Llegó -en realidad, volvió a casa- en el mercado de enero de 2015. Si juega mañana ante la Ponferradina, se quedará a uno solo de los 200 partidos con el CD Tenerife, un registro al alcance de pocos. Desde su condición de veterano de la plantilla blanquiazul, Daniel Hernández Santos reflexiona sobre el presente del equipo y sobre su futuro.

¿Le da un valor especial al triunfo en Vallecas por el rival y por cómo se consiguió el 0-1?

Fue una victoria lograda en un campo muy complicado ante un rival que llevaba un racha importante en la Liga y que es de uno de los equipos de arriba, pero ese resultado ya pasó, tenemos los tres puntos en el casillero y ahora tampoco podemos relajarnos. Debemos mantener un mínimo de intensidad en cada partido para tratar de estar más cerca de ganar.

¿Qué tiene más mérito: llegar al 0-1 o conservar luego esa ventaja durante casi media hora?

Teníamos un plan de partido diseñado y creo que lo llevamos a la práctica bastante bien, tal como muestra el resultado. Tenemos que ser conscientes de que con la solidez defensiva estamos más cerca de puntuar y de hacerlo de tres en tres, que es lo que queremos. Para eso necesitamos estar centrados y hacer un buen trabajo en defensa, y también arriba.

El Tenerife se ha decantado por un modelo de juego que utilizan cada vez más equipos. ¿Le parece la fórmula más práctica?

Al final, el fútbol evoluciona, como todo, y en la actualidad, los equipos que dominan las transiciones tienen mucho ganado. Si luego cuentas con una base defensiva sólida que te permite llegar con opciones al tramo final de cada partido, mucho mejor. Es un estilo de juego que, de momento, nos está sirviendo y con el que nos sentimos muy identificados.

¿Qué ha cambiado para ganar en consistencia defensiva?

Sobre todo, hemos cambiado las intensidades en el momento de presionar al rival y nos estamos sintiendo más a gusto sin el balón. Luego, tratamos de aprovechar los momentos en los que sí tenemos la posesión. El equipo está aprendiendo a sufrir cuando no tiene el balón para poder hacerle daño al rival cuando lo recupera.

Supongo que con especialistas del área como Sol, esos planes tienen un mayor sentido.

Todos los jugadores de ataque que tenemos tienen un valor importante en la categoría, todos son capaces de hacer muchos goles. Tenemos que trabajar para que ellos marquen y que esos aciertos se conviertan en puntos. Pero no solo hay que fijarse en eso. Ellos también hacen un esfuerzo defensivo muy importante para que los que estamos por detrás podamos vivir un poquito mejor.

Cuentan con un margen de 6 puntos con el puesto más cercano de descenso. Pero la situación en la tabla no siempre fue tan desahogada. ¿Qué grado de preocupación llegó a tener?

Sinceramente, voy semana a semana. Prefiero tener en cuenta las sensaciones que me transmite el equipo, ver cómo entrenamos y preparamos los partidos... Desde ahí, desde el día a día, se ha dado un paso adelante. Todos hemos puesto un puntito más, porque llegamos a encontrarnos en una situación muy complicada. Por eso creo que tenemos que saber de dónde venimos para no volver a la misma situación.

Sí parece que el Tenerife llega tarde a objetivos más ambiciosos como la clasificación para la promoción de ascenso.

Bueno... Lo que tenemos que hacer es centrarnos en los tres puntos del sábado ante la Ponferradina. Esas son las únicas matemáticas que nos deben valer: ir de jornada a jornada. Luego, el mismo desarrollo de la Liga nos dirá hacia dónde tiramos. Lo más importante siempre es lo más inmediato, porque ahí estarán los únicos puntos que podremos sumar.

¿Cómo está siendo la experiencia con Ramis? ¿Llegó a verlo jugar con el Tenerife?

Sí, sí... Lo vi bastantes veces en el Heliodoro. Recuerdo ir a la casa de mi abuela y ver los partidos cuando él estaba en el equipo. Nos ha dado un cambio de dinámica importante y un aire de positivismo y de constancia que nos ha valido para estar en una situación diferente a la de los últimos meses.

Tres de los cuatro capitanes, usted, Aitor Sanz y Carlos Ruiz, fueron titulares en Vallecas. Solo faltó Suso Santana, que no está teniendo mucho protagonismo. ¿Cómo lo está llevando?

Siempre piensa en el equipo, en ayudar a los compañeros, en hacerlo bien en cada entrenamiento. Sabe que ahora no le está tocando entrar, pero todos tenemos mucha confianza en él. Tenemos claro que cuando le toque, será el Suso diferencial de siempre.

Ahí entra esa labor que no se ve y que hacen los capitanes.

Así es. Tenemos que dar un poco de ejemplo a los compañeros demostrando en el día a día que, jugando más o menos, todos tenemos que entrenar bien y ayudar a los demás a preparar cada partido. Luego, el míster es el que decide.

Con su caso, el de Carlos Ruiz y el de Aitor Sanz se demuestra que los treintañeros también se puede competir a un alto nivel.

Ahora que ya tenemos treinta y pico, decimos que la edad solo es un número. Creo que eso está solo en la cabeza. Lo que hacemos es intentar ayudar en lo que toque. Todos hemos pasado por situaciones de todo tipo, de jugar, de no hacerlo, de estar lesionados, de ayudar desde fuera... Es cuestión de asumir la situación en la que estás en cada momento. Con los años te vas dando cuenta de que cada día que pasa, es un día que no vuelve. Por tanto, tratas de disfrutar de tu profesión y de tus compañeros lo máximo posible.

Eso lo da la experiencia.

Sí, eso creo. Quizás empiezas a ver las cosas desde otra perspectiva y te das cuenta de que somos unos privilegiados y que tenemos una profesión increíble. En mi caso, me siento especialmente privilegiado porque juego en el equipo del que soy aficionado, en el equipo de mi tierra. Todos los años que he estado aquí y cada día hacen que me sienta muy orgulloso. Es algo que me da más ganas de hacer las cosas bien para devolver la confianza que han puesto en mí.

¿Cómo afronta el día a día en una temporada como esta en la que al principio no jugaba, sabiendo que el puesto de portero está sujeto a pocos cambios?

Ante todo, trato de ayudar. Y no siempre se hace en el campo. También se consigue creando un buen ambiente, apretando a los compañeros en los entrenamientos para que lleguen bien al fin de semana, arrimando el hombro cuando alguien necesita apoyo... Somos personas y en un vestuario ves lo que necesita cada uno en determinados momentos.

¿Le sorprendió pasar de la suplencia al once en Albacete?

Siempre afronto cada semana como si fuera a jugar. Ahí está la preparación de cada uno. Si no te has dejado ir, siempre estarás preparado para jugar cuando tengas una oportunidad. Yo la tuve en Albacete, traté de aprovecharla y sigo con esa misma intención.

¿Cómo se vivió desde dentro la salida de Adrián Ortolá?

Son cosas del fútbol. En cada mercado todos somos susceptibles de ser sustituidos o seguir en el sitio. Le deseo que le vaya lo mejor posible en el Girona, menos en el partido ante el Tenerife.

¿Qué tal con Serantes?

Es un gran portero y muy buena gente. Te hace el día a día muy sencillo. Tratamos de ayudarnos.

El año pasado por estas fechas el club anunció la renovación de su contrato. ¿Ve ahora más difícil que pase lo mismo?

Si te soy sincero, ni lo pienso. Me centro en entrenar, en el día a día y ya está. Lo que tenga que pasar más adelante, ya pasará. Lo único que puedo controlar son mis entrenamientos. En lo demás no pierdo energía ni tiempo.

Entonces, ¿no se ha parado a pensar que esta podría ser su última temporada en el club?

No. Ni eso ni lo contrario. Solo pienso en entrenar. Lo que tenga que ser, lo dirá el tiempo. Pensar en eso ahora o mañana, da igual. Lo que tenga que pasar, pasará.

¿Qué está siendo lo peor de la temporada de la pandemia?

Creo que se nos ha quitado mucha parte de la esencia del fútbol, como la presencia de público o la convivencia en el vestuario, que es algo que une mucho a un equipo. Pero lo que más importa es la salud, y todos los clubes y la sociedad en general estamos haciendo un esfuerzo para salir de esta situación. Espero que sea pronto.