Mohammed Dauda (20/2/1998, Ghana) fue una de las revelaciones de la última edición de LaLiga Smartbank. Sus números en el Cartagena no pasaron desapercibidos: nueve goles y tres asistencias en 35 partidos. Nada mal para un debutante en esta categoría; un reclamo para los constructores de las plantilla del nuevo curso. Entre ellos, Juan Carlos Cordero. El Tenerife es uno de los clubes que han preguntado por la situación del extremo zurdo. Hay trabajo avanzado.

Mo, el diminutivo de su nombre, pertenece al Anderletch, club con el que tiene contrato hasta 2024 y del que salió cedido el pasado verano para que cogiera experiencia en el Cartagena. Lo cierto es que no dejó pasar su oportunidad. En su primer acercamiento profesional a España, fue titular habitual y segundo goleador del equipo por detrás del veterano Rubén Castro.

Dado su rendimiento, el Cartagena no dudó en intentar repetir la operación, o lanzarse a por un traspaso, pero las negociaciones efectuadas este verano no prosperaron lo suficiente. En realidad, ya las había iniciado en enero. En ese momento, el Anderlecht tasó al jugador en medio millón de euros, cantidad que el efesé no pudo pagar. Pero el precio fue creciendo a medida que Mo seguía destacando, y con el paso de los meses, la cifra se multiplicó por ocho, quedando fuera del alcance del Cartagena y de la mayoría de pretendientes.

La situación actual no es una ni otra. Dauda ha dejado de ser una prioridad para el Anderlecht, que sigue dispuesto a hacer negocio con él –o volver a cederlo–, pero ahora con una menor exigencia económica. Por su lado, Mo quiere abrirse camino en otra competición, y la española ya le trajo suerte.

Por falta de pretendientes no está siendo. No ha sido relacionado solo con el Cartagena y el Tenerife, sino también con el Oviedo y con uno de los ascendidos, un Albacete diseñado por Alfonso Serrano. La clave estará en el poder de convicción de cada uno y la potencia de cada puja. Cordero va en serio.

El que se salga con la suya tendrá en su plantilla a un extremo zurdo puro, un atacante veloz y habilidoso en el regate, un jugador de banda con gol y último pase. Pero también a un futbolista que, en circunstancias normales, estará varias semanas sin competir en Segunda División, en noviembre y parte de diciembre, dado que su presencia en el Mundial de Catar parece segura. Ya debutó este año con la selección absoluta de Ghana y lo normal es que siga entrando en los planes del entrenador.