Muchos alicientes en las horas previas al comienzo del último partido de la temporada. El tinerfeñismo espera con ansias al partido, pero antes también a la última arenga de Luis Miguel Ramis. La presencia de las cámaras de Movistar Plus –televisión tenedora de los derechos audiovisuales– ha permitido darle otra dimensión a los mensajes en privado del técnico blanquiazul, que se han propagado a velocidad de vértigo a través de las redes sociales. Así, el tarraconense no solo ha tocado la fibra de sus jugadores; también la de tantos miles de aficionados que le siguen en la distancia.

Sus metáforas ya se han quedado en el imaginario colectivo para siempre. Si se le pregunta a cualquier seguidor blanquiazul por «el libro de Ramis», sabrá perfectamente que es la forma que tiene el entrenador para motivar a sus hombres y recordarles que ya solo falta dar un último paso en el contexto de una campaña tan larga y tan exigente. Y si se habla del «baúl donde se guardan las camisetas después de cada partido», quien haya escuchado al entrenador sabrá que se refirió a aquel elemento del vestuario de Montilivi como depositario del sudor, la entrega y el compromiso de los jugadores en su afán por salir indemnes del partido de ida.

Las arengas se han hecho virales por muchos motivos. En primer lugar, «porque descubren un contexto ahora íntimo», explica Sergio Sánchez, periodista de Movistar. En este sentido, da mucho valor a que la televisión tenga acceso a este contenido exclusivo; y a que clubes como el Tenerife den facilidades «para que el mensaje de Ramis llegue a todos».

En esta misma dirección se explica Gustavo López, que acaba de firmar por el Atlético de Madrid como ayudante de Diego Simeone. «Es un fenómeno», dice de Ramis. Asimismo, expone que el catalán ha crecido mucho a lo largo de los últimos tiempos y que un entrenador debe manejar «todas las facetas y registros», también saber cómo sacar la mejor versión de cada uno de sus jugadores. A alguno de ellos (Larrea, indisponible por lesión en esta fase de ascenso) se le ha visto emocionarse y hasta soltar alguna lágrima.

El perfil psicológico

Jorge Pastor, psicólogo de profesión, explica que «un discurso motivacional se hace con la intención de aumentar el nivel de activación del deportista cuando va a disponer de una situación de competición».

«Lo que se busca es incrementar el nivel de activación. Entendemos que el discurso está premeditado y completamente preparado; se hace con ese propósito», completa Pastor, quien añade que «se puede llegar a aumentar un punto esa activación del futbolista». Ahora bien, puntualiza que los efectos no duran todo el partido, sino que pueden producir «un despegue fugaz» al principio. Lo que sí evita es salir con los brazos caídos, despistado o sin la consciencia de la repercusión superlativa que tiene un partido como el de este domingo en el Heliodoro Rodríguez López; o los disputados previamente en el marco de la promoción de ascenso.

«Es un mensaje intencionalmente buscado. Motiva por una parte a los futbolistas y, una vez se sabe que están también las cámaras, consigue motivar a la afición. Eso es incuestionable», añade Pastor. El exfutbolista Aarón Darias remarca que son «arengas que ponen los pelos de punta a todos», pero que evidentemente son condimentadas con otras que no se ven a través de la pequeña pantalla. Idéntica percepción tiene Pastor. «Lo normal es que haya otras charlas con otros mensajes; esos no están al alcance de todos».