Jorge Giovanni Zarfino Calandria (Montevideo, Uruguay, 10 de agosto de 1991) habla como juega. Va de frente, no rehuye acción alguna y lo da todo. Por eso, se puede hablar con él de cualquier tema. Es capaz de ser autocrítico, pero también de revolverse ante la crítica injusta. Tiene las ideas claras y el trabajo como base del éxito futuro

El triunfo del pasado viernes les ha dado tranquilidad.

Estamos trabajando muy bien porque la victoria nos vino muy bien, nos levantó el ánimo. Necesitábamos levantar el rendimiento de cada uno y la moral. Sentirnos capaces de ganar otra vez.

¿Recuperó el equipo ante el Sporting de Gijón sus niveles máximos de intensidad y concentración?

Sí, creo que recuperamos la energía. En partidos anteriores, por momentos, no parecíamos nosotros. Creo que, sobre todo, en los segundos tiempos. En los primeros siempre fuimos superiores al rival, y hasta en los primeros 15-20 del segundo. Pero esa competitividad que tenemos, a nivel de cada uno, habíamos bajado un poco. Eso, a fin de cuentas, afecta. Lo recuperamos ante un gran rival, un candidato a ascender, y eso te da otro ánimo.

Lo digo porque en Logroño no se vio tanto esa versión, quizás por la adrenalina gastada en el derbi o el resultado.

No creo que afectara por ser el Logroñés o porque viniéramos de un derbi. Planteamos partido a partido y trabajamos la semana en base al rival, al plan de partido, y tenemos que adaptarnos sin cambiar nuestra forma de juego. Hay veces que se te pone cuesta arriba desde el principio, no entraron balones que otras veces sí han entrado y se dieron cosas que no nos pasan habitualmente.

En el Heliodoro llevan nueve partidos sin perder, pero no son tan regulares fuera de casa y ahora afrontan dos visitas seguidas. ¿Está ahí la asignatura pendiente?

La verdad es que sí. Sabemos que los números no mienten. Con Ramis empezamos ganando fuera de casa y pensábamos que seríamos más fuertes. Es verdad que, no habiendo gente en el campo, no se debería notar tanto. Sí estás más acostumbrado a tu campo, lo conoces más. Pero nos sentimos con eso en el debe, tenemos que dar un paso adelante y creemos que tenemos cualidades individuales y como equipo para mejorar. Esperamos cumplir ante el Cartagena y empezar a cambiar esos números.

¿Y ahora qué? Porque quedan nueve partidos y está el Tenerife lejos de todo. ¿Todavía hay opciones reales de playoff?

Lo primero que hay que hacer es pensar en salvarnos. Ganando este fin de semana casi te garantizas seguir en Segunda, que es muy importante para la institución. Es verdad que uno vino con la idea de pelear por estar arriba, pero sabemos cómo es la categoría y que la situación se complicó desde el inicio. No pudimos revertirlo del todo. Creo que con una o dos victorias estaría, pero sabiendo que esta liga no te deja de sorprender. ¿Quién te dice que seguís ganando, se dan los resultados que uno quiere y te da para pelear arriba? Pero también recuerdo que algún equipo, como el Elche, necesitaba una victoria a falta de siete jornadas y no la logró. Acabó descendiendo. Así que vamos a hacer eso primero. Lo más próximo es la salvación y de ahí para arriba.

¿Qué dice el vestuario?

Sabemos que, cuando hacemos lo que debemos, somos un equipo muy complicado, muy rocoso. Nadie puede decir que hay un compañero que no corre. El equipo se deja todo. En Segunda, aunque no parezca un juego vistoso, es así. Después de la salvación, quizás podamos jugar más libres. Pero el Deportivo, con un equipo increíble, acabó descendiendo. Hay que tener los pies sobre la tierra.

Sé que les llega que el debate sobre el juego está dentro del vestuario, eso de la vistosidad.

Siempre te llega. Cuando jugamos el derbi notamos el apoyo, te dicen que hay que ganar en el supermercado, por la calle. En el campo es muy triste jugar así. Te vas acostumbrando, pero es lo que hay. La afición del Tenerife me encantó cuando la tuve en contra la temporada pasada y no la he podido disfrutar a favor. Respecto al juego, tenemos jugadores individuales que tienen una magia diferente, que marcan distancias. Creo que, partiendo de que no nos marquen goles, sé que podemos generar un poquito más. Pero luego hay que meter las ocasiones que tenemos. Nosotros, porque tenemos a Fran Sol, que es increíble lo que nos da de trabajo, aparte de marcar goles. Hacemos lo que nos pide el entrenador, sabiendo que tenemos a gente como Sam (Shashoua), que desequilibra cualquier defensa con su calidad. Pero la categoría manda.

¿Tienen la sensación de que empezando la temporada como han jugado hubiera sido otra cosa?

No se puede saber. Es como cuando elegís pegarle a un palo te la ataja el portero. Es un fallo. Pero si eliges ese sitio y marcas diremos que pateé muy bien. Con Fran (Fernández) era una cosa increíble lo bien que entrenábamos. Pero éramos demasiado jugadores nuevos y ahí hace falta paciencia. Creo que cuando estábamos agarrando un mejor nivel se fue el entrenador. El que vino tiene su idea de juego, nos adaptamos a él y ha funcionado. Los resultados son los que mandan. Si no va bien, todo es malísimo. El entrenador, los jugadores...

Da la impresión de que, en algún momento, han sentido que no se ha visto todo el potencial del CD Tenerife sobre el campo, que ustedes pensaban o piensan que tienen más.

Lo tenemos claro. A mí, en lo personal, me hubiera gustado no lesionarme dos veces o no haber llegado tarde. Pero a veces las cosas salen bien y a veces no. Lo importante es estar, trabajar, insistir y se acabará dando bien. Es algo de mi creencia, en lo personal, que se acaba dando si insistís. Ninguno de nosotros somos máquinas. Todos queremos estar bien y estar bien siempre.

¿Qué les ha aportado Luis Miguel Ramis?

La solidez defensiva. Ha creado un bloque muy competitivo, incluso entre nosotros mismos. Si ves los entrenamientos, un poco más y nos sacamos los ojos entre nosotros. Eso es algo lindo, que se genere esa competitividad que hace crecer al equipo desde el día a día.

En lo personal, ¿está siendo la temporada como esperaba? ¿Cree que pudo lastrarle llegar algo más tarde a entrenar con sus compañeros?

No poder entrenar con mis compañeros desde el primer momento y ponerme a tope fue un momento complicado en lo personal. Luego, llevaba cuatro partiditos buenos y estaba alcanzando mi nivel llegó la lesión. Lo he pasado mal, pero nunca he dejado de trabajar. Nunca me he dejado nada. Me acuesto en la noche y no me puedo reprochar nada. He dado todo para recuperarme, para entrenar y para jugar desde que estaba. Estar fuera tantas jornadas duele.

En los últimos partidos que ha disputado, le hemos visto en una posición más avanzada. ¿Se siente más cómodo ahí o de mediocentro?

Si el míster me dice que voy a tener que jugar de portero, lo voy a hacer. Juego donde me digan que le puedo aportar al equipo. Si tengo que hacerlo ahí, en la media punta, ayudando al medio y aprovechando mi llegada, lo trato de hacer lo mejor posible. He jugado toda mi vida de mediocentro, es mi puesto de siempre y donde me siento cómodo. Así he llegado hasta aquí. Ahora me está tocando estar un poco más adelantado y lo hago sin problema.

Es cierto que en el medio centro hay mucha competencia.

Quizás el más diferente a los otros compañeros soy yo. Quizás ellos pueden jugar más defensivos y yo soy más llegador. Acá me han utilizado mucho como el famoso box to box, de ahí que haya convertido goles desde que llegué a España.

¿Le ha pesado todavía la comparación con Luis Milla siendo jugadores de características distintas?

Lo dije nada más llegar. Somos totalmente diferentes y se ve claro. Que te comparen con un gran futbolista, hoy día en Primera, es algo bueno. Pero no me pueden pedir a mí lo que hace él ni a él lo que hago yo. La gente que no entiende de fútbol te dice que tienes que hacer lo que él. No no, yo hago lo que dijo Cordero cuando me fichó, lo que yo puedo dar. Hay gente que opina sin saber y yo a esas cosas no le doy importancia. Si una persona sabe de fútbol, bienvenida sea cualquier opinión o cosa que te pueda aportar.

En poco tiempo, antes de que finalice la temporada, vence la opción para que el CD Tenerife se quede con Gio Zarfino en propiedad. ¿Le inquieta que quizás no se haya visto su mejor versión y que eso le reste opciones?

No sé lo que puede pasar por el tema del Extremadura, que está en concurso. Tampoco sé la opción de compra porque es obligada en caso de ascenso. Veremos a final de temporada. Yo estoy tranquilo, sabiendo que pude dar más si las lesiones no me lo hubieran impedido. Por ahí sí creo que cuando Zarfino juega bien, no resalta. Y si hace un partido no tan bueno, ya es el peor de la clase. Es lo que pasa, no sé por qué. Trato de estar tranquilo porque me centro en trabajar para lograr las cosas.

¿Qué le transmite Juan Carlos Cordero?

Hablo mucho con Juan Carlos, pero de este tema no me ha dicho nada. Prefiero enfocarme en lo que me toca, que es andar bien y hacer un golito. Que los vengo echando de menos.

Permítame preguntarle por un compañero al que conoce precisamente de Almendralejo: Nono. Hay mucho ruido en torno a su figura. ¿Qué cree que le está pasando?

Si hay una persona a la que se le ha atacado el primero es a Nono. Se le está justificando de una manera impropia. A mí me toca por el sentimiento y el cariño que le tengo. Es una gran persona, es un fenómeno. Siempre está sumando para el equipo, se deja todo cuando juega. Yo lo tuve como compañero en el Extremadura y era nuestro desahogo. Le dabas el balón y se iba de dos o tres como sin nada. Aquí está cumpliendo una función diferente porque jugamos diferente. Allá robábamos el balón para que él encare a los rivales. Aquí tiene que meterse más por dentro, trabajar mucho para el equipo. Quizás por eso no ha destacado tanto. Él, por ejemplo, roba muchos balones. Puede que esté menos acertado en un pase, un centro o un regate. Pero eso es porque las cosas no te salen. Se le ha atacado y me duele. Él aporta mucha alegría. En eso es como Dani Hernández, que siempre está de buen rollo y sumando. Aunque no esté jugando. Nono es importante y, cuando agarre ese uno contra uno, va a salir el mejor Nono. La crítica se convertirá en elogio.