Una plantilla más en el aire que nunca, las incógnitas a resolver en el CB Canarias de la 25/26
Solo cuatro jugadores tienen contrato garantizado para el próximo ejercicio, una campaña más condicionada que nunca por la falta de cupos en el mercado

Lluís Costa y David Kramer, en el último partido de la temporada / E. Cobos (CBC)
Después de casi 10 meses entre pretemporada y competición, el CB Canarias se toma un respiro. De unas nueve semanas, toda vez que sus entrenamientos suelen arrancar a mediados de agosto. Este próximo verano con el aliciente de la participación en la Supercopa Endesa. Eso para los jugadores, porque la dirección deportiva y Txus Vidorreta pueden tener más trabajo del habitual.
Sin llegar, ni por asomo, a la revolución que se produjo en el periodo estival de 2019, los rectores canaristas se enfrentan, al margen del trabajo previamente adelantado, a unas semanas quizá convulsas. Tanto por los contratos que expiran en su plantel –el club solo ha anunciado que cuatro jugadores no acaban su relación–, como en lo que se pueda mover en el resto de un mercado que va a estar condicionado por los cupos.
A vueltas con los cupos
El éxodo a la NCAA de varias de las promesas nacionales, así como la presencia en la BCL de más equipos de la Liga Endesa (se suman Gran Canaria y Joventut), harán que el jugador de formación local se cotice a precio de oro. Y ahí el Canarias no anda nada sobrado. Con contrato hasta 2026 aparece Fran Guerra, mientras que Joan Sastre posee en su vinculación un año más opcional de relación. También le queda al menos otro curso más de aurinegro a Kostas Kostadinov, cuya figura como apuesta de futuro debería mantenerlo en el plantel.
En una situación similar se encuentra Lluís Costa, que hace un año firmó por dos temporadas más una tercera opcional. El base catalán ya frenó una posible salida a principios de curso, pero el rol secundario en el que se ha mantenido casi todo el ejercicio podría empujarle a buscar acomodo en otro club donde recupere el protagonismo del que gozó en Granada.
El actual quinto cupo de la plantilla es Jaime Fernández, que pone fin a las tres temporadas de relación que firmó en 2022. El madrileño podría tener la oportunidad de redimirse tras un año casi en blanco por la lesión de rodilla. Sin embargo, según ha publicado la periodista Olga Lorente, el internacional lo tendría muy avanzado para incorporarse al recién ascendido Burgos.
Posibles marchas que obligarán al Canarias a escudriñar en el mercado para dar con un cupo que encaje en su economía y a la vez dé un salto de calidad al plantel con el fin de no tener que competir con rellenos en la BCL.
Los dos bases principales
Fuera de ese quebradero de cabeza que generan los jugadores de formación local, a Bruno Fitipaldo le queda un año de contrato (más otro opcional), mientras que Marce Huertas también firmó una extensión hasta 2026. Con 42 años y un rendimiento superlativo a la vera de Vidorreta, lo lógico es que el paulista se retire en la Isla, pero en cambio sus grandes prestaciones le pueden hacer llegar cantos de sirena desde clubes de mayor enjundia. Ya los hubo el pasado verano, pero Marce decidió quedarse. ¿Se repetirá la secuencia?
Todo apunta también a que el club hará efectivo el segundo año de Thomas Scrubb, llamado a consolidarse como el tres durante varios cursos más. En una situación similar debería estar David Kramer, pero todos los mentideros lo colocan desde hace meses –coincidiendo con el momento en el que empezó a bajar su rendimiento– en el Real Madrid de la 25/26.
Dentro de la pintura se amplía el abanico de qué acepción elegir dentro del término renovación. Tanto Tim Abromaitis como Aaron Doornekamp, soldados de Vidorreta durante un buen número de temporadas, acaban contrato y en medio del próximo ejercicio estarían en 36 y 40 años respectivamente, y después de un ejercicio, el 24/25, que no ha sido redondo para ninguno de los dos.
Gio Shermadini
En una situación similar –también acaba contrato– está Gio Shermadini. Si fuera por su segunda vuelta la continuidad no albergaría dudas, pero a lo largo del curso sus lagunas han sido relativamente frecuentes. Una readaptación de roles y, por extensión, de salario, podría ser una fórmula ideal para prolongar su estancia en la Isla.
De los llegados ya avanzado el curso, Yannis Morin ha expresado su deseo de seguir en el basket japonés. Henri Drell e Ibou Badji serían dos piezas atractivas en la necesidad de rejuvenecer la plantilla que tiene este Canarias. Sin embargo, la intermitencia en cancha del estonio y lo que apenas ha contado Badji para Vidorreta, llevan a pensar en una continuidad casi quimérica.
Sin asemejarse a un fin de ciclo, el verano en las oficinas del CB Canarias se antoja movido.
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