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Nono se sintió «en el punto de mira desde el primer día»

Nono González. María Pisaca

Aunque Juan Carlos Cordero le planteó su salida en el comienzo de la pretemporada, Nono González no cambió de equipo hasta el último día del mercado. Lo hizo para reforzar al Ibiza, una vez que el Tenerife se aseguró cubrir su plaza con un fichaje de garantías, el cedido Mollejo. El extremo pacense habló ayer, en Cope, de su experiencia como blanquiazul y de su desvinculación del club.

Por un lado, Nono afirmó que fue cuestionado «injustamente» y recordó que «jugar tantos partidos no se regala». Al final, cuando el director deportivo le recomendó marcharse, se dio cuenta de que su futuro debía estar en otro lugar. «Cordero veía bien mi salida y hay que aceptarlo, es fútbol», indicó.

En su análisis, opinó que «el detonante» del cierre de su etapa como blanquiazul pudo estar en las críticas que recibió. «Estuve en el punto de mira desde el primer día», lamentó. «Cuando el entrenador hacía declaraciones, siempre le preguntaban por mí. Nono siempre estaba en el disparadero y eso influyó para que se valorase mi salida», argumentó el jugador.

En cierto modo, sostiene que las «expectativas» que se generaron con su fichaje fueron demasiado altas. «A lo mejor pensaron que iba a marcar 15 goles», apuntó. «Llegué bastante bien valorado, después de anotar seis goles en el Extremadura, y mi protagonismo ofensivo en el Tenerife no fue el que se esperaba, pero el tipo de juego era un poco más defensivo y yo hacía otro tipo de trabajo».

Nono confesó que llegó a estar «un poco cansado de todo el mundo», porque recibía «miles de mensajes» en las redes sociales. «Yo no estaba tan pendiente, pero la familia lo mira y se preocupa. Intenté darle la menor importancia posible, pero pudo afectarme», dijo Nono, quien, con todo esto, llegó a ser «muy feliz en Tenerife».

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