Vallecas: el ascenso de Ramis

Luis Miguel Ramis puso fin a su carrera como jugador al cierre de la temporada 02/03 habiendo participado en 165 partidos de Primera División. Esa trayectoria tuvo como punto de partida el mismo estadio en el que el equipo que ahora entrena, el Tenerife, tratará de ganar esta tarde. Vallecas marcó el ascenso del tarraconense.

El 6 de diciembre de 1992, un joven central que había llegado al Real Madrid una temporada antes por la puerta del Castilla tras destacar en el Nástic, vivió la experiencia de estrenarse en la máxima categoría nacional. Ya había debutado con el primer equipo blanco en la Copa de la UEFA, el 26 de noviembre de 1992 en la cancha del Vitesse (0-1), pero al fin le llegó la ocasión de abrirse camino en la Primera División. Su entrenador, Benito Floro, le brindó esa oportunidad en un encuentro en Vallecas, ante el Rayo, de la decimotercera fecha, con el equipo blanco situado en el segundo puesto de la clasificación, por detrás del Barcelona –acabó siendo campeón–, y unos recién ascendidos anfitriones colocados en la mitad de la tabla. En ese escenario inició Ramis un camino que lo llevó en otras etapas al Tenerife, Sevilla, Deportivo y Racing, sus clubes en el principal escalón futbolístico. El primer paso lo dio formando parte de una alineación titular en la que entró como sustituto del lesionado Rocha y en la que coincidió con Buyo, Chendo, Sanchís, Mikel Lasa, Nando, Martín Vázquez, Milla, Míchel, Zamorano y Butragueño. En su primera vez, Luis Miguel jugó de principio a fin y recibió una tarjeta amarilla, mostrada por González Lecue. Pero lo peor para el debutante fue el resultado. El Real Madrid cayó ante un Rayo entrenado por José Antonio Camacho (2-0) tras los goles de Pedro Riesco y Anton Polster.

Ramis llegó a disputar 23 partidos más de Primera con el Real Madrid antes de fichar por el Tenerife en el verano de 1994. Como blanquiazul acumuló 60 encuentros en una categoría de la que se despidió con el Racing en 2001.