Ya desde por la mañana, en el centro de Santa Cruz se empezaban a dejar caer aficionados con la camiseta del CD Tenerife. La emoción se dejaba ver en sus ojos, lo único del rostro que dejan ver las mascarillas. Es el día del regreso a las gradas del Heliodoro Rodríguez López. De empujar cada balón con la mente, y algunos incluso rematan como si estuvieran en el césped. De regresar a unas gradas que han estado demasiado en silencio desde hace más de 500 días.

Entre todas esas voces que a se reencuentran con el estadio tinerfeño, hay una especial. Una que no anima desde los asientos sino desde la cabina de radio. Una que  no llevará la bufanda blanquiazul porque la tiene tatuada en cada sonido que sale de su garganta. Es la voz de Juan Carlos Castañeda, que celebra esta tarde un regreso al fortín tinerfeño del fútbol por todo lo alto. Y confía en romper esta misma tarde el silencio del último año y medio cantando al menos un gol. Uno más que el contrario, claro.

Según Luis Padilla, experto en la historia del CD Tenerife, es el narrador de la Isla que más partidos del representativo lleva a sus espaldas narrando in situ. “Si él lo dice sé que tiene razón”, afirma Castañeda que ni siquiera ha hecho cuentas. Sí que sabe que será su temporada número 38 siguiendo al equipo con el micro delante. Esta vez el de Radio Club Tenerife, aunque ha pasado por la práctica totalidad de los medios de la Isla: Antena 3 Radio, Cope, Radio Myd, Radio El Día, Canal 4… aparte de los periódicos, tanto en esta casa como en las desparecidas cabeceras de La Gaceta de Canarias.

Anécdotas, historias, secretos y hasta misterios atesora Castañeda en su memoria. Desde un partido en el Vicente Calderón en varios agentes de policía tuvieron que escoltarle en la cabina ante el cabreo de los aficionados colchoneros hasta una inoportuna necesidad intestinal que le hizo soltar el micrófono en plena entrevista. “Lo cierto es que quiero morirme en la cabina porque esto es lo que me apasiona”, asegura.

Hoy suma un episodio más. Un regreso histórico, para el que aventura un 2-1 frente al Sporting de Gijón. Pero más especial si cabe para él que para el resto de los birrias. Diez meses de baja por una depresión severa le mantuvieron alejado de las ondas y del equipo al que dice “amar con todas las fuerzas”. “Fue terrible ver los partidos desde el sofá de mi casa y encima mal y perdiendo”, admite antes de asegurar que esta vuelta a la actividad le puede servir para seguir sacando fortaleza.

Juan Carlos Castañeda dio pie para que el CD Tenerife presentara su campaña de abonos para la presente temporada. Así pudo pisar el césped antes del arranque de la Liga. Ahora se meterá de nuevo en la cabina y, por extensión, en tantos hogares. Quizá esta misma tarde se oiga su primer gol, ese que según él “nace en el estómago, sube por el alma y sale por la boca”. Y si después de un millar de partidos lo tiene tan claro, es que será verdad.