En la víspera del comienzo de los entrenamientos de pretemporada, la nómina de futbolistas del Tenerife quedó modificada como consecuencia de la rescisión del contrato que unía al club con Alberto Jiménez hasta el 30 de junio de 2023. El jugador de Fuerteventura ya no pertenece a un club al que llegó para completar la última etapa de su formación y en el que se consolidó como profesional.

Se trata de la segunda ruptura de este verano después de la anunciada en su día con el delantero Joselu Moreno. Al igual que el goleador onubense, Alberto no contaba para Juan Carlos Cordero y Luis Miguel Ramis, director deportivo y entrenador, y las partes llegaron a un entendimiento para no alargar la relación laboral. La situación no era nueva para Jiménez. De hecho, el club trató de buscarle una salida hace un año, pero los intentos no prosperaron y el jugador majorero terminó quedándose en el grupo durante una primera vuelta en la que solo tuvo minutos en la eliminatoria de la Copa del Rey ante el CD Ibiza. Poco después, en la apertura de la ventana de fichajes de invierno, sí se produjo su baja, aunque de manera temporal. Alberto reforzó a un Albacete diseñado por un viejo conocido, Alfonso Serrano, y ayudó al equipo manchego a lograr el ascenso a la Segunda División. Jugó diecinueve partidos, incluyendo los dos de la promoción contra el Rayo Majadahonda y el Deportivo. En ese último duelo, el definitivo, marcó el gol que forzó una prórroga que cayó del lado del Alba. El central cedido por el Tenerife había entrado en la historia del club del estadio Carlos Belmonte.

«La entidad blanquiazul le desea suerte, deportiva y personalmente a Alberto, al tiempo que le agradece la profesionalidad mostrada durante su etapa como futbolista blanquiazul», eligió el Tenerife para cerrar la información sobre la rescisión del contrato.

Su debut con el representativo se produjo el 17 de febrero de 2013, en la última temporada del club en Segunda División B y teniendo a Álvaro Cervera como entrenador. A partir de ahí se convirtió en titular habitual y fue uno de los protagonistas en el curso del regreso a las categorías profesionales:17 partidos y tres goles.

Ya en Segunda División, su papel fue más discreto en el ejercicio 2013/14, por lo que le aconsejaron que se marchara a préstamo para que adquiriera rodaje. La decisión fue acertada. En el curso 2014/15 volvió a la Segunda B para unirse al filial del Valencia, en el que acumuló minutos y experiencia.

Tras su regreso, enlazó seis temporadas participando un mínimo de 25 encuentros oficiales. Su techo estuvo en los 36 de la 18/19. Se había consolidado como un referente para la cantera, un jugador de la casa valorado por los técnicos y por los dirigentes a base de renovaciones de contrato al alza –la última, hasta junio de 2023–. Su rendimiento le sirvió para ser tentado por algún club, pero nunca se llegó a cerrar su traspaso.

Pero esa estabilidad se rompió en la campaña 2020/21. Una salida nocturna, en plena etapa de restricciones por la pandemia, coincidió con la pérdida de confianza por parte de un recién llegado Ramis. Alberto pasó a jugar de manera esporádica y a no ser tenido en cuenta para el proyecto que estuvo a punto de terminar con el ascenso a Primera 19 de junio.

Con 29 años y 215 partidos como blanquiazul, el de La Oliva entra en el mercado de verano como agente libre. Su carrera seguirá en otro lugar. Ya lejos del Tenerife.

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