El Tenerife consiguió un empate sin goles en su visita al Real Oviedo y mantiene la condición de invicto en este arranque de temporada e incluso protagoniza su mejor arranque liguero fuera de casa con cuatro puntos en dos visitas, aunque la propuesta de Ramis y el desempeño ofensivo de los blanquiazules fue más bien pobre. El partido tuvo dominio ovetense en la primera mitad, en la que hudo dos acercamientos peligrosos de los astures, en especial el que protagonizó Samuel Obeng, que en el minuto 12 remató a bocajarro un servicio de Borja Sánchez, pero su disparo fue rechazado con la cara por el meta Soriano. El protagonismo ofensivo visitante se redujo a un disparo alto de Míchel Herrero desde fuera del área. Cerca del descanso, Borja Sánchez por los locales y Samuel Shashoua por los tinerfeños probaron fortuna sin acierto.

La segunda mitad fue distinta en cuanto a predominio en el juego, pero igual de carente de situaciones claras en ambas áreas. Pomares lo intentó con un cabezazo que se marchó muy alto (62') y Obeng respondió con un disparo fallido. En el minuto 61, Ramis dio entrada al flamante fichaje de los blanquiazules, Enric Gallego, que sustituyó a Álex Bermejo, pero tuvo bastante poco protagonismo, como Rubén Díez, que intentó revitalizar el ataque de los de Ramis en el tramo final, cuando el equipo tinerfeño dio la sensación de dominar la situación, con una posición más avanzada en el campo ante un Oviedo cansado, pero su única producción fue un inofensivo disparo de Shashoua que paró Femenías. EL punto tiene el valor de haber competido con solidez, pero deja sensaciones peores en cuanto a la ambición del conjunto de Ramis.