Elliot Gómez López (Güímar, 11-06-1999) ha cubierto su cesión en el Valladolid con sabor agridulce. Ha logrado el objetivo de estar en la Primera RFEF, pero las lesiones no le han permitido tener continuidad. Le quedan dos años de contrato con el Tenerife.

¿Qué balance hace de su estancia en el Real Valladolid Promesas?

Ha sido un año bastante bueno en lo grupal, consiguiendo el objetivo de ascender a una categoría nueva sobre todo. Así que muy contento de la labor de todo el equipo. Y a nivel personal te diría que ha sido un año difícil, en el que las lesiones no me han dejado estar a mi mejor nivel. Es un año para aprender y para mejorar de cara al futuro.

Lo cierto es que se trataba de un filial muy fuerte, con unas aspiraciones muy ambiciosas en esta temporada.

Teníamos un filial potente, casi una selección de jugadores. Algunos fueron compañeros míos en el Real Madrid, o rivales en el Atlético y en el Barcelona. Creo que teníamos muy buenos jugadores y un grupo muy potente. Si no tienes el ritmo que debes, es difícil entrar en el equipo.

¿Por qué tantos problemas con las lesiones? Apenas ha podido tener continuidad.

He tenido muchos problemas musculares. Yo creo que todo viene a raíz del covid-19 porque antes no había tenido estos problemas. Estuve con una carga vírica bastante elevada, estuvo mucho tiempo hasta dar negativo. Creo que me ha dejado secuelas físicas. No le veo otra explicación porque soy de cuidar mucho mi físico y la alimentación, no hay otro motivo.

El caso es que iba en busca de los minutos que aquí le iban a faltar y no ha podido ser. Supongo que de ahí el sabor agridulce que tiene a la hora de hacer balance de estos meses.

Ha sido un año para olvidar. Me queda la espinita de haber aportado al equipo lo que verdaderamente suelo aportar cuando estoy a mi verdadero nivel.

¿Se llevó una decepción cuando le dijeron que tenía que salir cedido en la pasada pretemporada?

No, no me lo tomé como una decepción. Siempre te queda esa duda de si pudo haber sido una gran temporada con el CD Tenerife, pero el fútbol te da oportunidades en todos sitios. Al tener contrato, lo vi como una oportunidad que debía aprovechar para crecer y volver lo mejor posible.

Tenía al hermano de Rubén Baraja como entrenador en el Valladolid Promesas.

Sí, creo que algo tuvo que ver en que me ficharan. Pero luego había que ganarse el puesto, claro.

Usted ya conocía otras cadenas de otros clubes. ¿Ha sido esta experiencia distinta a la de sus pasos por las canteras de Real Madrid o Tenerife?

Cuando he estado en filiales, todo me ha recordado siempre a la cantera del Real Madrid. Somos todos prácticamente de la misma edad, donde te sientes en una zona de confort más amena, ya que las diferencias por años son mucho menores y compartimos muchas más cosas juntos en un vestuario. En los dos sitios he tenido buenos grupos de gente.

Hay que ser muy fuerte mentalmente para reponerse de tanto obstáculo estando fuera de casa y sin su gente, ¿verdad?

Sí, eso ha sido lo peor. La cabeza hay que tenerla fuerte para estas cosas, no son fáciles. Pero me lo tomo un aprendizaje. Creo que en lo extradeportivo sí he mejorado. He estado de nuevo fuera de casa, lejos de la familia, madurando. He tenido que esforzarme para estar fuerte y recuperarme de cada lesión.

¿Ha sido el año más difícil para estar en Segunda B por el formato de competición y el escaso margen de error que tenían los clubes en las dos fases competitivas?

No es la categoría en la que estaba el año pasado con el Tenerife, pero ha sido una temporada difícil. Había mucha exigencia, no solo competitiva sino que había que cuidarse mucho por esta situación que estamos viviendo. Pero creo que el equipo ha sabido competir en las dos fases y lograr el objetivo, que era jugar en la nueva categoría (Primera RFEF).

Ahora le espera el CD Tenerife. ¿Le han seguido este año? ¿Le han dicho algo ya sobre lo que sucederá con su futuro después de esta cesión?

Tengo contrato y sí que me han seguido. Estoy a la espera de ver qué pasa. Pero estaré preparado donde tenga que ser para pelear y hacer las cosas bien.

Pero usted querrá seguir en la Isla y ganarse el puesto, más allá de que si le proponen salir se lo tomara luego más o menos bien.

Mi ilusión siempre ha sido estar en el primer equipo del CD Tenerife y estoy con muchas ganas. Me queda contrato hasta 2023 y estoy abierto a lo que me digan, pero en mi cabeza está hacer la pretemporada lo mejor posible y quedarme ahí. Creo que es el momento y voy a pelear con todas mis fuerzas para lograrlo.

Imagino que como en casa en ningún sitio.

Es un orgullo representar al equipo de tu tierra, creo que es un sueño que tenemos todos de niño y yo quiero quedarme ahí para seguir cumpliéndolo. Para mí sería algo muy grande.

¿Ha podido seguir al Tenerife esta temporada? Imagino que cuando no le ha coincidido con partidos o entrenamientos de su equipo.

Lo he seguido toda la temporada, claro. Esperemos que se dé bien el último tramo de la competición y que sumen los puntos en estos dos partidos, pero creo que hay que estar contentos con el trabajo que ha hecho el equipo para no pasar apuros al final. La Segunda División es una categoría muy complicada y si las cosas se tuercen lo puedes pasar mal.

Su puesto ha sido uno de los más poblados en la presente campaña. ¿Teme encontrarse otra vez con un overbooking en julio cuando regrese el Tenerife a los entrenamientos?

Sé que habrá competencia, pero a mí me toca trabajar para estar ahí, ganarme el sitio y que el entrenador cuente conmigo.

¿Puede servir Javi Alonso como espejo para los chicos de la cantera?

La verdad es que ha hecho una gran temporada, han confiado en él y me alegro un montón. Es un orgullo siempre que un canterano se abra paso en el primer equipo y es un ejemplo para todos los que vienen detrás.

El duro camino de vuelta a casa

No son demasiados los canteranos del CD Tenerife que han elegido el camino de la cesión a un conjunto peninsular y han tenido la suerte de regresar al primer equipo blanquiazul con cierto éxito. El caso más recurrente es el de Bruno González, que pasó un año en el Teruel de Segunda B y regresó para ser titular a las órdenes de Álvaro Cervera hasta su salida rumbo al Real Betis. A Alberto Jiménez tampoco le afectó marcharse a préstamo al Valencia Mestalla, donde tuvo continuidad y cogió experiencia. Incluso, el año fuera de casa le sirvió a Nano. El delantero se fue al Hospitalet y, aunque su protagonismo en el conjunto catalán fue decreciendo a medida que avanzaba la temporada, logró regresar con éxito al CD Tenerife y acabar saliendo traspasado una temporada más tarde a la SD Eibar. Pero desde entonces no hay noticias de cedidos que hayan vuelto para quedarse. Este año lo intentarán Otaño, Josué, Fede Olivera, Borja Llarena y Elliot.