Fran Fernández era el sexto que se sentaba en el banquillo en 30 meses. Profesión de riesgo. Después de trece jornadas, se marcha sin haber logrado los objetivos fijados a su llegada.

Mejorar el inicio. El primero de ellos pasaba por “iniciar bien la temporada” a diferencia de las anteriores. El Tenerife tiene los mismos puntos que la pasada campaña a estas alturas (13) y está en la misma posición (decimoséptimo), pero incluso un punto más lejos (7) del playoff.

Identidad. Además, Fernández vendió su intención de lograr que su equipo fuera “reconocible”, algo que se ha convertido en su principal carencia. En ese tramo liguero ha querido ser directo y tocar, presionar alto o en bloque medio, ha incluido hasta seis jugadores distintos en la media punta, cuatro parejas de centrales, tres de mediocentros, tres futbolistas distintos en cada costado del centro del campo y solo ha repetido once en una ocasión.

Entre otros calificativos, eligió en su presentación “compacto, equilibrado, valiente y vertical” para referirse a la puesta en escena de su nuevo equipo. De esos patrones poco o nada se ha cumplido. El cuadro insular ha sido a menudo timorato. Con los pivotes muy estáticos, siempre preocupados de no perder la posición, que defendía más por acumulación que por anticipación, con la presión alta desajustada y con una incapacidad manifiesta de ser vertical o encontrar claridad ofensiva.

Fuera de casa. Venía avalado el exentrenador del Alcorcón por su gran temporada a domicilio. Sumó 33 puntos lejos del Municipal de Santo Domingo y solo perdió en dos visitas, las dos últimas de la Liga. Como blanquiazul ha reproducido un problema histórico con un pírrico balance de dos puntos de dieciocho. A estas alturas ya había puntuado en cuatro salidas el Tenerife de Garai, dos de ellas con victoria (Albacete y Lugo).

El entorno. “Lo que importa es lo que pase en el verde”, dijo en su presentación. Pero no acompañaron los resultados y tuvo que enfrentarse a las críticas. Ante ellas cometió errores manifiestos. El más grave, su rueda de prensa en Las Palmas. “Tenemos lo que tenemos”, manifestó ese día sobre el nivel de los suyos. Tuvo que poner su comparecencia íntegra a la plantilla y disculparse. “Si pudiera cambiar algo serían mis palabras del otro día”, reconoció tras la derrota contra el Logroñés.