Transcurridas las dos primeras jornadas del campeonato, solo un futbolista proveniente de la cantera parece haber convencido a Ramis. Se llama Alberto Martín, viene de hacer dos cursos excelsos en los filiales blanquiazules y en su pretemporada fue sensacional. ¿Los demás? A seguir esperando... o buscarse una salida.
Solo quedará Teto. El transcurrir de los primeros días de competición oficial para el Tenerife no ha hecho sino confirmar los peores presagios respecto al protagonismo e influencia de la cantera. Otra vez más, la historia se repite. Así, uno a uno han ido cayéndose todos los talentos de la factoría de Geneto que aspiraban a hacerse con un hueco en los planes y esquemas del primer equipo. Excepto Díaz Martín, añada de 2001, que está a otro nivel.
Los primeros descartes entraban dentro de la lógica. Jóvenes como Matías Cedrés, que ya hallaron su premio con su estreno en los amistosos del verano; o incluso Elliot Gómez, que volvía de una cesión y se ha marchado de nuevo para emprender otra. Más llamó la atención la exclusión de Jorge Padilla, que a las primeras de cambio se quedó en tierra cuando Ramis dio la lista para viajar a Pinatar.
Ahora bien, llegados a las vísperas de la tercera jornada y cuando el mercado entra en su fase definitiva, nadie más que Teto puede confiar en un futuro próspero y a la vera de los mayores. Las más grandes decepciones se las han llevado dos laterales, Yeremy Socorro y David Rodríguez, que llegaron a soñar con que el club no fichase en sus respectivas demarcaciones y así pudieran quedarse toda la temporada. En el caso del jugador zurdo y a tenor de las palabras emitidas por Juan Carlos Cordero este pasado miércoles, todavía conserva un mínimo resquicio para la esperanza.
El caso de Socorro es especialmente doloroso. Por edad y sin sospecharlo se quedó fuera de la primera convocatoria del curso (para el partido de Éibar) y aquella decisión fue el preludio de su muy probable salida a préstamo, que se está acabando de cocinar justo esta misma semana. Hace tan solo dos meses de una amargura doble para el canterano, que se quedó sin el ascenso a Segunda RFEF con el filial (se habría quedado para ser su capitán en caso de subir) y también sin la alegría grande de que el primer equipo subiese a Primera. Socorro llegó a firmar un nuevo contrato, pero no parece haber superado la última criba de Ramis.
Paisaje igual de funesto le espera a David si se mantiene la tendencia de las dos primeras jornadas. Fue convocado, pero no jugó. Y en idéntica tesitura se halla Ethyan, que tendrá que buscarse salida si no quiere permanecer otro año más en una categoría evidentemente pequeña para él, como es la Tercera.
Así que como en los juegos de eliminación o en los programas de telerrealidad, solo ha quedado uno. Se llama Teto y en su caso ha derribado con toda la fuerza las puertas del primer equipo. Y en este caso sí, parece claro que Ramis le tiene fe. Tuvo un rato en Ipurua y otro contra el Lugo. «Tiene desparpajo, es vertical y aporta», celebra el técnico de los blanquiazules, quien dice estar «muy contento» con la pretemporada que hizo; también con los minutos a cuentagotas que le ha dado en la liga. En Valencia tendrá otra oportunidad.
