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Apuntes

Las desapariciones se pagan siempre

Otra desconexión que cuesta cara. El 34-16 encajado el pasado domingo por el Canarias en Vitoria es otro episodio fatídico, poco usual, pero del que nunca se recuperan los de Txus Vidorreta.

Luwawu-Cabarrot celebra uno de sus triples en la cara de Giedraitis.

Luwawu-Cabarrot celebra uno de sus triples en la cara de Giedraitis. / ACB

Santa Cruz de Tenerife

El 34-16 encajado el domingo por La Laguna Tenerife en el tercer periodo de su partido contra el Baskonia es una especie de rara avis. Una situación adversa que no suele darse en la era Txus Vidorreta. Tanto por su elevado número de victorias como por, habitualmente, no ser superado de forma meridiana por su rival.

Números en mano, de los 357 encuentros ligueros bajo la dirección del técnico vasco (incluidos los cuatro en los que no se ha sentado en el banquillo), el Canarias se ha visto rebasado por su rival por una diferencia de 14 o más puntos en un solo cuarto en un total de 31 ocasiones. Poco más del 2% del total de actos. Situaciones esporádicas, pero que prácticamente nunca han tenido opción de enmienda. Y la del Buesa Arena no fue la excepción.

No frena la caída

Así, siempre que este Canarias ha recibido un golpe tan manifiesto ha terminado perdiendo ese partido. Bien porque esos diez minutos de apagón acabaron siendo determinantes, o porque el cuadro lagunero no fue capaz de frenar su caída y siguió acumulando un marcador adverso en el tiempo restante.

Ante el Baskonia, por ejemplo, ese 34-16 fue parte de un parcial que llegó a ser de 47-17 durante 15 minutos en los que el equipo isleño estuvo, según reconoció su propio técnico, «desaparecido».

Una desconexión fatídica que cumplió varios patrones ya conocidos. Por un lado, el instante del partido: siete de los 15 peores cuartos de la era Vidorreta se han producido justo tras el descanso. Pero, sobre todo, el escenario, ya que estas desapariciones casi nunca se han producido en el Santiago Martín: solo dos veces de 15.

El ‘playoff’

También comparten varias de estas situaciones un momento idéntico de la temporada: el playoff. Le ocurrió al Canarias en la 24/25 contra el Valencia (-18 en el tercer partido de semifinales), también en la 22/23, cuando el Unicaja firmó un +23 en el segundo periodo en el Carpena, e igualmente en la 21/22, con motivo del primer cuarto del cruce frente al Joventut (-20).

También en tierras catalanas fue zarandeado el cuadro isleño en la 20/21, ante el Barça, justo tras el descanso (43-36 al intermedio), cuando recibió un 40-18 que sentenció el duelo antes de un posterior 29-15.

El ya citado 37-14 del Unicaja en los cuartos de final de la 22/23 supone, junto a otro partido, la peor mancha de diez minutos desde que Vidorreta está en el banquillo. Ese otro borrón tuvo lugar en la 20/21, en la visita al Fuenlabrada. A principios de mayo, el equipo lagunero entraba al cuarto final todavía con vida (68-58), pero ahí desconectó por completo para encajar un 30-7 inesperado... o no tanto, porque los laguneros ya centraban sus sentidos en la Final Four de la BCL, a celebrar pocos días después en Rusia.

Antecedentes en el Buesa

Al margen de ese tercer cuarto tan nefasto del pasado domingo, no fue la primera ocasión en la que el Canarias visitaba el Buesa y sufría una desconexión tan clara. Sucedió, por ejemplo, en la 19/20. Aquella vez –pocos días antes del parón por el covid– la puesta en escena aurinegra fue buena (6-16), pero acabó recibiendo un parcial global casi calcado al de hace tres días: 52-22.

También 30 puntos de diferencia (como el 47-17 de este curso) que descabalgaron a los de Vidorreta de cualquier opción de pelear por el triunfo. Un año antes, en la 18/19, el Canarias vivió una película similar: buen arranque (32-35 antes del descanso) y un parcial posterior de 41-20 para un 73-55, que a cinco minutos del final ya era irremontable: 85-68.

Solo una recuperación

De esas 31 ocasiones en las que el Canarias de Vidorreta ha firmado un parcial de -14 o peor, solo en una fue capaz de revertir la situación. Sucedió en la 21/22 y con motivo de la visita al Obradoiro.

Ahí, el cuadro lagunero firmó un 23-9 en contra en el primer acto, para tocar fondo con el 31-15 en el inicio del segundo. Pero los isleños supieron picar piedra con paciencia, llegaron con vida al final del partido y acabaron ganando 81-84 gracias a cuatro tiros libres de Emir Sulejmanovic y un triple sobre la bocina de Kyle Wiltjer.

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