Seis partidos sin dejar la puerta a cero, cinco derrotas en este tramo de la competición y todas ellas sin mantener la cadencia de goles que había hecho del Tenerife un equipo eminentemente ganador. Hay muchos motivos que explican el retroceso blanquiazul en este segmento tan relevante de la competición, donde el representativo se ha despedido definitivamente del ascenso directo y ha perdido posiciones en la puja por el playoff. Pero en todos sus partidos recientes hay una sospechosa coincidencia: siempre empezó a remolque.
La serie de tropiezos comenzó en Anduva. Aquel día se estrenaba en su nueva casa Joseba Etxeberria y su Mirandés empezó pletórico. Así, apenas tardó 18 minutos el local Imanol en inaugurar el marcador; y un cuarto de hora después llegó la sentencia, de la mano de Camello. Dos tantos en una primera mitad, situación ante la que nunca se había visto el Tenerife en toda la liga.
Una semana después, fue el Valladolid el que se benefició de un tanto tempranero. Antes del ecuador del primer acto ya estaba por delante en el marcador el conjunto de Pacheta, que cobró ventaja con un tanto de Al Yamiq (21’) que condicionó para siempre aquel partido. Ese día se dio otra situación infeliz para el representativo y que tampoco se había dado nunca: los de Ramis encajaron cuatro goles, su peor registro de este curso. Llama la atención que también empezaron perdiendo en su única alegría de las seis últimas jornadas, en Gijón, donde fue Djurdjevic el que quebró la igualada (50’). También a remolque tocó jugar frente al Almería, en un partido que definió Ramazani (de penalti, 59’); y luego frente al Burgos en la visita a El Plantío, donde el tanto de Rubio para los locales (62’) dejó a cero al Tenerife. El equipo buscaba la redención en su feudo y al abrigo del Heliodoro el sábado, pero entonces fue Vada quien marcó primero.
El técnico tarraconense se refirió ayer a esta circunstancia y subrayó que «golpear primero siempre es una ventaja, más todavía para un equipo como el Tenerife». En San Sebastián, los blanquiazules aspiran a quebrar la tendencia.
