Llegaron las disculpas. Diecisiete días después de ser descubiertos en un local de ocio nocturno, tras verse envueltos en una redada policial, y de ser suspendidos de empleo por el Tenerife –continúa abierto un expediente disciplinario–, Javi Alonso y Alberto Jiménez publicaron ayer en sus cuentas en redes sociales sendas cartas en las que expresan su arrepentimiento. El paso dado se produjo al día siguiente de su reencuentro con la competición, tras ser titulares en el partido de Liga con el Leganés en el Heliodoro.

El primero en dirigirse al tinerfeñismo fue el más joven de los dos, Javi Alonso, quien, “después de esperar un tiempo prudencial en silencio, escuchando y aceptando todas las críticas”, y tras la citada oportunidad para defender la camiseta del club de su “vida”, encontró el momento oportuno para pedir sus “más sinceras” disculpas. “Lo siento mucho”, afirma. “Los actos en los que tristemente me vi implicado hace unas semanas no tienen justificación alguna y, por ello, estoy inmerso en un proceso disciplinario dentro del Tenerife, que ya me ha supuesto estar apartado de la profesión que es mi vida y por la que he trabajado con todas mis fuerzas desde que tengo recuerdos. El proceso sigue su curso y aceptaré las consecuencias que deriven de mi actuación. Pero además siento la necesidad de pedir disculpas y mostrar mi total arrepentimiento”.

El canterano va por partes y admite que, en primer lugar, no estuvo “a la altura” de las circunstancias “como ciudadano”, pero tampoco como deportista profesional. “Un virus que actúa de manera indiscriminada y voraz, del que nadie está exento, merece el cumplimiento, sin excepción, de todas las medidas sanitarias y restricciones establecidas”, recuerda Javi, que puso en riesgo a sus compañeros al no cumplir con el protocolo establecido por LaLiga. “Igualmente pido perdón por acudir a un lugar absolutamente impropio”, añade refiriéndose al local en el que entró acompañado por Alberto. “Desde pequeño me han inculcado los valores del esfuerzo, el respeto y el sacrificio, así como la responsabilidad para intentar conseguir todo lo que me proponga en la vida de manera honesta. Así he crecido, así he dedicado diez años de mi vida al club al que amo. De esa manera he realizado mis estudios universitarios y, conjuntamente, he logrado el sueño de jugar como profesional en el equipo que lo ha sido todo para mí desde niño”, añade el centrocampista, consciente de que no fue fiel a todos esos valores. “Lo sé, lo siento y me duele a mí el primero más que a nadie”.

Igualmente considera que no estuvo “al nivel” de una institución como el Tenerife. Y no se olvida de la afición, sector al que perteneció antes de vivir el sueño de llegar a la primera plantilla. “No merecen ver su escudo y sus colores inmersos en una situación de este tipo, tan desagradable, y le pido perdón por ello. Solo les puedo decir que, para intentar remediarlo, seguiré dando todo lo que tengo, lo que sé y lo que me permitan mis fuerzas, para proteger y hacer mas grande al CD Tenerife”.

Alberto también eligió el conducto de su cuenta de Twitter para “dar la cara” ante toda la sociedad. “Después de estos duros días de silencio público, quiero pedir disculpas sinceras, unas disculpas de arrepentimiento. No quiero victimizarme con ellas. Disculpas que ya en su momento he realizado en privado a mi familia, a mis compañeros, a los técnicos, al consejo de administración y a los empleados del Tenerife”, comienza diciendo en su nota.

“Me arrepiento sinceramente de haber realizado y verme involucrado en unos actos totalmente injustificables, vergonzosos, que me han marcado, en los que cometiendo un error me vi envuelto primero como ciudadano y luego como deportista profesional. No tienen cabida ni justificación, y menos en la actualidad con la desgracia que estamos padeciendo con el Covid-19”, argumenta el majorero sobre una experiencia que le deja una clara enseñanza. “De todo se aprende, y de este error he aprendido: no volverá a suceder”, garantiza Alberto, dispuesto a asumir el castigo económico que le ponga el club. “A día de hoy, como todo el mundo sabe, sigue su curso el expediente disciplinario que me ha interpuesto el club. Asumiré las consecuencias de su resolución, como no puede ser de otra manera”.