Un paso adelante. Para las últimas horas se esperaba una señal por parte de Paulino Rivero –expresidente del Gobierno de Canarias y favorito para la sucesión en la presidencia de Miguel Concepción– y este gesto ya se ha producido. El dirigente nacionalista ha confirmado su asistencia a un encuentro con los cuatro actores principales del bautizado como Concilio de Roma, escenario donde sellaron un nuevo reparto accionarial para el CD Tenerife que luego se llevó y firmó ante notario.

El decisivo cónclave será en vísperas del próximo partido en casa, ante el Real Sporting, puesto que José Miguel Garrido –que será nuevo primer accionista del club– tiene previsto viajar a Santa Cruz para ver in situ las evoluciones del equipo, como ya hizo en la victoria frente al Málaga. A la reunión asistirán el actual dirigente blanquiazul, Miguel Concepción; su vicepresidente, Conrado González; y el presidente del Grupo Número Uno, Amid Achi.

Para tal fecha se han dejado los últimos flecos que quedan por resolver antes de que Rivero asuma la presidencia. Como ya apuntó ayer EL DÍA, el expresidente de Coalición Canaria ha pedido tiempo y ha puesto condiciones. Estas últimas serán todas aceptadas. En cuanto a su plazo para decidir, expira este mes de septiembre, pero ya para el citado partido del día 30 se prevé que pueda sentarse en el palco como virtual futuro presidente de la institución blanquiazul.

Rivero presidiría un consejo de administración con otros cinco miembros, uno de ellos Conrado González. El resto de grandes accionistas (Concepción, Achi y Garrido) desestiman tener silla propia en la nueva directiva, pero todos contarán con representantes en el principal órgano de gestión tinerfeñista.

Milagros Luis, fuera

El pacto de Roma se llevó con tanto sigilo que algunos administradores de la institución blanquiazul se han enterado de lo acontecido en la capital italiana –en el hotel NH Collection– a través de los medios de comunicación. No obstante, una de las consejeras del actual gobierno, Milagros Luis Brito, ya intuía que sería descartada para formar parte de la directiva entrante. Poco influye su evidente afinidad con Paulino Rivero, por cuanto ha perdido la confianza de los accionistas de referencia. Así lo evidenció que no fuese la elegida para presentar la campaña de abonos, responsabilidad que recayó en Samuel Gómez Abril; y que, contra todo pronóstico, luego se quedara fuera también de la comitiva para ir a ver al Papa. La sorpresa fue mayúscula, pues había sido ella quien había explicado en qué consistiría el viaje en los medios de comunicación. Además, era la coordinadora de los actos del Centenario y la delegación tinerfeñista fue muy numerosa.

A la exconsejera de Educación –cargo que justamente ocupó durante la presidencia de Rivero– se le excluyó del viaje porque los accionistas más importantes querían que estuviese lejos de las negociaciones para conformar el nuevo reparto accionarial; pero también fue aquel un claro indicio de que su trabajo para el club ya no cuenta con el respaldo y beneplácito de la presidencia.

No era una inocentada


28 de diciembre de 2014. En el torneo de fútbol de Arona, Paulino Rivero respondía por vez primera a las especulaciones periodísticas que le situaban como una alternativa real para suceder a Miguel Concepción. No lo descartó. Fue un testimonio que tuvo mucho impacto, por cuanto ya parecía seducirle la idea de dirigir una institución a la que se siente muy próximo. Primero, como aficionado acérrimo desde hace décadas; después, porque llegó a ser comentarista radiofónico de los partidos del club en Primera; y por último, por su mediación crucial con la convocatoria de La Ermita, ahora hace más de 16 años, con el propósito de salvar a la institución y buscarle un nuevo presidente. Entonces, fue él quien aupó a la dirección del club a Miguel Concepción; ahora, los papeles se invierten y será el jerarca palmero quien le dé la bienvenida en la Junta General prevista para diciembre.