Alfonso Serrano se embarca en un nuevo proyecto: reflotar el Albacete

Como aval fundamental, sus dos etapas en la Isla. La primera, entre 2006 y 2008, contribuyendo al ascenso a Primera con los fichajes de José Luis Oltra, Nino, Culebras, Pablo Sicilia o Manolo Martínez, entre otros. En la segunda, con más brillo en los traspasos que en los resultados. Cuatro de sus fichajes (Milla, Malbasic, Juan Villar y Bryan Acosta) generaron 8,6 millones de euros a su salida de la entidad. En lo deportivo, un proyecto frustrado de ascenso en 2017 y una plantilla para recordar en el curso siguiente que, sin embargo, ni siquiera quedó entre los seis primeros del Campeonato.

Luego llegó su ocaso, ahogado en las críticas después de un mal inicio de temporada en la 18/19 que desembocó en su salida pactada del Tenerife. Después de unos meses de parón, Serrano intentó devolver al Córdoba al fútbol profesional. El parón competitivo por la pandemia cortó la progresión de un equipo que soñaba con la cuarta plaza cuando se dio por finalizada la liga.

En verano aceptó una oferta del Deportivo de La Coruña, donde compartió protagonismo en el área deportiva con Richard Barral. Tenía contrato en vigor, pero decidió cambiar de aires atraído por la propiedad del Albacete Balompié y un proyecto a largo plazo, sin prisa pero sin pausa.

Su nuevo club destacaba de Alfonso Serrano “una trayectoria de más de 20 años en estructuras deportivas de clubes de Primera, Segunda y Segunda B”, desde que se inició en el CD Numancia, pasando por el Real Valladolid y el Valencia CF. Entre sus dos etapas en el CD Tenerife también pasó por el Recreativo de Huelva y el Málaga CF.

Junto al exdirector deportivo blanquiazul llega a Albacete como adjunto Rafa Sánchez, cordobés que lideró durante tres años un proyecto de LaLiga de enseñanza de fútbol a entrenadores y jugadores en China.