Liga Endesa

Jaime Fernández conduce al Canarias hasta su décima victoria seguida

El madrileño, con 12 puntos casi seguidos, rescata al equipo isleño después de tres malos cuartos contra el Granada (95-87)

Gio Shermadini, de nuevo el más valorado, con 35 de nota, gracias a sus 19 tantos y ocho rebotes

La Laguna

Otra manera de ganar para no poner freno a una racha mayúscula y que ya es redonda. La Laguna Tenerife ha sumado su décima victoria consecutiva en ACB tras derrotar al Granada (95-87) en un partido en el que el cuadro aurinegro estuvo tremendamente incómodo durante casi tres cuartos. Ahí, y abriendo todavía más el abanico de herramientas desatascadoras, apareció Jaime Fernández. El madrileño hizo 12 puntos casi seguidos -y también reboteó, robó y asistió- para liderar un parcial de 17-2 (80-71) que terminó de tumbar a un adversario muy peleón y que tuvo contra las cuerdas a la escuadra de Txus Vidorreta.

En un nefasto día desde el 6,75 (el cuadro isleño llegó a estar con un 3/19) el Canarias equilibró la balanza gracias a su efectividad desde el tiro libre (14/15) y con la aportación interior de Shermadini, que si bien sufrió de inicio para llegar a los tiros de Ndiaye, aportó siempre con regularidad para moverse, un partido más, en números de MVP: 19 puntos, ocho rebotes y dos asistencias para 35 de valoración.

Pese al 2+1 inicial de Shermadini se le vio muy incómodo ya de entrada al CB Canarias, toda vez que el Granada trató de cortocircuitar su ataque por medio de agresivos 2x1 sobre Huertas (3-4), y explotar la movilidad y buena mano de Ndiaye ante la defensa del propio Gio (5-7). Y pese a que el poste georgiano siguió anotando, la falta de acierto desde el perímetro (0/3) lastró a los locales frente a un rival que sumó varias veces de tres en tres (7-16). Todo ayudado por una defensa aurinegra a la que le faltó un mínimo de solidez.

Aún con el obligado tiempo muerto el Canarias siguió mostrándose algo torpón, pero encontró enseguida la chispa necesaria con la aparición en escena de Jaime Fernández, autor de un 2+1 y de un robo que acabaría en un triple de Fitipaldo. Algo más fuerte atrás (tapón de Doornekamp en una ayuda), el cuadro tinerfeño repitió desde el arco, a la vez que Shermadini se puso ya en nueve puntos. Tras la errática puesta en escena, un parcial de 11-0 retomó la delantera a los laguneros (18-16).

Con el tiempo de Pablo Pin el Granada frenó la caída y, de paso devolvió al Canarias a las dudas del inicio, toda vez que repitió errores desde el perímetro, y sobre todo, reeditó su falta de contundencia en las marcas individuales de los pequeños, y es que -incluso ya en el segundo cuarto- Griffin, Silverio y Rousselle produjeron con bastante facilidad. Con Fernández como única referencia ofensiva, el cuadro canarista no solo mantuvo la tendencia de los minutos previos (20-20, 10'), sino que, en medio de la espesura y muchas dudas, llegó a verse nueve abajo tras un triple de Silverio (22-31, 13').

Pequeña recuperación

Incluso tuvo ataque el cuadro nazarí para elevar su renta por encima de la decena, pero no lo aprovechó y ahí el Canarias volvió a pegar otro arreón tras una canasta de Scrubb. Lo hizo comandado por Huertas pese a que el Granada insistió en sus férreas defensas sobre el paulista. El base anotó y también asistió para sendos mates espectaculares de Kostadinov (33-35), pero al contrario que en el episodio previo el cuadro isleño no terminó de revertir su marcador inverso.

Sin la impronta necesaria el Canarias solo pudo meterse en un intercambio de golpes en el que nunca fue superior a su adversario (40-42). Y es que a sus aciertos el cuadro lagunero restó varias pérdidas (cinco en el segundo periodo) siempre respondió el Granada, como con los triples de Ndiaye y Silverio, o el palmeo final de Noua -ante unas malas prestaciones cerrando el rebote- para el 44-48 en la última acción previa al descanso.

Un intermedio al que el Canarias llegó con malas sensaciones más allá de por su desventaja en el marcador. Y es que no son usuales para el cuadro lagunero los 48 puntos encajados, ni tampoco el haber repartido solo seis asistencias, guarismo raquítico en el que mucho tuvo que ver el pobre porcentaje del bando aurinegro desde el perímetro: 2/12, sin un solo acierto desde el minuto 6, y con siete fallos consecutivos.

La garra que apenas mostró en toda la primera parte fue la que le dio al Canarias Doornekamp en el arranque del tercer acto. Y no solo por acabar con la sequía desde el arco, sino por su intensidad debajo de los dos aros, clave para que el cuadro lagunero recuperará, después de muchos minutos, la delantera en el marcador. Reacción a la que también colaboró la conexión Huertas-Shermadini (55-53).

Pero, de nuevo, esa recuperación fue efímera, porque el Granada respondió desde el 6,75 (todo lo contrario que el conjunto local, que enlazó seis errores en el triple) y dentro encontró dentro a Bezhanishvili para un parcial de 0-8 (55-61). Esa respuesta inmediata de su rival descolocó al Canarias, de vuelta a sus ataques angostos y llenos de dudas, al margen de algún despiste defensivo que mantuvo intacta la renta visitante (61-67, 28').

Los pasos al frente de Jaime

Sin la sensación de que el partido podía dar un bandazo definitivo en favor de los intereses aurinegros, apareció Jaime Fernández. Tras sostener a los suyos en capítulos previos, el madrileño dio un par de pasos más al frente, sacando partido a su explosividad para penetrar hasta la cocina en varias ocasiones, la última de ellas saldada con un 2+1 (75-71).

Con ese impulso Jaime también se atrevió desde el arco, robó un balón, reboteó y hasta asistió para el mate de un Shermadini que rubricó un parcial de 17-2 para el 80-73. Ese sprint sí fue, por fin, definitivo para el cuadro local contra un Granada que terminó de claudicar, toda vez que su delicada situación clasifcatoria le pesó más que sus ganas de pelear por la victoria. En esa situación de confort La Laguna Tenerife mató el partido a base de un intercambio de canastas (con Huertas de principal protagonista), sin verse acogotado lo más mínimo por la presión final de su rival. Diez seguidas antes de la dos batallas mayúsculas: contra el Derthona en BCL, y frente al Real Madrid en la pugna por el liderato.

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