El paso del tiempo ayuda a analizar los acontecimientos desde otra perspectiva. Los protagonistas comparten sus recuerdos con mayor libertad, sin el temor de revelar algo inoportuno. Es lo que pasó ayer en el Foro Ángel Arocha. Tres de los futbolistas de la plantilla del Tenerife que lograron el penúltimo ascenso a Primera, Pier Cherubino, José Luis Martí y Antonio Hidalgo, revivieron una Liga recordada, principalmente, por el tanto de falta de Hugo Morales en Butarque el 17 de junio de 2001.
El Foro Ángel Arocha, espacio creado con el objetivo de divulgar la historia del club de camino a su centenario, recorrió la campaña liderada por Rafael Benítez con detalles conocidos y otros que no habían trascendido, anécdotas de un año en el que pasó casi de todo, mucho más que el gol de Huguito.
Las dudas iniciales.
A modo de introducción, Pier recordó que el Tenerife no protagonizó el comienzo soñado. “Fue una temporada anormal en el inicio porque vinieron muchos jóvenes cedidos, sin nombre, y poca gente confiaba en el ascenso, pero cuando nos vimos líderes en la décima jornada, empezamos a creer”. Uno de esos recién llegados fue Martí, que pasó de tener el visto bueno de Ángel Cappa a su incorporación a recibir la noticia de que iba a empezar la pretemporada con otro técnico. “Mi fichaje se produjo porque lo autorizó Cappa. Y cuatro días después te encuentras con que ya no estaba”. Otra de las caras nuevas de aquel Tenerife fue un Hidalgo que debutaba en un vestuario profesional. “El año fue duro, porque pasaron muchas cosas, pero hubo una comunión entre los jóvenes y los no tan jóvenes, y la calidad humana y el nivel futbolístico nos llevaron a Primera”, comentó en un debate moderado por el periodista Luis Padilla.
Novato y capitán.
De entrada, la novedad más sorprendente fue la decisión de Benítez de nombrar a Martí primer capitán, desplazando así a veteranos como Pier o Alexis. En un principio, al balear no le hizo mucha gracia. “Cuando Rafa me lo dijo, le respondí: ¿Estás loco? Luego aceptas el rol, pero no creo que me sentara bien ni a mí ni a los veteranos. A medida que nos fuimos conociendo, nos entendimos cada vez mejor”. En el lado de los más expertos estaba Pier, que se encontraba pendiente de una posible salida del club. Probablemente, lo de la capitanía era lo de menos para él. “Benítez no contaba ni con Alexis ni conmigo en ese sentido y buscó un capitán que tuviese liderazgo en el campo”, dijo.
La gestión de Rafa.
La relación del primer técnico con la plantilla fue desigual. Pier tuvo “muchos problemas” con el madrileño. “Pero no puedes obviar su trayectoria”, añadió introduciendo el valor del papel de su ayudante, Pako Ayestarán. “Benítez tenía más relación con los jóvenes y Pako nos tenía motivadísimos a los que estábamos por fuera. Era un crack”. En definitiva, opinó que Rafa “es un entrenador que marca, pero no sé en qué”. Martí sí lo tiene más claro. “Tácticamente fue de los mejores que he tenido, sobre todo en el aspecto defensivo”, señaló. Por su parte, Hidalgo quiso dejar el detalle de una breve charla que le dedicó tras su debut. “Se acercó a mí y me dijo: ahora no te vengas arriba, que no has hecho nada”. El Antonio de ahora recuerda al de hace 20 años como “un inconsciente con una ilusión tremenda”. Esa combinación de experiencia y entusiasmo fue obra del director deportivo Santiago Llorente, que a juicio de Martí, fue “muy importante” para aquel Tenerife. “Él sí creía en todo lo que había traído”.
El desenlace.
Con el equipo perdiendo fuerza y el Atlético de Madrid pisándole los talones, estalló el caso Barata. El temor amenazó al tinerfeñismo y a algunos futbolistas. Pier no las tuvo todas consigo. “Se produjeron llamadas a jugadores del Tenerife desde el Atlético para decirles que los iban a fichar, cosas extrañas. Veíamos que le estaba pudiendo la presión al núcleo duro, formado por gente joven. Venía un transatlántico por detrás y querían que subiera”, indicó refiriéndose a la agobiante competencia del Atlético. Así lo vivió Martí: “Los grandes intentaron desestabilizar de cualquier manera al equipo teóricamente más débil, pero reaccionamos”.
Butarque.
Empatado a puntos con el Atlético, el Tenerife disputó las dos últimas jornadas con la necesidad de ganar para subir. Venció al Lleida y se presentó en Butarque dispuesto a completar su obra. Y fue Hugo Morales el que pasó a la historia por marcar el único gol. “¿A quién se le iba a ocurrir que iba a pegarle de esa manera?”, preguntó Pier. “Estaba en la barrera, me aparté y cuando me giré y vi que el balón entraba, no me lo creía. Curro decía que le había dado la asistencia porque había tocado el balón”, añadió Martí. Hidalgo se queda con una significativa imagen. “Cuando ves el balón entrar y a Hugo mandando a callar a la grada...”. Toda una experiencia revivida 20 años después.
La peligrosa llegada y las primas
“Al llegar a Tenerife salimos del avión con unas cervezas de más y quisimos pasar por la terminal, aunque nos habían dicho que no lo hiciéramos por seguridad, ya que había miles de aficionados. Nos hicimos los valientes y ahí pasé uno de los peores momentos de mi vida”, confesó Martí. Ya en la guagua de camino a Santa Cruz, hubo tiempo para firmar las primas en el trayecto, tal como confesó Hidalgo.