No es el final que habría querido para su carrera profesional pero, una vez ya están sus botas en la gaveta, tal vez sí se aproximó mucho la despedida de ayer al acto de justicia que merecían el compromiso, el esfuerzo y la trayectoria de Borja Lasso.

Había prometido el CD Tenerife que el jugador sevillano tendría un aplauso unánime del Heliodoro. Y así ocurrió este lunes, cuando las nuevas luces del coliseo capitalino se encendieron para darle las gracias por última vez a un profesional que peleó hasta la extenuación por estirar al máximo sus días como futbolista. No pudo ser, pero le queda la recompensa de un gentío entregado que le hizo emocionarse en el epílogo de su carrera.

Quiso el representativo hacer coincidir el homenaje a Lasso con un día que hubiese mucho público, el partido fuese trascendente y la repercusión de la fecha fuese estruendosa. Quedaron conseguidos los tres propósitos y, aunque no fuese en un derbi –como estaba inicialmente previsto–, el caluroso tributo al ex de Osasuna, Sevilla y Tenerife sí se produjo con miles de espectadores en el graderío, en el marco de un envite con gran cartel (segundo contra cuarto clasificado)y con televisión en abierto, así que los decibelios del aplauso se multiplicaron por miles.

Todo fue especial para el ocho tinerfeñista en su último día en el club. Pasó Lasso e fin de semana en Santa Cruz, donde acudió a algunos de los escenarios con los que más se había familiarizado durante su etapa como jugador blanquiazul (sus restaurantes favoritos, la playa de Las Teresitas...) y, por supuesto, al Heliodoro de sus amores. El estadio de la calle San Sebastián fue la estación final de una jornada que Borja comenzó en el hotel de concentración junto a sus compañeros, de los que ya no se separó ni un momento. De hecho, fue del sevillano el último aliento que recibieron antes de jugarse una de las grandes finales de esta temporada.

Mientras su imagen se difundía en el videomarcador y el aplauso era unánime y muy potente, su última aparición –hasta la fecha–como partícipe de esta plantilla fue para fundirse en un abrazo con el Heliodoro que no olvidará. Espera regresar, pero para celebrar el ascenso. Si el cambio de categoría se consuma, aparecerá su nombre en la historia de una campaña irrepetible para todos. Para él no por haber jugado –no llegó a recuperarse nunca de su última grave lesión– sino por el afecto y reconocimiento que ha recibido siempre. También este lunes, pues el destino quiso que este homenaje llegase contra el rival al que hizo su último gol.

La afición responde

Para cuando se produjo el aplauso a Lasso, muchos seguidores blanquiazules aún no ocupaban sus butacas. Algunos porque llegaron tarde por motivos laborales y otros muchos porque se encontraron con algunos accesos cerrados. Pero el aspecto que presentó el Rodríguez López se asemejó mucho al de las grandes ocasiones. Horas antes del partido ya se había agotado el papel para Popular Baja, Popular Alta y San Sebastián Baja, lo cual devino en la segunda mejor entrada de todo este curso. La ocasión lo merecía y Lasso, también. Además, quien no pudo ovacionarle antes del encuentro sí lo hizo en el minuto ocho, cuando su imagen se proyectó nuevamente en el marcador. Hubo margen también para otro reconocimiento, a Nolito Sánchez, fallecido recientemente y por el que se guardó un muy respetuoso minuto de silencio. Fue leyenda del fútbol norteño, jugador y técnico del filial del CD Tenerife.