“Me conocen y saben que me gusta cumplir lo que prometo”. La frase de Miguel Concepción, durante una charla-coloquio con la que festejaba su decimoquinto aniversario como presidente del CD Tenerife, ya suponía una pista sobre la que profundizó más tarde respondiendo a Salvador García Llanos, Juan Galarza y Luis Padilla en una conversación difundida en los canales oficiales de la entidad blanquiazul. “Pesa más esa intención de terminar los proyectos que están sin finalizar que el hecho de sacar tiempo y asumir esa responsabilidad. Creo que merece la pena. No me gusta dejar las cosas a medias”, agregaba el dirigente palmero poco después.

Incluso, al ser cuestionado por la fecha del proceso de renovación del consejo de administración aclaró que no necesariamente se celebrarían antes del inicio de la temporada 21/22: “En mayo o junio sería si decidiera no presentarme. Si decido finalmente presentarme, contando que voy a tener esa mayoría para renovar mi cargo, la haría seguramente en diciembre”. Ese, el año natural del último de mandato, es justamente el tope legal para las elecciones.

En ellas, reconoce el máximo mandatario blanquiazul, “indudablemente los accionistas serán los que den la soberanía del club al proyecto que más les convenza”. Pero lanzó un órdago a sus posibles oponentes: “Si me presento, la balanza estaría bastante inclinada. Las situaciones de los últimos años me llevaron a que fuera mi grupo el máximo accionista del Tenerife. Es muy difícil que si me presento y le hablo claro a los accionistas de lo que quiero hacer, no tenga los apoyos que necesito para renovar en mi cargo. No es algo que me preocupe en exceso”.

La promesa que Concepción tiene entre ceja y ceja cumplir es la de “culminar la infraestructura de la Ciudad Deportiva”, algo que estaba previsto “finalizar este año, pero no ha sido posible por circunstancias ajenas a todos”. El estallido de la crisis del coronavirus ha provocado que el Cabildo “no pudiera asumir su parte del convenio y hubo que parar las obras”. En este sentido, el presidente del Tenerife está a la espera de “firmar una adenda para dar una proyección de cuatro años más al convenio y negociar con la constructora que se culmine la obra en un año o un año y pico”.

La parte difícil es que la concesionaria “tendría que esperar a cobrar y generará unos intereses que se negociarán”. El objetivo de Concepción es “inaugurar para el Centenario” la que considera “mayor obra en la historia del Tenerife”. A su juicio, dejará “un legado para las futuras generaciones de blanquiazules”. Con la ilusión de entregar esa promesa de 2016 antes de marcharse, el dirigente plamero ve como “lo más probable” que opte por presentarse. “No lo he decidido, pero maduro esa idea”, insiste.

Otra de sus motivaciones pasa por comandar la celebración del centenario de la entidad. “Me hace ilusión y me gustaría estar como presidente”, admitió al considerar ese momento “un antes y un después” en la historia del club. “Entre nuestras metas está la difusión y la expansión del tinerfeñismo. Queremos ser muchos más y, si lo conseguimos, pronto el estadio se nos va a quedar pequeño”, comentó esperanzado.

Incrementar el sentimiento en una época en la que “un club profesional es un negocio para la gente que tiene mucho capital como jeques o fondos de inversión”. Ese es el objetivo que se plantea Concepción, que sabe que preside “un club apetitoso” porque está a un paso de Primera “con el salto de valor que eso conlleva”.