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El día que cambió la historia

Se cumplen 30 años del fichaje de Valdano por el Tenerife, al que salvó del descenso y elevó a cotas inimaginables l Sus primeras victorias fueron ante Valencia y Barcelona

Valdano fue presentado por Javier Pérez tras el acuerdo alcanzado con su agente, Miguel Santos, por parte de Santiago Llorente (1). Su estreno fue ante el Valencia y con Cappa como número dos (2); tuvo a sus órdenes a compatriotas suyos como Pizzi o Redondo, que están entre los futbolistas más determinantes de la historia del club (4 y 6). Tras quitarle dos ligas al Madrid, le invitaron al Gamper, que ganó (5). Era de la misma escuela que Johan Cruyff (3).

Jorge Valdano fue presentado como entrenador del Tenerife tal día como hoy, 14 de abril de 1992, tras un acuerdo que cerró Santiago Llorente con su agente, Miguel Santos. Sus resultados en el Heliodoro fueron impresionantes. Ganó al Valencia, al Barcelona, al Sevilla y al Real Madrid. Su obra fue inmensa y su legado aún se recuerda.

Hoy, hace 30 años, Jorge Alberto Valdano Castellanos (Las Parejas, Argentina, 1955) estaba en Italia para comentar en la SER un partido del Real Madrid y recibió una llamada desde Tenerife. Entonces aún desconocía que «esa petición de reunión urgente» que le hacía Santiago Llorente, hombre de confianza y lugarteniente de Javier Pérez, iba a cambiar su historia y, al tiempo, también supondría un volantazo inesperado en el rumbo de una institución ahora centenaria que iba a volar tan lejos como nunca soñó. Y, de paso, alcanzar una dimensión inusitada que convirtió al CD Tenerife en uno de los equipos más queridos del país y una marca de valor multimillonario que pasearía su nombre por toda Europa.

Su estreno fue ante el Valencia y con Cappa como número dos Manoj Daswani

Entonces comentarista de éxito, muy reconocido por su capacidad analítica y sus innegables dotes para explicar el juego, Valdano iba a aceptar la proposición del Tenerife «por la fuerza de una intuición», admite ahora; e iba a convertirse en el timonel de un equipo que iba a la deriva, una vez destituido su compatriota Jorge Solari. Con el Indio a los manos, el equipo había sumado una sola victoria en seis partidos, había caído al decimosexto lugar de la clasificación y contaba con cinco negativos, elemento numérico que se empleaba en aquella época para cuantificar el déficit de puntos perdidos en casa en relación a los ganados a domicilio.

Tuvo a sus órdenes a compatriotas suyos como Pizzi o Redondo, que están entre los futbolistas más determinantes de la historia del club Manoj Daswani

La situación del representativo era aterradora, pero más aún su calendario, con dos partidos consecutivos en el horizonte ante los muy fieros Valencia y Barcelona. Valdano aceptó, llegó a la Isla, se puso al frente del equipo y halló sensaciones muy preocupantes en su primer entrenamiento. Tanto es así que paró la sesión y amenazó con marcharse, como también hizo su número dos, Ángel Cappa, quien ha definido aquella simbiosis con Jorge como «un matrimonio de conveniencia». Que funcionó muy bien.

Tras quitarle dos ligas al Madrid, le invitaron al Gamper, que ganó Manoj Daswani

Muy joven

Valdano arribó al Tenerife con solo 37 años de edad. Había comenzado su carrera deportiva con solo 14, en el Club Sportivo de Las Parejas, en su ciudad natal. Debutó en la Primera División argentina en 1973 con el Newell’s Old Boys y en 1975 el Deportivo Alavés se convirtió en su puerta de acceso al fútbol español, donde ya se instaló para siempre. Cuatro años más tarde firmó por el Zaragoza y nueve después, por el Real Madrid, el gran equipo de su vida.

Era de la misma escuela que Johan Cruyff Manoj Daswani

Dejó el fútbol tras sufrir una hepatitis y se desenvolvió como un extremo de gran velocidad. Fue internacional con Argentina en el Mundial de España 82 y campeón en México 86. Según recuerda, una lesión le impidió participar en su tercera cita planetaria en Italia 90, así que hizo el curso de entrenadores e inició una muy prolífica etapa como colaborador en diferentes medios de comunicación, la mayoría relacionados con el grupo Prisa.

Tuvo a sus órdenes a compatriotas suyos como Pizzi o Redondo, que están entre los futbolistas más determinantes de la historia del club Manoj Daswani

«Todo fue como un relámpago, ocurrió por la fuerza de una intuición. Yo no había tenido ningún aviso previo de nada. Era la primera ocasión que recibía un aviso de ese tipo», cuenta en relación a la llamada del Tenerife. «Yo no había entrenado a un equipo de profesionales, jamás. Sí había estado al frente de un equipo de nombre Periso, donde tenía un portero diabético y salía al campo con una pera, que se comía en el minuto 20 para no desmayarse; un delantero centro obeso y chavales a los que entrenaba con la única ilusión de que pasaran un buen rato. Esa había sido mi única experiencia, el equipo con el que hice las prácticas. Pero luego también es verdad que hacía un discurso en la radio que, al parecer, fue lo que entusiasmó o sedujo al presidente Pérez. Y abandoné todo en Turín, que fue donde estaba para transmitir un partido de fútbol. Empecé a tomar aviones para llegar lo antes posible a Tenerife. Fue todo fruto de un impulso», relata.

Las ligas que se dejó el Madrid en la Isla otorgaron al Tenerife una página en la memoria colectiva

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«La memoria tiene una capacidad tremenda cuando está empujada por las emociones», aduce Valdano, quien recuerda episodios desconocidos para el gran público. Como que el presidente Pérez tuvo que salir en su defensa la misma noche que se fraguó su fichaje, un 14 de abril de 1992. «Había una serie de jugadores que me parecían coherentes a mi idea y por eso dije que sí. Llegué un miércoles a última hora de la noche. Javier Pérez a esa hora ya me había defendido ante José María García, que me había agredido de todas las maneras posibles y empezó a emitir un mensaje hacia los tinerfeños: cuidado, que llega alguien que lo va a romper todo. Pérez le dijo: tú elige a los periodistas que quieras para tu programa, que yo elijo al entrenador que yo quiera. Eso eran rasgos de un directivo de verdad. Algo que aún no he contado es que acabamos de arreglar los contratos a las tres de la mañana; al día siguiente, había que entrenar».

El calendario

Valdano recuerda con absoluta precisión cuál era la situación del conjunto chicharrero. «Faltaban ocho jornadas y estábamos cuatro puntos por debajo del descenso, pero el triunfo valía dos puntos, no valía tres. Remontar iba a resultar casi imposible. Los ocho partidos encerraban en su interior una noticia mala: los cuatro rivales que nos esperaban en el Heliodoro iban a ser Valencia, Barcelona, Sevilla y Madrid. Estábamos más muertos que vivos. Tuvimos una charla en el vestuario y luego organizamos un partidillo de fútbol. Yo soy de los que cree que un equipo es un estado de ánimo, y aquel episodio habla por sí solo. Hicimos dos tiempos. El primero fue lamentable. El equipo estaba deprimido, no había ni respuesta física, ni ilusión, ni nada», cuenta en primera persona.

«En el entretiempo intervinimos de manera agresiva. Yo dije que acababa de ver un casados contra solteros; y que nosotros éramos los casados, además. Les dije que era todo lamentable, que era imposible salir así de aquella situación de apremio. Les dije: ustedes son profesionales de grandísimo nivel y reconocimiento internacional; y debería darles vergüenza jugar a este ritmo. Hubo mucho de provocación en aquel discurso. Les dimos una segunda oportunidad: 30 minutos. Porque, ¿para qué abrazarnos a un muerto? Y la aprovecharon». Así fue como cambiaron la historia.

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