Fichajes y también salidas. En gran medida, lo primero depende de lo segundo. Mientras va cerrando incorporaciones –ya van tres, las de Álex Corredera, Juan Soriano y José León–, el director deportivo del CD Tenerife, Juan Carlos Cordero, trata de llegar a acuerdos con futbolistas con contrato que no cuentan para el nuevo proyecto, ya sea por razones económicas, por cuestiones deportivas o, en resumen, por ambas. La primera condición es clave para ampliar el saldo, disponer de un mayor margen de maniobra dentro del límite salarial impuesto por LaLiga. Y ahí está subrayada en rojo la conveniencia de prescindir de José Naranjo, un futbolista fichado por Alfonso Serrano el 30 de julio de 2018 y al que le costó encajar en el equipo, hasta el punto de que ha enlazado dos cesiones al AEK Larnaca. Al andaluz le resta un año de relación laboral con la entidad tinerfeña, pero ese vínculo está cerca de romperse, avanzó la Ser.

El acuerdo permitirá al Tenerife liberarse de una de las fichas más altas de su nómina de jugadores y, de paso, servirá de solución para que Naranjo pueda empezar de cero en otro club. “Si es que solo tengo 26 años, una edad excepcional”, apuntó el onubense al final del curso 20/21 en una entrevista a El Día. Hace tres veranos, nada hacía presagiar que su trayectoria en el Tenerife iba a ser tan decepcionante. Fue el refuerzo más llamativo para un equipo que inició la Liga con Joseba Etxeberría en el banquillo, que continuó con José Luis Oltra al frente y que evitó el descenso en la penúltima jornada, teniendo a Luis César Sampedro como entrenador. En ese curso tan caótico, el atacante procedente KRC Genk –su pase costó 400.000 euros– participó en 36 partidos de Liga y marcó seis goles –nadie superó ese registro–. En el siguiente fue a menos. Empezó teniendo minutos con Aritz López Garai, pero no convenció a Rubén Baraja. A sus órdenes jugó su último encuentro como blanquiazul, el 15 de enero de 2020 en Huesca.

Con el mercado de invierno abierto, el Tenerife aprovechó para buscarle una salida. Víctor Moreno, en uno de sus últimos servicios antes dejar la dirección deportiva del club, acordó su pase a préstamo hasta junio al AEK Larnaca, donde pudo sentirse útil y reconducir su carrera. Unos meses más tarde, a su regreso a la Isla, su situación no cambió, y tampoco lo hizo la fórmula para llegar a un entendimiento. El 25 de agosto de 2020 volvió a salir cedido al equipo chipriota, esta vez por una temporada. Ese curso pasó y el Tenerife se encontró con el mismo problema, con la diferencia de que a Naranjo le queda un año de contrato. “Las fórmulas las conocemos: bien quedarme en el Tenerife o bien rescindir”, apuntó José descartando una tercera cesión. Y todo indica que el desenlace será el segundo. Las partes –Cordero por un lado y el agente del jugador, Emilio Viqueira, por otro– han ido acercando posturas para que cada una continúe por su camino. “El club hizo una apuesta fuerte por mí y siempre le voy a desear lo mejor. No porque no me haya ido tan bien ahí voy a desear algo malo. Ojalá vaya todo el mundo a una y se consiga el objetivo”. Lo dijo hace un mes. Sonó a despedida.