Se enfrentaron a la UD Las Palmas sin saber que un día, al llegar al Tenerife, el equipo amarillo se iba a convertir en un rival especial. Guardan gratos recuerdos de sus cruces con la escuadra grancanaria, uno por marcar un gol decisivo, otro por completar la actuación de su vida... El fin común, trasladar esa buena estrella al clásico de mañana.
El trabajo bien hecho. Ese podría ser el resumen de la última y única victoria del CD Tenerife en el entonces recién estrenado Estadio de Gran Canaria, un 23 de noviembre de 2008 en el que los tinerfeños fueron solventes ante una UD Las Palmas que se vio superada. A la conclusión, un merecido 0-1 para las huestes tinerfeñas.
En el recuerdo queda un gol de tiralíneas de Alejandro Alfaro que aprovechó la rapidez de Sergio Aragoneses desde la portería y de Richi en el mediocampo para sorprender a una defensa amarilla falta de ritmo y bastante indecisa en sus movimientos. Fue en el minuto 31 del choque que supuso el cuarto triunfo blanquiazul en Gran Canaria en los 32 encuentros disputados en competición oficial.
La sección de Jornada Deportiva de EL DÍA recogió las incidencias de partido de la mano de Juan José Ramos, que ponía en valor un triunfo tan trabajado como merecido y que consolidaba al conjunto de la isla picuda en los puestos altos de la tabla, séptimo a dos puntos de la zona de ascenso todavía en la jornada decimotercera. Fue la temporada en la que el CD Tenerife vivió su último ascenso a la Primera División tras el triunfo en el estadio gerundense Montilivi, el 13 de junio de 2009.
Este choque entre Las Palmas y el Tenerife fue uno de los antecedentes que explican una trayectoria que terminó en ascenso. Juego lúcido, serio y contundente. Lo que el estadio de Gran Canaria vivió en sus carnes en el último encuentro que los tinerfeños ganaron como visitantes.
No obstante el partido comenzó con cierto dominio local. Los amarillos apretaron durante los primeros minutos y fue Aragoneses el que se lució ante Pablo Sánchez. En ese momento comenzó un toma y daca en cada una de las porterías. Un ataque del rival se respondía con otro en la portería contraria. Se presagiaba un partido loco y el Tenerife no se encontraba en una situación cómoda en este periodo.
Pero ahí surgió la figura de Alejandro Alfaro al aprovechar un pase de Richi que lo posicionó con la opción del gol en sus botas. Y no falló. En el minuto 31 el gol subía al marcador sin que el guardameta local, Santamaría, pudiera hacer nada ante el atacante.
A partir de este tanto, los blanquiazules se vinieron arriba y empezaron a dominar y a tener varias ocasiones de gol. Fueron los instantes en los que UD Las Palmas pedía la hora para poder llegar al descanso e intentar recomponerse ante su eterno rival.
En la segunda parte, el Tenerife mantuvo el ritmo y el control y los amarillos hacían lo que podían, e incluso, enmarañar el partido con el objetivo de desquiciar a los de José Luis Oltra. No lo consiguieron y los chicharreros ganaron.
