No hay prueba innecesaria ni ensayo intrascendente. El CD Tenerife sufrió este miércoles su primera derrota de la pretemporada en un partido que habrá servido a Ramis para medir la reacción de los suyos en situaciones adversas que serán más peligrosas cuando los partidos valgan puntos y las balas no sean de fogueo. Los blanquiazules encajaron tres goles, no ofrecieron buena imagen y dieron la impresión de estar incómodos sobre el verde casi desde el comienzo de la contienda.

Falto de ideas y poco fino con balón, el representativo se vio superado por un Murcia henchido de ilusión ante la opción de doblegar a un rival de superior categoría. Espoleado por un público entregado -más de mil aficionados en la grada-, el cuadro de Primera RFEF se aprovechó de un penalti controvertido y del impulso de verse por delante en el marcador para someter a los blanquiazules y condenarles a una abultada derrota a diez días de la apertura liguera. 

Luis Miguel Ramis confirmó las previsiones y confeccionó un once con mayoría de presuntos suplentes para así dejar el último amistoso -el del sábado contra el Cartagena- como banco de pruebas para el estreno oficial. Entonces sí se espera otra versión (mucho mejor) del Tenerife.

Apostó el entrenador por el teórico cancerbero reserva (Javi Díaz) y por dar premio al entusiasmo de los canteranos Matías, Ethyan y David Rodríguez, a los que dio minutos desde el inicio. Con todo, en el once sí había futbolistas llamados a ser relevantes (Nacho Martínez) y, sin ir más lejos, la pareja de mediocentros (Aitor-Corredera) pinta a ser la elegida en la mayoría de escenarios ligueros y partidos oficiales. También jugó Elady, cuya cuota de minutos se verá inalterada mientras no esté Dauda, cuyo debut se retrasa. 

La primera mitad viene marcada por una decisión arbitral. Un penalti provocado por la picardía de Pedro León iba a permitir adelantarse a los grana, y aunque Javi Díaz adivinó las intenciones de la estrella grana, el balón acabó en la red. El 1-0 no solo dio alas al Real Murcia; es que aún pudieron ampliar su cuenta en los minutos posteriores. Perdonaron la primera de sus opciones para lograrlo pero no la segunda, cuando una acción llena de fe por parte de Boris -principal incordio para la defensa blanquiazul- lo aprovechó Arnau para embocar.

Al Tenerife le faltaba la tensión que sí tenía el Murcia. En los compases iniciales había vivido de la chispa de Shashoua, quien dejó atras las molestias musculares que le habían alejado de partidos pretéritos y tejió un control casi acrobático antes de servir el cuero a Ethyan, que perdonó. Antes, también del ariete isleño pudo ser el artífice del primer gol de la contienda si el conejero Matías acierta a conectar con él. 

Obligados a proponer y a construir con el balón, los de Ramis no hallaron la vía para acercarse al empate antes del intermedio. Ya al descanso, el técnico blanquiazul introdujo cambios y dio carrete a José Ángel como acompañante de Corredera; a José León (ha jugado todos los amistosos de verano) y a un Teto que irrumpió en escena con la intención de prolongar su estado de gracia. 

El nacimiento de la segunda mitad sí parecía un monólogo blanquiazul, con dos buenas opciones para Corredera, muy activo pero sin ajustar sus remates lo suficiente como para acortar distancias. La falta de contundencia arriba vino acompañada de blandura también atrás, donde la pasividad blanquiazul dio vía libre a Santi Jara para hacer el tercero. Remontar ya era una utopía, así que el propósito de mínimos para los de Ramis fue adecentar el marcador.

La última media hora trajo consigo nuevas permutas y más minutos para los canteranos (entraron Yeremy Socorro, Thierno e Ibra), pero el funcionamiento colectivo de los blanquiazules no mejoró, como tampoco el resultado. Queda solo un amistoso y la obligación de mejorar las prestaciones de este ensayo para llegar con ciertas garantías a la jornada uno. Para entonces, por cierto, quizá tenga Ramis que inventar una solución de emergencia para la derecha. Dauda aún no está, Garcés no jugó y Díez ya ha hecho las maletas.