Cinco años más tarde de la desagradable experiencia del Coliseum, el Tenerife vuelve a comparecer a un ‘playoff’. Lo hace con ánimos renovados y un derbi a la vuelta de la esquina.

Hasta el curso presente, el CD Tenerife solo ha participado una vez de la promoción de ascenso en el actual formato de competición. Desde entonces, se han sucedido los intentos –todos ellos infructuosos– de alcanzar nuevamente una plaza en los playoff, pero no ha habido manera. Tras caer en la fatídica eliminatoria de Getafe en 2017, el representativo finalizó el curso siguiente en undécima posición después de realizar un extraordinario desembolso económico en fichajes de postín; dos años después, salvó el pellejo y esquivó el descenso por los pelos (16º); tres temporadas más tarde, fue duodécimo; y el año pasado lo acabó en una discreta decimocuarta posición.

«La espina la llevaré toda la vida; fue la peor sensación que he tenido en un campo de fútbol»

Suso Santana - Exfutbolista del Tenerife

Así que con la clasificación blanquiazul para la fase de ascenso –lograda matemáticamente hace dos semanas– está cubierto el primer gran objetivo de la temporada. Pero los blanquiazules quieren más. Concretamente, difuminar para siempre el mal sabor de boca que dejó el ingrato y cruel final del Coliseum; y quitarse una espinita que el tinerfeñismo lleva clavada «como un puñal», precisa Vitolo. Fue tanto el dolor que afirma Raúl Cámara que «borraría si pudiera» lo que aconteció en el feudo del Getafe, donde el codiciado ascenso se escapó por milímetros. O mejor dicho, por un gol.

Mucho se ha teorizado desde entonces sobre las causas y las consecuencias de la derrota. En relación a los motivos, se alude con cierta frecuencia al desgaste físico y anímico de la plantilla; a las pocas rotaciones que hizo José Luis Martí; y sobre todo, a que el Tenerife dejó escapar vivo al cuadro azulón en el partido del Heliodoro Rodríguez López.

El Tenerife compareció por última vez a un partido de la promoción con un once perfectamente reconocible: Dani Hernández, Raúl Cámara, Jorge Sáenz, Germán, Camille, Aitor Sanz, Vitolo, Suso, Gaku Shibasaki, Amath Ndiaye y Lozano. De los elegidos para aquella cita de alto voltaje, solo es probable que mañana repita sobre el verde Aitor. Además, permanecen en el club el portero Dani, ahora con el rol de reserva; Carlos Ruiz, que no jugó el día de la derrota en el Coliseum pero sí fue partícipe y pieza importante durante toda la temporada; y Suso Santana, que ha pasado del césped a los despachos.

«Es algo que duele todavía, pero recuerdo aquel año como el mejor de mi carrera»

Aitor Sanz - Capitán del Tenerife

«Es algo que sí que duele todavía. Yo ese año lo recuerdo con mucho cariño creo que fue el mejor hasta entonces de toda mi carrera, tanto a nivel personal como grupal. Es verdad que no se cerró como debería. Son cosas del juego y hay que asumirlas. Fue duro, pero tampoco vale de mucho quedarnos anclados en el pasado», sugiere Sanz.

«La espina la tengo clavada y la llevaré toda la vida. Pero fue una temporada buenísima y me quedo con eso, con que demostramos que era posible optar a devolver al club donde tendría que estar siempre. No pudo ser por un gol. Y es la peor sensación que he tenido sobre un campo de fútbol», subraya Suso, que vivirá los derbis que vienen como un aficionado más. Y con la certidumbre de que un triunfo contra la UD serviría para aliviar la herida, que aún sangra, del Coliseum Alfonso Pérez.