Daniel Lasure, futbolista del Real Zaragoza que jugó cedido en el Tenerife durante la segunda vuelta de la temporada 2019/2020, habló ayer por primera vez, en una entrevista a los medios de comunicación del club aragonés, sobre su experiencia como enfermo de cáncer, enfermedad que le diagnosticaron hace cinco meses.

Así empezó todo. «Fui a visitar a un médico porque notaba un bulto en un testículo. Me dijo que probablemente era un tumor, y así fue. Es muy duro porque tienes que asimilar muchas cosas en pocos días y te invaden un montón de emociones negativas que nunca habían sido tan intensas. Sientes dolor, miedo, frustración… Son momentos muy duros”, comentó.

«Es una enfermedad bastante dura», admitió Lasure. «A mí me asustaba cuando había personas cercanas que la sufrían, y me pasó lo mismo cuando me tocó a mí. Te viene de golpe y te impresiona», reconoció el lateral antes de referirse a su principal apoyo, su familia. «Tuvieron una reacción proporcional a la que tienes tú. Se sabe bastante de esta enfermedad, a la que todo el mundo tiene temor, pero también se desconoce todo lo que conlleva. Tu entorno está más pendiente de cómo te encuentras tú que de la propia enfermedad e intenta estar encima».

Dadas las circunstancias, su carrera deportiva pasó a «un segundo plano» tras recibir la preocupante noticia. «No le das ninguna importancia al fútbol y una vez que pasas todo el proceso se produce una reconfiguración de tu forma de ver las cosas. He tenido la suerte de haberlo gestionado bien y estoy orgulloso de ello. Pones en jaque todos tus valores y lo puedes llegar a ver como una oportunidad. De hecho, he descubierto que la adversidad es una oportunidad tremenda y me he quitado la venta de los ojos. Tienes la opción de llevarlo mal y dejarte llevar o aprovecharlo porque, aunque es algo que no depende de ti y no puedes controlar la situación, sí puedes decidir cómo gestionarlo. No es lo que te pasa sino lo que haces con ello, saber darle la vuelta y mirar lo bueno que hay detrás. Es una situación mala, pero me ha dado la oportunidad de ser mejor y estoy agradecido por ello».

Lasure definió el «proceso» de cura como «duro a nivel físico», porque la terapia lleva «al límite» a los pacientes. «He pasado por muchos baches, los tratamientos de quimio son muy agresivos y el cuerpo sufre muchísimo con poco tiempo para recuperarse. Ahora que ya ha pasado cierto tiempo del último empieza a recuperarse y haberse cuidado ayuda, pero en muchos momentos mi cuerpo era mucho más capaz que mi mente. El cuerpo tiene un aguante tremendo y la cabeza tiene esos momentos de debilidad que el cuerpo no tiene”, aseguró Daniel.

Hace dos meses finalizó el tratamiento de quimioterapia. Un paso fundamental. Ahora avanza en la recuperación. La peor parte ya ha pasado. Su objetivo no es otro que recobrar «la salud» que perdió.