El documento tiene el doble de valor porque Ramis desconocía que le estuviesen grabando. Tuvo Movistar Plus la gran idea de acercar una cámara a las entrañas del vestuario del Tenerife y filmar todo aquello que estaba aconteciendo en sus adentros a solo unos minutos de que el partido empezara.
La secuencia es casi litúrgica. En las imágenes puede verse al delegado del equipo, Víctor Padrón, haciendo un claro gesto al cámara para que no se acercase más. Como queriendo mantener la privacidad de la caseta, el empleado blanquiazul les pide que respeten el sagrado momento de la última consigna.
El reportero de Movistar respeta la decisión y espera a que Ramis acabe la charla. Pero todo se oye con una perfecta y absoluta nitidez, que el oyente agradece. «El orden, la voluntad, el esfuerzo. Eso no puede dejar de aparecer ni un segundo», se escucha decir al jefe del banquillo.
Mucho se había oído hablar de su capacidad para transmitir y su facilidad para comunicar. Lo demuestran estos segundos de filmación que ya se han hecho virales. Ayer, se habían reproducido ya más de 6.000 veces gracias a un usuario de Twitter que decidió compartirlo públicamente.
«Hay que demostrarlo desde el primer segundo», prosigue el técnico, quien hace hincapié en aquello que ya les había indicado durante la semana: el comienzo del partido iba a ser clave. De hecho, ya había relatado Míchel Herrero que una de las indicaciones del cuadro técnico para preparar la visita a Gijón era esa. Empezar fuertes, para que no ocurriese lo de Alcorcón o Anduva, donde el inicio fue más bien fláccido.
Pero lo mejor del último mensaje deRamis a los suyos viene al final. Es la determinación, la confianza, las cuatro palabras que emite para exhibir su absoluta fe en la victoria. «Lo vais a conseguir», les dice. «¿Está?Pues a por ello», se le escucha decir antes que los capitanes –Aitor Sanz y Carlos Ruiz– formen un corro en señal de inquebrantable cohesión grupal.
«¡Fuerte, fuerte, fuerte! ¡Ganar, ganar y ganar!», gritan al unísono en un momento donde se funden las manos de los futbolistas y Ramis. Ya para entonces el camarógrafo de Movistar había podido acceder al mismo corazón del vestuario y las imágenes son las de un Tenerife cohesionado. Hecho una piña.
Cuentan desde dentro que es ésta una secuencia habitual en los partidos que el representativo juega en casa y fuera del Heliodoro. Y que los mensajes de Ramis al grupo son «marca de la casa» desde el primer día que llegó. La diferencia es que esta vez el partido tenía cobertura especial por parte de la televisión, que cuenta con los derechos para acceder adonde casi nadie. De hecho, apenas un par de empleados del club (el médico, los ayudantes de Ramis y el delegado, entre otros)son testigos de este tipo de arengas. La mejor escenificación posible de la armonía y la unidad que reinan en el Tenerife.