La designación de Óliver de la Fuente Ramos como árbitro del Cartagena-Tenerife de este domingo (Cartagonova, 17:15 horas) ha enfadado y ha preocupado casi a partes iguales en el vestuario blanquiazul. Sus números lo dicen todo: 2 victorias insulares, 9 empates y 7 derrotas en los 18 encuentros que ha dirigido. Los nueve últimos, saldados sin éxitos tinerfeños. Todo un récord.

Como récord es el hecho de que el colegiado vallisoletano de 29 años haya impartido justicia en tantos choques del CD Tenerife, el equipo al que más en su incipiente trayectoria, por delante de CD Lugo y Real Zaragoza (15 en ambos casos). El de este domingo será el cuarto del presente curso a los blanquiazules, después de pitar en Alcorcón (2-0), en el Heliodoro contra el Sabadell (1-2) y el más reciente contra el Fuenlabrada.

Ese día se vio a los jugadores de Luis Miguel Ramis especialmente incómodos con De la Fuente Ramos, un trencilla poco dialogante y con actitud desafiante. Corría el minuto 62 cuando una falta a favor del CD Tenerife le iba a dejar en inferioridad numérica. Pathé Ciss había arrollado a Nono al borde del área. El colegiado castellanoleonés midió la distancia de la barrera, silbó y hasta hizo un gesto dando su conformidad para el lanzamiento.

En ese momento, Álex Muñoz ejecutó la falta y recibió, por ello, la segunda tarjeta amarilla. La explicación del acta resultó surrealista: “poner el balón en juego en la ejecución de un tiro libre sin mi autorización después de haber medido la distancia reglamentaria y tras haber indicado que no lo hiciese”. Nadie, ni los futbolistas del Fuenlabrada, se percató de ese aviso para que no se sacara la falta. Las protestas propiciaron otra amonestación, la de Aitor Sanz. El Tenerife se sobrepuso y acabó empatando, pero con un hombre menos.

La reacción del club llegó por dos vías: una consulta al Comité Técnico de Árbitros (CTA) y la correspondiente presentación de alegaciones al Comité de Competición de la RFEF para evitar la sanción a su lateral izquierdo. La respuesta provocó aún mayor grado de indignación en la entidad. Competición admitió que “el árbitro había autorizado la ejecución de la falta y pitado en ese sentido”, pero no retiró la tarjeta porque “seguían las actuaciones preparatorias”. Tampoco hubo suerte en Apelación y el Tenerife, sorprendentemente, dio su brazo a torcer y decidió evitar una reclamación al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD).

El caso es que este domingo se producirá el reencuentro en Cartagonova. Habrán pasado ya tres años desde la última victoria del Tenerife con De la Fuente Ramos como juez. Sucedió el 8 de abril de 2018 (2-0 al Sevilla Atlético). Desde entonces, ha sufrido cuatro derrotas y ha empatado los restantes cinco duelos. En dos de ellos acabó en inferioridad numérica (rojas a Mazan y a Álex Muñoz) y en cada cita vio más tarjetas amarillas que su rival.

Ramis, mientras, trabaja firme en su teoría: no preguntar quién es el árbitro hasta minutos antes del partido. Pero su experiencia personal con el trencilla vallisoletano tampoco resulta halagüeña. En su momento ya desveló que la primera amarilla que recibió Álex Muñoz en el Tenerife-Fuenlabrada tampoco debió ser contabilizada, puesto que el cuarto árbitro le había indicado que no había nada punible en la acción. De la Fuente Ramos hizo caso omiso a esta información.