombre. Queda mucho por hacer y todo será más fácil si la situación deportiva acompaña. Entre las tareas que quedan pendientes después del cónclave del viernes está la elección de un sexto consejero. Por confusión se divulgó como miembro de la futura directiva el nombre del notario que formalizó el acuerdo (José Yeray Molinillo), si bien no se demorará mucho el último de los fichajes para un consejo donde solo repetirán Samuel Gómez y Conrado González Bacallado.