Es el primer jugador de la plantilla blanquiazul en romper su silencio en una entrevista después del varapalo «enorme» que supuso no ascender. Andrés habla claro.

¿Cuánto le ha costado digerir la decepción del último encuentro?

Fue un gran palo para todo el mundo. Llegar a la final del playoff y perderla es durísimo; y te vas a las vacaciones con un sabor amargo que nadie quería. Pero creo que el equipo ha sido una gran familia, todos nos hemos sentido importantes en ese vestuario y hay que quedarse con lo positivo. El proyecto sigue, y lo hace por el camino correcto.

¿Se pueden extraer conclusiones positivas también en la derrota?

Al final cuando pierdes, parece que todo es malo. Pero hay que ver las cosas buenas que se han generado en torno al Tenerife y en torno a esta plantilla. Ahora, las renovaciones de Carlos y Aitor Sanz dan un plus de ilusión a la afición. Confío en el equipo se refuerce bien y dé un paso al frente para el año próximo.

El curso pasado jugó con el Rayo la final de la promoción, pero entonces con victoria. ¿Fue el domingo pasado uno de los días más complicados de su carrera deportiva?

Perder no le gusta nadie, y menos en esa situación. Podíamos haber ascendido a Primera División, además delante de la afición. Fue un día duro, sin duda de los más difíciles de mi carrera deportiva, pero me quedo con la certeza de que el club se va a rearmar. Y ojalá en un año se pueda conseguir lo que la Isla y la afición merecen.

¿Qué balance hace de su etapa en el club?

Cuando llegué me arroparon como si me conocieran de toda la vida. Es algo que le voy a agradecer a todo aquel que me apoyó. En todas las ocasiones que he tenido para destacarlo, lo he hecho. Sentí desde el primer minuto que el Tenerife era una gran familia y pasar por la Isla ha sido una de las grandes experiencias de mi carrera. Sobre todo, por haber coincidido con esta afición, tan pasional y fiel, que nos llevó en volandas hasta la final.

Da la impresión de que se adaptó y se integró en el club nada más llegar. Fueron seis meses, pero que le dejaron huella.

Así es. Desde que aterricé en la Isla quise dar lo mejor de mí. Y cuando metí mi primer gol se notó enseguida la complicidad con la gente, el cariño de la afición... y me quedo con momentos como ese. Esa afición es increíble. A mí lo que más me sorprendió fue cuando ganamos a Las Palmas y estaba el aeropuerto lleno de gente. Cogimos la guagua, nos fuimos al Heliodoro y nuestros aficionados aún nos seguían. Fue lo más tremendo que me ha pasado.

¿Qué diferencias hubo entre la eliminatoria con la UD y la final con el Girona? ¿Qué pasó para que el rendimiento del equipo fuese tan dispar?

Son partidos y eliminatorias diferentes. Contra Las Palmas hicimos una gran actuación en la ida y en la vuelta; la clave fue que no le dimos opción al rival para que nos hicieran ocasiones claras. La historia contra el Girona fue distinta. Tenían unas características diferentes, jugadores distintos y, entre otros, al máximo goleador de la categoría. Eran un equipazo y les salieron las cosas mejor que a nosotros.

¿Qué valoración hace de las decisiones que ya ha confirmado el club desde que cerró la temporada pasada?

Están haciendo las cosas bien. Con la renovación de Juan Carlos Cordero y la continuidad de dos pilares de la plantilla, se dan pasos adelante. Ojalá vengan fichajes ilusionantes para la afición, que se merece reengancharse y motivarse de nuevo. Imagino que la intención será estar arriba desde el principio y ya se han puesto las bases para tener un gran futuro.

Jugó muchos partidos. ¿Satisfecho con su rendimiento?

Todos queremos ser titulares todas las veces pero si no pedimos explicaciones cuando jugamos, tampoco lo vamos a hacer cuando toca ser suplentes. ¿Que me habría gustado jugar más en la promoción? Sí, pero el míster creyó que el equipo necesitaba otras cosas.

«Ahora me debo al Rayo Vallecano»


En la misma línea que Mollejo o Mario cuando se les pregunta por las opciones reales de permanencia en el proyecto del Tenerife, Andrés prefiere no vender humo ni falsas esperanzas. «Soy jugador del Rayo Vallecano y me debo solo a ellos. Es verdad que en la Isla dejo buenas amistades y gente a la que quiero y admiro mucho, pero ahora mismo soy de otro club», matiza. En todo caso, se lleva recuerdos imborrables como el de la vuelta de la final por el ascenso. «Tenerife y el Heliodoro se vistieron de gala; y la gente se sintió orgullosa de su club», resalta.