Kiko Ratón tiene planes para la noche del sábado. No se sentará delante del televisor para ver a dos de sus exequipos competir para subir a Primera. Saldrá a correr, se desconectará. Preferirá no pasar nervios, no darles mala suerte a los blanquiazules.

¿Qué piensa cuando le nombran al Girona o a Montilivi?

En una etapa de mi carrera deportiva que me trae buenos recuerdos. Allí me trataron muy bien. Hice muchos amigos. Formamos un gran equipo.

¿Es mucho decir que el Girona le debe una permanencia en Segunda División?

Se consiguió gracias a todos los jugadores, pero sí es verdad que me tocó protagonizar el momento clave, aquel penalti que terminó en gol. Ese triunfo nos permitió salvar la categoría y, con el tiempo, el Girona subió a Primera. Ahora está jugando la final de la promoción contra el Tenerife.

¿Cómo fue la historia de ese penalti? Última jornada de la Liga 2009/2010: Girona y Real Murcia disputaron un duelo directo por la permanencia y el árbitro pitó un penalti a favor del equipo local en el minuto 89, con 0-1 en el marcador. El empate le valía al Girona y condenaba al Murcia bajar de categoría.

Teóricamente, el encargado de tirar los penaltis era Roberto Peragón. Pero había sido sustituido y estaba en el banquillo. Luego, los más habituales eran Ocaña y Mata, pero ninguno de ellos se decidió a coger la pelota. Y pensé que si nadie lo iba a tirar, lo podía hacer yo, así que me dejaron lanzar. Elegí el lado de la portería al que siempre tiraba, el portero paró el balón, se le escapó un poco, hizo un gesto medio raro y se le escapó hacia la portería. Ahí entró el gol. Fue una auténtica locura. Es algo que lo ves y no lo crees. Te paran el penalti y no sabes cómo entra el balón.

Tiene un lugar merecido en la historia del Girona.

Allí siempre me recuerdan porque lo daba todo y me lo agradecían, pero también por ese penalti. Yo recuerdo muy bien el sitio en el que viví. Aquello me gustó mucho. Me trataron muy bien.

Tanto el club como el estadio han cambiado mucho.

Sí. Han mejorado muchísimo. Han crecido poco a poco. Se han hecho las cosas bien. Llegaron a subir a Primera División, reformaron el estadio y pusieron gradas en todo el perímetro. Hay más socios, un poco más de todo. Ahora es el único equipo catalán de Segunda.

También es el equipo con más experiencia en las promociones de ascenso a Primera, aunque no resolvió ninguna a su favor.

No les ha acompañado la suerte, pero creo que es cuestión de insistir, porque si sigues, alguna te sale bien. Eso sí, espero que no sea esta temporada. Le deseo lo mejor al Girona y al Tenerife, porque son grandes clubes y los quiero a los dos, pero siempre tiraré por el mismo, por el de aquí. Sí me gustaría que los dos estuvieran juntos alguna vez en Primera División.

«Como me digo a mí mismo, Gallego es un tornillo; somos tipos de área, de remate. Ojalá marque en la final»

¿Le dio opciones al Girona de clasificarse para la final de la promoción después de perder el partido de ida contra el Eibar?

Pues sí. Debo reconocer que prefiero no ver estos partidos. Cada vez que veo jugar al Tenerife, no gana. Lo que hago es poner música, salir a correr... Por ejemplo, en el de ida de la semifinal ante Las Palmas, estuve una hora y pico corriendo. Cuando paré, le pregunté a mi amigo Andrés cómo había terminado el partido. Me dijo que había perdido 1-4 y que habían expulsado a uno de nuestros jugadores, y no me lo podía creer. Pero enseguida me contó la verdad, que habíamos ganado 1-0. Y en el siguiente, lo mismo. No salí a correr porque estaba trabajando, pero sí puse la música alta para no escuchar nada de posibles goles. En el descanso, un compañero me dijo que íbamos ganando 0-2. Luego me apuntó que el resultado era de 1-2 y empecé a preocuparme. Le pedí que no me diera más noticias hasta el final. En cuanto al Girona, no sé por qué, pero ese mismo sábado tuve claro que iba a clasificarse. Tenía ese presentimiento. Y fue así.

¿No los ve repetidos?

Directamente, no los veo. Como mucho, algún gol del Tenerife, el del Eibar, los dos del Girona en Ipurua... Es lo único que he querido ver en este playoff.

Entonces, la final...

No. Voy a hacer exactamente lo mismo. Mi hijo me dijo que quería ir y le prometí que le iba a conseguir las entradas, pero yo no iré. No quiero ser el gafe del Tenerife.

¿Le gusta el Tenerife de Luis Miguel Ramis?

Sí, es un Tenerife que juega a darle el balón al contrario, a aprovechar los espacios para meter goles.

Como delantero que es, ¿qué defensa blanquiazul le parece más difícil de superar?

Todo el bloque. Pero ahí están José León, que es muy rápido y contundente, Mellot, que es muy competitivo... No sabría elegir.

¿Y si nos fijamos en los atacantes de la plantilla? ¿Se identifica con Enric Gallego?

Es un tornillo, como me digo a mí mismo. Somos tíos de área, de remate. Marcó los dos goles en Gran Canaria y espero que siga así, porque lo que cuenta, al fin y al cabo, es anotar más que el contrario.

¿Qué destacaría del Girona?

Es un gran equipo. Creo que nos habría venido mejor el Eibar, porque al Girona le gusta tener la pelota, cuenta con jugadores rápidos... Empiezas a pensar en todo lo bueno que tiene y te entran dudas. Pero es lo que ha tocado y hay que ir a por el Girona e intentar ganar, aunque al Tenerife le bastaría con empatar los dos partidos.

¿Le dice algo que el Tenerife ganara los dos partidos de Liga?

No nos podemos fiar de eso. En absoluto. El playoff es otra cosa. Es la misma categoría, pero ya te estás jugando mucho y tienes que ir al 200 por cien. Es una promoción de ascenso y no la juegas todos los años. Cualquier detalle podría marcar esta final, y espero que no pase nada raro y que el Tenerife no salga perjudicado.

¿Le preocupa que el Tenerife se vea obligado a remontar en casa, en el partido de vuelta?

No lo sé. Va a ser muy complicado. Tanto para un lado como para el otro. Los dos se van a respetar mucho. Los errores que puedan cometerse serán fundamentales para poder lograr el ascenso. Los dos estarán con miedo de fallar.