Ante la relevancia capital del partido, apenas ha habido margen para fijarse en otras aristas del duelo. Por ejemplo, que puede ser el último día para algunos futbolistas.

Por la extraordinaria repercusión e importancia del partido crucial del domingo (Heliodoro Rodríguez López, 20:00 horas), muy poco se ha hablado en las últimas semanas de que varios jugadores del representativo se encuentran posiblemente ante su despedida como blanquiazules.

Uno de los casos donde más probable parece el adiós es el de Víctor Mollejo Carpintero (Alcázar de San Juan, 2001), cedido por el Atlético de Madrid hasta el cierre de la presente campaña y que nunca ha querido vender humo respecto a su posible continuidad en el club. Ni tan siquiera cuando se le ha planteado que un posible ascenso a Primera División alimentaría las opciones de que pudiese permanecer en la Isla, si finalmente así lo aprobase su club de procedencia.

Segundo ascenso

Mollejo ya subió el año pasado por la vía rápida con el RCD Mallorca, justamente con un gol suyo en el Heliodoro el día después de que el ascenso bermellón fuese matemático por un resultado ajeno; y ahora aspira a reproducir aquel éxito con otros colores y otras sensaciones, además por el camino largo de la promoción. «Que es más emocionante aún», subraya.

En las últimas horas, en los medios oficiales del club ha dejado entrever cuál es la importancia que confiere al duelo dominical frente al Girona y lo que supondría para él este cambio de categoría. Aunque esté cedido y su presencia en el proyecto tenga fecha de caducidad.

Valor y ambición

Antes que nada, Mollejo valora lo logrado hasta aquí y también el intachable comportamiento del equipo en el duelo inaugural de la serie. «Fue un empate muy trabajado. Supimos sufrir, lo dimos todo y estamos muy orgullosos de la labor que hicimos en un campo difícil», recuerda. «Hicimos lo que no dijo el míster. Nos faltó solo estar más afinados con el balón, pero la defensa que hicimos fue increíble», remarca el jugador prestado por el Atlético.

El atacante tiene claro que subir no será fácil porque enfrente habrá un adversario de muchos quilates. «El Girona es un equipazo, con jugones y con futbolistas con experiencia en Primera División. Tenemos total respeto por ellos, pero vamos a ir a por todas en el Heliodoro, en nuestra casa», indica Mollejo, que es de aquellos que está encantado con que la vuelta sea en la Isla. Y no al revés.

«Es el partido más importante de la temporada. Subir con el Tenerife nos cambiaría la vida a todos, a mí también, aunque esté cedido. Quiero aportar mi granito de arena para que la Isla esté en Primera, que es donde merece», aduce Mollejo, que se ha erigido en uno de los iconos de la temporada y en el gran animador de todas las celebraciones. Así ocurrió después de la victoria frente a Las Palmas en la apoteósica llegada a Los Rodeos y luego en el Heliodoro. Y pocas dudas hay de que pueda convertirse en el DJ oficial en el Cabildo (como hizo Pau Cendrós en 2009) aunque aún nadie quiera hablar de festejos. «Nos tenemos que preocupar de hacer nuestro partido, porque sabemos que la afición en nuestra casa no nos va a fallar. Y ojalá sea un día maravilloso», afirma.

Pase lo que pase en apenas 48 horas en el coliseo de la calle San Sebastián, será un día especial para todos. «Hemos peleado mucho por llegar hasta aquí», verbalizan desde la primera plantilla blanquiazul. Y saben que la distancia que puede suponer un gol –como así ocurrió en Getafe– separa una fiesta extrema de una decepción inconsolable.

Otras situaciones similares

Tal vez el caso de Mollejo sea aquel donde más opciones hay de un adiós definitivo al Tenerife, aunque quedaría abierta la opción de que el representativo optase por pedir su cesión de nuevo. Además, el domingo será también el último día como blanquiazul para uno de los capitanes, Dani Hernández, que acaba contrato y no tiene propuesta de renovación. Finalizan igualmente las vinculaciones contractuales con Aitor Sanz y Carlos Ruiz. Mientras el primero ha manifestado que su futuro depende del club, el segundo tiene una cláusula de renovación automática en caso de ascenso. Mario González y Andrés Martín -y así lo han admitido públicamente- dependen casi exclusivamente de que haya ascenso. Si el Tenerife sube, tiene el compromiso (por escrito) de comprar sus derechos federativos al Sporting de Braga y al Rayo, respectivamente. Si no hay ascenso, posiblemente también tengan que decir adiós.