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El equipo que cerró Atotxa

El regreso a San Sebastián rescata viejas historias, como la presencia tinerfeña en la despedida del viejo estadio ‘txuri-urdin’ y las nueve paradas posteriores en Anoeta

Górriz y Dertycia en el partido Real Sociedad-Tenerife de 1993. E. D.

El Tenerife vuelve a San Sebastián, a Anoeta. No para visitar al primer equipo de la Real Sociedad, pero algo es algo. Con suerte, la próxima temporada... De momento, el presente recupera un viaje que los blanquiazules no hacen desde abril de 2009, una década antes de que el recinto deportivo de la capital guipuzcoana fuera remodelado para, entre otras cosas, sustituir la pista de atletismo por gradas, con el fin de aumentar su aforo, darle otro aspecto, mucho más futbolero, y convertirse en el Reale Arena. Esta cara de Anoeta sí será nueva para un Tenerife que llegó a jugar ocho veces en ese suelo, en Primera y Segunda, y que también conoció la anterior casa de la entidad txuri-urdin, el mítico y ya inexistente Atotxa. De hecho, fue el Tenerife el que cerró ese estadio.

El destino quiso que el representativo insular fuera el último visitante del viejo campo realista. En la penúltima jornada de la temporada 1992/1993, el equipo donostiarra recibió a un Tenerife que aspiraba a clasificarse por primera vez en su historia para una competición europea. Pero la noticia en todos lugares, menos en la Isla, estaba en el adiós de Atotxa. Los locales contribuyeron a que la despedida fuera todavía más emotiva añadiendo una última victoria a una instalación que fue, entre otra cosas, la base de los dos únicos títulos de Liga conquistados por la Real, en 1981 y 1982. Con un gol de Meho Kodro, en ese entonces en el plantel vasco, y un doblete del portugués Oceano, el equipo entrenado por John Benjamin Toshak se impuso a un Tenerife que solo pudo anotar por medio de Óscar Dertycia. Esa tarde, la del 13 de junio de 1993, Jorge Valdano alineó a Agustín, Toño, Mata, César Gómez, Paqui, Llorente, Ezequiel Castillo, Felipe, Quique Estebaranz, Latorre y Óscar Dertycia. Juan Antonio Pizzi y Rafael Berges también tuvieron minutos.

Al final, con el Tenerife cambiándose por última vez en los vestuarios de Atotxa y la afición local alargando el histórico momento con la tradicional tamborrada y la implicación de sus jugadores, que no dudaron en dar una vuelta al campo, el viejo estadio cerró sus puertas con algún trozo de campo desprendido y algunos ladrillos menos, retirados por la afición a modo de recuerdo. Una semana más tarde, fue derruido. En ese lugar hay ahora una plaza.

En esa temporada, la 1992/93, la Real Sociedad se tuvo que conformar con la permanencia en Primera. Al Tenerife todavía le quedaba el desafío de intentar derrotar al Real Madrid en el Heliodoro para colarse en la Copa de la UEFA. Y lo consiguió con aquel 2-0, con goles de Dertycia y Chano.

El siguiente desplazamiento del Tenerife a San Sebastián ya fue para estrenar Anoeta. Lo hizo con derrota por 2-1 en marzo de 1994 (Llorente). En la Liga posterior, el público disfrutó con un banquete de goles, siete en total y cinco a favor de los locales. Un póker de Kodro resultó demoledor para los de Cantarore.Los tantos de Chano y Conte, en lo últimos minutos, quedaron en nada.

Al fin, en su tercer intento, el 20 de diciembre de 1995, el Tenerife ganó en Anoeta. Un acierto de Aguilera bastó para resolver un encuentro que tuvo a Heynckes en el banquillo visitante y a Ramis en la alineación titular tinerfeña.

Antes del ocaso del ciclo dorado del representativo en Primera, las visitas a San Sebastián fueron poco productivas. El 3-0 de 1997 tuvo su anécdota. El partido se jugó dos días después del previsto por las intensas lluvias que cayeron en Guipúzcoa el primer fin de semana de junio. La tormenta impidió que el árbitro Andradas Asurmendi llegara a tiempo.

La década de los 90 se completó con dos empates a un gol, uno en 1998 (Emerson) y otro en 1999 (Óscar de Paula en propia meta).

Los tres antecedentes restantes en Anoeta fueron más aislados. En su penúltima experiencia en la máxima categoría, con Javier Clemente al frente, el Tenerife ganó por 0-2 con golazos de Marioni y Bichi Fuertes (marzo de 2002). Luego, tras el descenso de la Real Sociedad a Segunda, la escuadra insular compitió un par de veces más en el estadio donostiarra. En 2007 perdió por 2-1(Nino) y el 18 de abril de 2009 venció con un doblete de Nino para afianzarse como candidato a un ascenso a Primera que consiguió asegurarse en Montilivi el 13 de junio de 2009. Aquel fue un duelo de técnicos entre Juan Manuel Lillo y José Luis Oltra (1-2).

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