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Shashoua pierde chispa

El británico, próximo a cumplir cuatro meses sin marcar l> Lastrado por las molestias físicas y el estrés por no hallar su mejor nivel, lleva seis partidos en la suplencia

Sam Shashoua, en el derbi contra Las Palmas en el Heliodoro. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ

1 de noviembre de 2021. Ese es el último día que vio portería en liga Samuel Shashoua, hasta entonces absolutamente desequilibrante para el representativo e imprescindible para explicar la excelente temporada blanquiazul. Sin que nadie pudiera presagiarlo y sin indicios para sospecharlo entonces, aquella tarde de lunes en la exhibición coral contra el Burgos (4-0) iba a abrir un largo paréntesis sin sus goles que aún no encuentra final. El diez blanquiazul lo busca urgentemente.

Shashoua acumula 16 jornadas sin marcar, pero además otras seis consecutivas sin la condición de titular. En todo este tiempo tan solo ha firmado un partido completo (el derbi contra Las Palmas) y en cambio se ha quedado sin minutos en cuatro jornadas, a la que podría sumarse la del Tenerife-Ibiza, donde tuvo un papel prácticamente testimonial: dos minutos cuando el encuentro ya estaba sentenciado.

El Tenerife y la mejor versión de Shashoua se echan de menos mutuamente. El cuadro blanquiazul resiste gracias a los goles de algunos de sus compañeros y a la aparición de nuevas fuentes anotadoras (Mario González), pero un hombre de la calidad individual y la capacidad de desequilibrar del inglés se presume absolutamente necesario en el tramo final de la competición. Ahora a seis puntos del codiciado ascenso directo, cualquier posibilidad de éxito colectivo en el representativo requiere de la mejor versión de su hombre franquicia.

Desaparecido

La desaparición de Shashoua de las alineaciones iniciales ha coincidido con el «tratamiento» que inició para mitigar los efectos de una lesión que ya parece superada; no así sus secuelas, que se han hecho presentes en «cierto estrés y ansiedad» del jugador en la incesante búsqueda de su mejor nivel. «Es que quiere estar al 150%», define Ramis, quien ha hablado de manera particular con el futbolista en numerosas ocasiones para transmitirle seguridad, tranquilidad y confianza.

La mayoría de tardes felices de Sam con el representativo proceden del tramo inicial de la competición. Empezó en parámetros altísimos de rendimiento, fue titular indiscutible durante las seis primeras jornadas (fijo en los planes del entrenador contra Fuenlabrada, Sporting, Oviedo, Ponferradina, Valladolid y Mirandés); y tuvo participación desde el once inicial también en los siguientes diez partidos de la competición liguera. Dicho de otro modo, solo faltó en la alineación inicial una vez (en la derrota frente al Almería), pero es que justamente ese día salió desde el banquillo y marcó un gol.

Sus aciertos se hicieron tan frecuentes que firmó tres partidos consecutivos con gol; y vio portería en cuatro jornadas de cinco. Ocurrió entre septiembre y octubre, los dos meses de mayor producción ofensiva por su parte. Pero algo se quiebra antes de acabarse la primera vuelta. Surgen las molestias, la lesión, su nombre aparece en el parte médico... y de alguna manera su confianza se ve resquebrajada al mismo tiempo que su participación en los partidos.

Confesaba Shashoua que ha tenido que «aprender a convivir» con el dolor y que jugó muy condicionado por las molestias el único de los últimos partidos que ha disputado titular, el derbi contra Las Palmas. En 2022, su cuota de protagonismo se ha reducido casi a la mínima expresión, con apenas 29 minutos en seis semanas de competición. Ahora bien, algo puede haber cambiado a partir del pasado sábado. El partido contra el Mirandés se torcía en la primera mitad y Ramis empezó a mirar al londinense. De hecho, incluso se planteó darle carrete antes del intermedio: «Nos lo planteamos, pero los últimos buenos minutos del equipo en la primera mitad nos invitaron a seguir así, sin hacer más cambios».

Al final, Samuel Shashoua dispuso en Miranda de Ebro de 45 minutos de juego –más que la suma de los que ha tenido en el último mes y medio de competición– y trató de desatascar un encuentro que ya estaba cuesta arriba. No marcó, así que su sequía se prolonga, pero sí dio un paso adelante en el hallazgo de su mejor versión. La que brilló con luz propia a comienzos de temporada y la que ahora el Tenerife necesita como el comer. Más que nunca.

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