Luis Miguel Ramis vivirá hoy su primer derbi canario con público desde la perspectiva de un entrenador. Sí jugó uno de Copa en el estadio Insular. Por tanto, ya conoce lo que rodeará a este encuentro. Por eso, puso en valor la presencia de más de mil seguidores blanquiazules en el Gran Canaria.
«Tendremos un buen ambiente para todos, ellos con sus aficionados en mayoría y nosotros con esos 1.400 o 1.500 que van a empujar y nos van a transmitir mucho», argumentó el entrenador. «Lo sé porque lo he vivido y, aunque parezca que todo es amarillo, lo azul y blanco se ve mucho».
En cuanto al desarrollo del clásico, Ramis recordó que «en partidos de este tipo no hay favorito». En esa línea, agregó el factor del «respeto» que se palpa en el campo y que «muchas veces provoca» un exceso de «prevención» que condiciona el ritmo del juego. «Seguro que Las Palmas va a acelerar el partido desde el comienzo, así que habrá que dar respuesta», añadió imaginando un arranque impetuoso del conjunto local. «Pero los dos tenemos argumentos suficientes para ofrecer un buen espectáculo, los dos tenemos potencial ofensivo», añadió.
En ese intercambio de golpes, confesó que no le gustaría que el encuentro se le escapara al Tenerife de su control. «No nos interesaría entrar en un partido de transiciones», advirtió seguro de que un juego de «ida y vuelta» favorecería más al conjunto de Pepe Mel.
Aparte de «marcar un gol más que el rival», el tarraconense situó las claves en «cometer menos errores y acertar», ya que «los detalles son importantes» en cualquier partido, y mucho más en uno tan intenso como el de esta tarde. «No hay que tener errores de concentración y, a partir de ahí, que cada uno desarrolle lo que crea conveniente, pero será importante controlar las tensiones y los momentos», dijo el míster.
En ese aspecto, se mostró conforme con la elección del árbitro Prieto Iglesias, ya que atesora «experiencia» y suele tener «buenos» comportamientos en el campo. «No pierde los nervios y toma las decisiones con tranquilidad».
Abundando en el componente anímico, indicó que «un derbi tiene una parte caliente y de tensión, y otra parte más fría, que es la que hay que saber dominar». Se trata de un reto para el que sus jugadores están preparados, dado que hay blanquiazules «con suficiente experiencia» para tener confianza.
En la cuenta atrás, no percibió nada preocupante. «Este equipo entrena bien en cualquier circunstancia. Lógicamente, sabemos que es un partido señalado y que es importante no solo por la rivalidad que existe, sino por los tres puntos que hay en juego. Nos podríamos situar con 20 y eso sería importante para mantenernos donde creo que peleábamos por estar. El punto de nerviosismo o de tensión aparece antes del partido. Todo lo que hay alrededor invita a potenciar un poco más todo eso. Pero veo un equipo con las ideas claras, están todos a una. En cuanto a la motivación, en esta semana hay que trabajar poco».
