Dani Hernández se despide entre lágrimas del CD Tenerife pero descarta dejar el fútbol. El portero compareció en la mañana de hoy miércoles en las oficinas del Heliodoro Rodríguez López arropado por algunos de sus compañeros para decir adiós al que ha sido el club de su vida.

"Espero dejarles un bonito recuerdo de un niño que soñaba con jugar un partido con el Tenerife y jugó más de 200", aseguró el guardameta tinerfeño que durante varios momentos de su discurso tuvo que lidiar para que la emoción no le impidiera seguir su eterno agradecimiento.

No pudo. Al final Hernández se rompió por completo ante un silencio cómplice de los presentes, entre los que se encontraba el hasta hace un año capitán del equipo Suso Santana. Se prevía un gracias especial: "A mi padre que era el que siempre quiso verme jugar en este estadio y no pudo hacerlo".

Su familia y amigos tuvieron unas palabras especiales del guardameta "por su apoyo en los buenos momentos y en los no tan buenos". Y es que el portero tinerfeño aprovechó para recordar que durante las ocho temporadas que ha estado bajo palos en el representativo ha vivido "algunos años agónicos para salvar la categoría".

"Pero en dos ocasiones hemos estado a punto de tocar el cielo", añadió Hernández que revelaba así su intención de quedarse con lo mejor de esta trayectoria que comenzó a los doce años. A esa edad se puso por primera vez la elástica blanquiazul y con ella, afirmó, ha crecido "como futbolista y como persona". "Han sido increibles, no solo los años pasados sino las personas que me han acompañado en este camino", reiteró el cancerbero.

Se deshizo en gracias y cariño. Primero al personal del Club, desde servicios médicos a los responsables de la cantera, de mantemiento o de la oficina pasando por "todas las direcciones deportivas, todos los cuerpos técnicos, el presidente y todos los compañeros" de los que dijo haber "disfrutado" durante este tiempo.

No se olvidó de la prensa, con la que admitió tener "algunas diferencias" que se superaron por el amor compartido a los colores. Y mucho menos dejó a atrás a la afición: "Siempre me ha arropado y me ha hecho sentir su cariño".

"He intentado siempre dar lo mejor de mí, con compromiso, respeto y siempre defendiendo con mucho orgullo los colores de mi tierra durante ocho temporadas" dijo el ya exportero blanquiazul antes de terminar con una promesa: "Aquí tendrán un birria más que animará al equipo como un aficionado más y como no soy partidario de decir adiós me despido con un hasta luego, y siempre siempre adelante sin temor a la meta final"