Han pasado casi 15 años desde la última vez que el Tenerife ganó un partido fuera de casa en la primera jornada de Liga. Fue el 26 de agosto de 2006, en Almería.

El Tenerife da el primer paso y cubre una necesidad que se empezaba a convertir en un síndrome: empezar bien la temporada. No es poco importante. Las últimas campañas, el desafío de abrir los campeonatos con buenos resultados ha sido casi obsesivo. No había manera. El golazo de Álex Corredera lo hizo posible anoche en Fuenlabrada, cuando todos daban por bueno y, sobre todo, por seguro el empate.

La última vez que el Tenerife ganó un partido lejos del Heliodoro en el inicio de la temporada, con excepción del 0-2 al Marino en Segunda B, fue el 26 de agosto de 2006, al Almería. Curiosamente, aquella campaña se torció y el equipo tuvo que cambiar de entrenador antes del final del año natural. Después de aquella alegría, propiciada por un gol en propia meta de De Palmas, defensa del conjunto andaluz, se han sucedido malas experiencia como visitante para el equipo blanquiazul, siempre en la categoría de plata. Con Álvaro Cervera, el equipo empezó dos veces a domicilio en temporadas consecutivas, y en ambas cayó por la mínima diferencia (1-0). La primera de ellas en el campo del Alcorcón y la siguiente en El Toralín, frente a la Ponferradina.

Más impactante fue el estreno con Raúl Agné, porque aquel partido en Soria fue el desengaño de una brillante pretemporada en la que los blanquiazules no habían perdido ningún partido, y ante el Numancia encajaron un 6-3 difícil de olvidar. Las tres siguientes experiencias fueron una derrota en Córdoba por la mínima, el empate ante el Nástic con un gol postrero de Aveldaño y la derrota en Zaragoza con López Garai en el banquillo.

El éxito de ayer en Fuenlabrada, que llegó cuando peor lo pasaba el equipo, con una ejecución maravillosa de Álex Corredera, es un subidón impresionante para un equipo que empieza a dar sensación de que su suerte ha cambiado. Es un final soñado, con la presencia de los fichajes en el terreno de juego, porque en los minutos finales se incorporaron Sergio González, José León y el propio Corredera, y con la sensación de que el equipo tiene muchos recursos, a pesar de que aún no dispone del delantero en el que se supone que descansarán gran parte de sus opciones.