Casi ocho días transcurrirán desde el encuentro jugado en Montilivi el pasado sábado hasta el duelo de vuelta entre el Tenerife y el Girona, fijado para este domingo a las 20:00 horas. Un lapso habitual en medio del curso liguero, incluso una semana un tanto larga que se agradece cuando las piernas empiezan a notar ya la sobrecarga de partidos. Sin embargo, con todo lo que está en juego en solo 90 minutos –un ascenso a Primera– prácticamente todos los protagonistas firmarían jugar el choque lo antes posible. «Los días se me hace eternos», reconocía días atrás Elady Zorrilla. Síntoma de las ganas, pero también en la peligrosa frontera con la ansiedad. Y ahí, es cuando la preparación mental entra en juego. «Hay que tratar de normalizar todo lo que se pueda en el seno de la plantilla, pese a que este tipo de partidos no se dispute habitualmente», apunta el psicólogo deportivo Rubén Rodríguez (Mind& Alto Rendimiento).

Riesgo de sobreexcitación.

Reconoce el especialista que «ya es buena señal que esta semana se ha planificado [en lo que a entrenamientos se refiere] como cualquiera con un partido el fin de semana». Eso sí, habría que atar en corto otro aspecto que conlleva «riesgo de sobreexitación» y que «no es nada controlable por parte del club y por la plantilla». «Es todo lo que sucede a nivel social y lo que se está generando sobre la posibilidad de que el Tenerife suba a Primera; y es algo normal que la sociedad de la Isla lo viva de esta manera», argumenta el psicólogo.

El control del club.

Por ello insiste Rodríguez en que «el club controle» todo lo que esté en su mano, independientemente de que vayan a transcurrir tantos días desde la ida. «Es verdad que puede hacerse una eternidad, pero desde el punto de vista de la preparación estos días ayudan al entrenador, a su equipo de trabajo y a los jugadores a tener más claridad a lo que se quiere hacer en el partido; beneficia en la preparación», argumenta sobre este periodo. «Eso sí, según se acerque el choque pues ese deseo de jugar será más intenso», añade como asterisco.

Nada diferente.

También en ese manejo de la situación que atañe al CD Tenerife, Rodríguez realiza «un llamamiento a la calma y a la tranquilidad» para evitar el «riesgo de sobrepasar al futbolista». «Un encuentro tan importante como este y con tanta trascendencia no debería ser calentado ni hacer nada diferente porque se corre el riesgo de pasar de vueltas al jugador. Y si eso llega a pasar evidentemente se alejará de su mejor rendimiento», apunta Rubén, antes de insistir en lo básico, pero a la vez lo más importante. «No hacer nada diferente a lo que no ha hecho a lo largo de la temporada cuando se ha jugado sábado y domingo», recalca.

La insistencia de la prensa.

Igualmente hay que poner encima de la mesa la gestión, por parte de los jugadores, de la insistencia de los medios de comunicación, ávidos de información en estos días. «Aislarlos es inviable y es normal que se les atienda», reconoce Rodríguez, si bien puntualiza que «lo conveniente», a su entender, «es hacerlo en estos primeros días de semana». «Que ya a partir del jueves y viernes el jugador esté centrado en otras cosas. No los pueden meter en una burbuja, pero sí intentar gestionar el cómo le lleguen todas esas peticiones de los medios», explica.

La hora.

Que el choque final por el ascenso se vuelva a jugar de noche (20:00 horas) también podría convertirse en un factor que entre en juego. «Es verdad que al jugador se le puede hacer un poco eterno el día», reconoce Rubén, si bien que el reloj corra más despacio «depende de lo que suceda por la mañana». «Entiendo que estará contemplado algún trabajo de activación, y además no es la primera vez que juegan a esta hora», aclara el psicólogo.

El pasillo hasta el Estadio.

Precisamente en esas horas previas al duelo entrará en juego otro factor que podría afectar a los jugadores. En especial esa descarga de adrenalina que lleva aparejado el caminar desde el Hotel Escuela hasta el Estadio, donde la afición blanquiazul jaleará a los suyos. «Todo lo que se van a encontrar en ese trayecto los sobreactivará», comenta Rodríguez. «Sería recomendable que los futbolistas llegaran al campo con tiempo suficiente para poder regular esa activación que ya van a traer desde fuera. Y una vez dentro hacer todo lo normal», añade a modo de recomendación. Una receta que, de atenderse, podría propiciar otro pequeño empujoncito hacia el anhelado ascenso.

«Ramis intenta que el equipo no pierda su identidad»

Ramis, en el Estadio de Montilivi.

Se le cuestiona también a Rodríguez por las ya famosas arengas de Luis Miguel Ramis a los suyos en la caseta en los instantes previos a los partidos de este playoff. «Soy bastante partidario de la intimidad del vestuario, aunque a veces dé la sensación de que si eso no se muestra parece que no se hace nada», aclara el psicólogo deportivo, para el que hay que tener en cuenta que lo se viraliza son «solo píldoras muy pequeñas». «Realmente no sabemos todo lo que sucede», añade. Sobre la discurso del técnico tarraconense, Rubén reconoce que «son mensajes muy interesantes y centrados en darle valor al esfuerzo, a la intensidad y a la identidad como equipo». Y ahí destaca el especialista que el entrenador tinerfeñista «remarque continuamente que el Tenerife no pierda su identidad como equipo». «Sería uno de los peores males que podría tener en el partido del domingo; o bien que dejara de hacer aquello que le ha llevado a la situación en la que está. Si va por ahí hay muchas probabilidades de éxito», comenta en este sentido.

También quedará para la posteridad la frase de Ramis tras el duelo de Girona, en la que aseveraba que «los cementerios deportivos están llenos de favoritos». «Recientemente hay ejemplos de situaciones similares en las que ha ganado el equipo visitante, y entiendo el mensaje del míster, quitándole hierro al elemento de que se dé por favorito al Tenerife», señala Rodríguez, para el que, del mismo modo, el cruce sigue totalmente equilibrado. «No veo favoritos a ninguno de los dos. Quizá solo a aquel que sea capaz de gestionar los estados emocionales que se van a dar antes y durante el partido, porque se habla de 90 y 120 minutos, pero se tendría que hablar de momentos y habrá varios que podrían marcar el desenlace final», explica.

En relación a esos instantes puntuales, Rubén subraya tres en concreto. «El inicio de partido será muy importante en función de cómo lo enfoquen los dos equipos. Y también la salida del vestuario tras el descanso, para ver qué equipo sale con mejor nivel de activación en función de cómo se hayan dado los primeros 45 primeros minutos», son los dos primeros. El otro, el del tramo final, «y cómo se va a gestionar, por ejemplo, la necesidad de marcar un gol». «El favorito será el que mejor sepa gestionar los diferentes estados emocionales que se van a dar a lo largo del partido», concluyó.