El capitán del Tenerife fue titular en la jornada inaugural de ocho de las nueve últimas temporadas. Solo se perdió la de agosto de 2015 por la lesión que le impidió competir durante casi un año. El centrocampista madrileño ha vivido inicios prometedores, como el de 2021, y otros preocupantes. Recomienda partir de cero en cada campaña.
Aitor Sanz solo se perdió una de las últimas nueve jornadas inaugurales de Liga. Faltó en la de agosto de 2018, en Tarragona, por la lesión que le impidió jugar durante un año. En las demás sí estuvo; como pasará con la de la campaña 22/23, la que medirá al equipo tinerfeño con el Eibar este sábado en el estadio de Ipurua.
A las puertas de comenzar su décima temporada consecutiva en el Tenerife, el centrocampista madrileño ha vivido comienzos de todo tipo. Fue titular en las derrotas ante el Alcorcón y la Ponferradina, en 2013 y 2014, con Álvaro Cervera en banquillo; tuvo que asimilar el 6-3 en contra en el campo del Numancia, en agosto de 2015, bajo la mirada de Raúl Agné; entró en el once de los dos inicios con Martí, frente al Córdoba en El Arcángel (1-0) y el Zaragoza en el Heliodoro (1-0); y también empezó jugando las tres Ligas más recientes, en los duelos con el Zaragoza (2-0), Málaga (2-0) y Fuenlabrada (1-2), teniendo a López Garai, Fran Fernández y Luis Miguel Ramis como entrenadores en cada caso. Sanz jugó con todos desde la jornada uno.
A uno de los 302 partidos oficiales con el Tenerife, y cerca de cumplir 38 años, Aitor se muestra «con muchas ganas» de que la nueva Liga coja camino. «Las pretemporadas son largas y en ellas hay mucha carga de entrenamientos, y lo que nos gusta a los futbolistas es la competición, sentir ese gusanillo de cada semana», añadió en los canales de comunicación del Tenerife. Pensando en lo que está por venir dentro de nada, avisó que la temporada que está a punto de comenzar será «muy complicada», y no ocultó su incertidumbre por saber «cómo reaccionará el equipo» en Eibar y «ver hasta dónde podrá llegar» al final de la Liga.
En teoría, el Tenerife partirá con ventaja de haber demostrado que es capaz de, al menos, alcanzar la final de la promoción de ascenso a Primera. Pero Sanz avisa que nada de eso valdrá en Ipurua. «No sirve de mucho mirar el pasado ni lo que hicimos», opinó el capitán. «En esta Liga hay clubes con presupuestos superiores al nuestro, pero seguiremos en nuestra línea, trabajando con humildad y orgullo, sin creernos ni mejores ni peores que nadie, y peleando cada partido a muerte, como si fuera el último», indicó.
Puede que el Tenerife no esté a la altura del potencial económico de otros, pero sí funciona con un engranaje engrasado, con unos futbolistas que se «identifican» con la idea de juego de Luis Miguel Ramis. «Estamos convencidos de que el camino que nos marcan el míster el cuerpo técnico es el adecuado», apuntó Sanz. «Encajamos a la perfección, aunque esto es deporte y la competición te pone donde te pone, pero empezar de esta manera es importante en una competición tan larga y exigente», comentó Sanz.
En la configuración de la plantilla tampoco hay quejas. En realidad, es al contrario por el crédito que se ha ido ganando Juan Carlos Cordero. «Nos gustaría que estuvieran con nosotros todos los fichajes, pero eso es algo que no pasa ni en los grandes clubes, así que confiamos plenamente en los que estamos y haremos todo lo posible para que los nuevos compañeros se adapten pronto», aseguró el capitán.
En su análisis previo al comienzo del curso, no pasó por alto el «empuje fundamental» de la afición. «Venimos de una temporada muy bonita, en la que la comunión entre la grada, el club y el equipo fue total», repasó Aitor refiriéndose a un fenómeno que fue «creciendo poco a poco» hasta cristalizar en un «sentimiento de orgullo y pertenencia» que no se palpaba desde hacía tiempo. «Nosotros trabajamos para la gente; sin ella, el Tenerife no tendría sentido», reflexionó Sanz. «Si este club acaba de cumplir cien años, es porque ha tenido el apoyo incondicional de su afición desde que se fundó en 1922. Esa es la razón fundamental de todo, y vamos a trabajar con la ilusión, el esfuerzo y el orgullo que merece esta camiseta, pero necesitamos su apoyo», finalizó.