Los jugadores del Tenerife seguían sin explicarse la acción que decantó la balanza en el partido de La Romareda. La sufrió en primera persona Carlos Pomares, que forcejeó primero con Zapater y remató luego a la red. Estuvo, por tanto, en la presunta falta. Y luego vio anulado su gol. “La jugada no había empezado y él ya estaba en el suelo”, describió el lateral antes de mostrar su extrañeza “porque el VAR no lo vea. Es que había acabado en gol y no había pitado antes de eso”.

Lo tiene claro el lateral valenciano a la hora de valorar la decisión de Moreno Aragón: “Si no se ha reanudado el juego se puede repetir el córner. Pero la regla no permite repetir el córner después de sacar. Es la primera vez que lo veo desde que juego o veo fútbol”, proclamó.

Lo ve similar Aitor Sanz, para el que la jugada es “un poco rara”. A su juicio, “el árbitro no se ha querido complicar la vida y ha tomado una decisión salomónica repitiendo el córner. Pero en la repetición es evidente que no hay nada. No entiendo que no entre luego el VAR”. El mediocentro madrileño lamenta que “la jugada nos hubiera dado el empate y el partido hubiera cambiado”. Por eso, no entendió que “ dejara la jugada hasta el final, hasta que acaba el gol”. Es más, desveló que el árbitro le había dicho que “la falta es antes de sacar” y que por eso se tenía que repetir el saque.

El resultado retrasa las aspiraciones del Tenerife. “Era un partido puente para engancharnos con la gente de arriba. Pero hay margen, tenemos que centrarnos en el partido del Albacete. Hay que mantener la distancia con los de abajo para soñar con algo más”, expuso Aitor Sanz quien reconoció que “en la segunda parte nos ha costado, no hemos sabido interpretar el juego como debíamos, estuvimos muy imprecisos”. Aún así, sostuvo que el Tenerife dispuso de opciones “a balón parado”.