Echando la vista atrás, el Tenerife ya se ha enfrentado al actual líder, al Sporting (0-0) en casa; al equipo que perdió esa condición en el Heliodoro, la Ponferradina (2-0); y a dos rivales de la mitad de la tabla que se están posicionando para escalar, Fuenlabrada (1-2) y Oviedo (0-0), ambos a domicilio. La serie, ordenada por el lugar que ocupa cada uno en la clasificación, muestra que, a veces, las apariencias engañan. Puede que el comienzo de Liga no haya sido tan propicio como pintaba. Aún así, el balance no ha estado nada mal: 8 puntos de 12. Y seguirá sin ser un paseo. En la quinta fecha toca visitar a uno de los rivales teóricamente más potentes, uno de los descendidos, un Valladolid que, para colmo, jugará con la obligación de demostrar que el doloroso 3-0 encajado en Burgos fue, como supone Pacheta, «un accidente».
Es un factor añadido que no cogerá por sorpresa al Tenerife. Tienen claro lo que les aguarda hoy, una puesta en escena de los locales plena de «mensajes de energía y empuje». Ya lo avisó Ramis, consciente de que, al igual que en la globalidad de la competición, las apariencias también pueden engañar dentro de su equipo, al menos de puertas afuera. Y es que, a pesar de ser el menos goleado de la Liga –Soriano lleva más de 300 minutos con la meta a cero–, completó ante la Ponferradina su peor partido en defensa. El técnico no se cortó al advertir que una actuación similar en el José Zorrilla no será garantía de una victoria.
Pero esta alerta no parece traer consigo cambios en el armazón tinerfeño. Lo más probable es que Álex Muñoz –de vuelta al once con gol incluido la pasada jornada– repita en la banda izquierda y que se mantenga el bloque de retaguardia formado por Soriano, Mellot –cada vez más afianzado y sin dar opciones a Moore–, Sipcic, Carlos Ruiz y el citado lateral alicantino. Igualmente se da por hecho que el exblanquivioleta Míchel Herrero y Alexandre Corredera llevarán el timón en el centro. De hecho, tampoco se esperan novedades en el frente de ataque, exceptuando la obligada por la lesión de Bermejo. El barcelonés fue titular ante la Ponferradina en el costado derecho, lugar en el que encaja perfectamente Mollejo, sin descartar las opciones de Rubén Díez y Thierno. También podría jugar ahí Elady, pero seguramente tendrá continuidad en el carril izquierdo. Las posiciones más centradas serían para Sam Shashoua y Gallego.
Es lo que tiene venir de un triunfo: lo que sale bien, no se toca. O se toca menos. Precisamente, es justo lo contrario que pasa en el Valladolid. La duda está en si la goleada en El Plantío llevará al banquillo a más de un futbolista. Uno de los elegidos en Burgos fue el tinerfeño Cristo González, cuya competencia crece por el regreso de Weissman después de ser convocado por la selección de Israel. Otros que volvieron tras sus compromisos internacionales fueron el defensa marroquí El Yamiq y el extremo ecuatoriano Gonzalo Plata, fichado el último día del mercado y recibido ayer por al equipo. La relación de altas podría ampliarse con la del central Joaquín, que es duda por una lesión. Carnero, Kike Pérez, Hervías y El Hacen –sin ficha– sí están descartados.