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Triunfo con sabor a 'playoff'

El Tenerife gana en el Anxo Carro (0-2) con goles de Mario y Andrés y da un paso casi definitivo hacia la promoción de ascenso

Mario González. LaLiga

El Tenerife se reafirmó este domingo como mejor equipo de LaLiga Smartbank al imponerse por 0-2 en el estadio Anxo Carro, ante el Lugo. Los blanquiazules suman diez triunfos a domicilio, registro con el que igualan el récord logrado por el equipo que subió a Primera División en 2001 con Rafael Benítez en el banquillo. Y todavía le quedan las salidas a Montilivi e Ipurúa. En una jornada en la que ganaron todos los aspirantes al ascenso –falta que juegue este lunes el Real Valladolid–, el resultado acerca un poco más al representativo a la promoción. Su ventaja con el séptimo, la Ponferradina, es de seis puntos, más el golaverage.

Después de una primera parte en la que pasó poco, el Tenerife decantó el duelo a su favor con los goles de Mario González (63’) y Andrés Martín (77’), en los dos casos con asistencias de Enric Gallego.

Luis Miguel Ramis introdujo algunos cambios en la alineación respecto a la de la jornada pasada, la del 0-0 con el Huesca. Por ejemplo, sentó a Alexandre Corredera y puso junto a Aitor Sanz a Pablo Larrea, después de que cumpliera un partido de suspensión. Además, quitó a Sergio González y completó la línea defensiva con Carlos Ruiz. Y en ataque, prescindió de Álex Bermejo para hacer coincidir en la formación titular a los tres delanteros, Elady Zorrilla –en la banda derecha–, Mario González y Enric Gallego.

El Tenerife no sorprendió en el Anxo Carro. Aplicó la formula que le había permitido convertirse en el mejor visitante de la categoría. Puede que no sea un equipo que no mande ni que divierta, al menos mientras va madurando el triunfo, pero le ha ido bien siendo ordenado en defensa, cediendo la iniciativa y tratando de recuperar y salir al contragolpe. Ese modelo funcionó a medias en el primer tiempo. El Lugo se acercó alguna que otra vez con peligro, pero no tiró entre los tres palos. Juan Soriano solo intervino con un remate cruzado de Manu Barreiro, al filo del descanso, aunque no quedó claro si el balón volaba con rumbo a la meta o no. Por si acaso, el arquero aplicó su seguridad.

Por su parte, el equipo blanquiazul demostró que no necesita generar un alto número de ocasiones para inquietar al rival. La prueba estuvo en un pase largo, desde la banda izquierda de Pomares, que Gallego cazó por alto, con poca oposición y sin llegar a darle fuerza al remate (8’). También pisó el área Mario González. Fue el destinatario de dos buenos centros, uno de Mollejo y otro de Elady. En los dos casos, el burgalés se quedó en el intento de finalizar las acciones. Quedó anulado por los defensas. Con esa baja producción, la falta directa que lanzó Elady (36’), unos metros desplazada a la izquierda, fue todo un tesoro. El jienense asumió la responsabilidad. El balón pasó por encima de la barrera, pero no bajó lo suficiente y no obligó a intervenir a Whalley.

Y poco más en un primer tiempo sin dueño y sin riesgos.

Pero el Tenerife salió dispuesto a dar un paso adelante tras el intermedio. Después de un remate de cabeza de Gallego, asistido por Elady, el equipo blanquiazul fue cogiendo confianza y ganando metros ante un Lugo con dificultades para manejar la situación. En el descanso, Carlos Pita había sustituido a Alende, pero ese relevo tuvo muy poca influencia. Con más balón, el Tenerife consiguió provocar un par de saques de esquina, y de uno llegó el 0-1. El despeje de la defensa fue a parar a Pomares, que conectó con Mellot para que volviera a meter el balón en el área. Gallego se anticipó por alto y asistió a Mario, que irrumpió llegando desde atrás para batir al guardameta del Lugo (0-1, 63’).

El Tenerife no necesita mucho más para amasar un triunfo. Ya tenía lo que buscaba, ir por delante, y aplicó sus señas de identidad para no solo garantizar el desenlace deseado, sino para aumentar su renta. Tuvo el mérito de dormir una posible reacción del Lugo. Consistencia defensiva frente a un equipo local que se sentía impotente, y terminó por rendirse cuando Andrés, en su primera intervención, coló el balón en la portería, tras controlar con el pecho. Gallego ejerció de pivote tras recibir por alto de José León, en un saque de falta, y asistir al atacante cedido por el Rayo Vallecano (0-2, m. 77).

Aunque quedaran 13 minutos para el final, no se notaba el menor indicio de que el resultado pudiera peligrar. El Lugo tiró de orgullo para impedir una derrota que parecía segura –solo había perdido en su casa ante el Valladolid y la Ponferradina–, y llegó a acercarse al gol, pero ahí se encontró con un enorme Juan Soriano, quien respondió con un paradón de los suyos a un remate de Moyano, ya en el tiempo añadido.

Decimonoveno triunfo de la temporada, 66 puntos, el playoff casi garantizado y la visita al Girona el lunes 9 de mayo.

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