El domingo 21 de enero de 1996, un futbolista del CD Tenerife pasó a liderar por primera vez la clasificación de goleadores de la máxima categoría nacional. Ya habían transcurrido 20 jornadas del campeonato de Liga 95/96, así que ese éxito sin precedentes no fue nada casual. Con 17 dianas, el blanquiazul Juan Antonio Pizzi se situó al frente de la lista de anotadores, con una más que Bebeto, del Deportivo, y con dos de margen sobre Mijatovic, del Real Madrid. El argentino mantuvo esa posición el cierre de una temporada en la que no solo fue Pichichi con 31 goles, sino también Bota de Oro, empatado con Alan Shearer, en ese entonces en el Blackburn Rovers.

El gran salto de Pizzi para alcanzar ese histórico registro tuvo lugar hace 25 años en un partido entre el Tenerife y el Sevilla disputado en el Heliodoro Rodríguez López. Ese día, con media entrada de público en el estadio, el de Santa Fe batió cuatro veces al portero.

Juan ya había completado tres campañas en el Tenerife, todas con el mismo número de goles en Liga: 15. Esa fue su tarjeta de presentación en la 91/92 y también la que dejó en la 92/93, antes de probar suerte en el Valencia y regresar al club insular en el verano de 1994. En su retorno repitió la misma marca, pero en la siguiente, la 95/96, fue más allá del doble: 31.

Cuatro de esos 31 tantos se concentraron en el citado Tenerife-Sevilla. Era un Tenerife que avanzaba con paso firme por la Primera División. Ya sabía lo que era competir en Europa y, de la mano de Jupp Heynckes, iba camino de celebrar su segunda clasificación para jugar la Copa de la UEFA gracias a un quinto puesto en la Liga 1995/96. Y también era otro Sevilla. Situado en la mitad de la tabla –acabó duodécimo– y con tres técnicos a lo largo de ese curso, el club hispalense estaba lejos de lo que es ahora. Prueba de ello, resultados como el de enero de 1996.

Ese domingo, Heynckes alineó a Marcelo Ojeda, Julio Llorente, Antonio Mata, Luis Miguel Ramis –ahora entrenador blanquiazul–, Alexis Suárez, Slavisa Jokanovic, Carlos Aguilera, Felipe Miñambes, Toni Robaina, Juanele y Pizzi, y participaron como reservas Conte, Ballesteros y Vivar Dorado.

La goleada, cocinada con la memorable actuación de Pizzi, empezó a coger forma a los 10 minutos con un penalti cometido por Prieto al tocar el balón con la mano. El 9 tinerfeñista no falló desde los once metros ante Monchi, debutante en esta temporada al sustituir, de manera inesperada, a Unzué por decisión del míster Juan Carlos Álvarez. El actual director deportivo del Sevilla tampoco pudo impedir que el balón entrase en su portería a los 13 minutos tras una jugada elaborada por Juanele y Aguilera y culminada por Pizzi, quien amplió su cuenta en el arranque del segundo tiempo con otra pena máxima, esta vez provocada por Jiménez. Luego, a falta de seis minutos para el final, el santafesino redondeó su mejor partido con el gol más aplaudido por su ejecución: pase de Felipe en profundidad y definición de Pizzi, escorado y con poco ángulo, por debajo de las piernas de Monchi, que jugó de inicio con Rafa Paz, Prieto, Diego, Jiménez, Pedro, Marcos, Pepelu, Moya, Monchu y Carlos. Llegaron a coincidir dos tinerfeños con el uniforme del Sevilla, Diego y también Juanito, que intervino en el segundo tiempo.

El 4-2 –Moya aportó un doblete insuficiente– situó al Tenerife sexto en la tabla. En la Isla se volvía a hablar de Europa. Y el tinerfeñismo presumía por tener al máximo goleador de la Liga. Los elogios sonaban dentro y fuera del club. Por poner un ejemplo, Heynckes definió a Pizzi como un “goleador nato” que estaba en su mejor momento con 27 años. “Su ánimo y su estado físico son mejores que en las anteriores temporadas, y tiene un equipo que trabaja para él creándole ocasiones”, añadió el alemán sobre un futbolista “fundamental”. En esa línea, el argentino no se atribuyó ningún mérito. “Es igual de meritorio que yo convierta los goles, como los pases que me dan mis compañeros”.

Pizzi logró 14 tantos más en esa temporada, la última que vivió como jugador del Tenerife. Sus números confirmaron su presencia en la Eurocopa con la selección española y llevaron al santafesino a un grande de la Liga en el verano de 1996, el FC Barcelona, en el que jugó dos campañas antes de continuar su carrera en River Plate, Rosario Central, Oporto y Villarreal, donde marcó su último gol y colgó las botas en junio de 2002. El 21 de enero de 1996, tras el 4-2 al Sevilla, reveló en la sala de prensa del Heliodoro que nunca había marcado cuatro goles en un mismo partido. No lo ha conseguido nadie más. Fue el último póker blanquiazul.

Pizzichi. Así tituló su portada Jornada Deportiva del 22 de enero de 1996.