El cuadro técnico que encabeza Luis Miguel Ramis tendrá que ingeniárselas durante los partidos que faltan en agosto y previsiblemente también los del venidero septiembre con solo tres pivotes en nómina (José Ángel Jurado, Aitor Sanz y Alexander Corredera) y con la posible necesidad de que alguno tenga que ser utilizado fuera de su posición natural, como ocurrió el sábado en Ipurua ante la orfandad de refuerzos en la demarcación de extremo diestro.
Las circunstancias actuales reducen a la mínima expresión las opciones para Ramis, toda vez que con Javi Alonso se han cumplido los pronósticos y su reciente visita al especialista que supervisa su rehabilitación, el doctor Mikel Sánchez, ha confirmado que acusa una meniscopatía (conjunto de lesiones a los meniscos de la rodilla como la inflamación, el desgaste o la alteración de los mismos). Estará indisponible durante las próximas semanas, lo mismo que un compañero suyo de parcela como es Pablo Larrea, a quien el entrenador espera «de vuelta en tres, cuatro o cinco semanas», a las que habría que añadir las necesarias para su puesta a punto con el grupo.
Ante tales inconvenientes cabe reajustar la posición de Sergio González, aunque de momento el cuadro técnico le considera central, y además con opciones de ser titular como ya ocurrió el sábado.
