Kramer revienta al Zaragoza y Huertas sentencia para el Canarias

Marzo magnífico para La Laguna Tenerife. El conjunto isleño ha cerrado de una forma inmaculada las cuatro últimas semanas de competición logrando un pleno de nueve victorias, la más reciente de ellas este sábado en su visita al Casademont Zaragoza, al que ha derrotado por 89-93. Nueve triunfos -también- de manera consecutiva dentro de la Liga Endesa que consolidan al cuadro de Txus Vidorreta como candidato a terminar la fase regular -al menos- entre los cuatro primeros.

El conjunto aurinegro supo sufrir en un toma y daca hasta el descanso (43-40), mientras que luego tiró de la inspiración de dos de sus jugadores: David Kramer y Marce Huertas. El alemán tuvo uno de sus momentos imparabales, con 18 puntos (5/5 en triples) y dos robos en el tercer periodo (54-65), mientras que el paulista apareció cuando peor se pusieron las cosas para el Canarias, aportando 12 puntos en el cuarto acto paraacabarr el choque con 15 tantos y 10 asistencias. Gio Shermadini, de más a menos, fue el más valorado gracias a sus 16 tantos, nueve rebotes y tres asistencias para 29 créditos de valoración.

Pese al triple inicial de David Kramer el CB Canarias se mostró algo errático en ataque y, sobre todo, incapaz de frenar las acciones interiores de Sulejmanovic, tanto en el 1x1 como corriendo (6-3). Después de ese arranque algo dubitativo el cuadro isleño encontró un filón metiendo balones dentro a Shermadini, bien en la continuación e incluso llegando en primeras oleadas. El georgiano anotó de manera directa y también desde el 4,60 (5/5) para mantener el equilibrio en el marcador (10-10).

Apareció ahí Scrubb con dos triples seguidos (14-16), y aunque Sulejmanovic no paró de sumar, mayor fue todavía la producción de Shermadini, que se fue hasta los 11 puntos antes de una penetración de Fernández que dio al conjunto lagunero una renta de tres (19-22, 9').

Sin embargo, ni la finalización del primer acto ni el arranque del segundo fueron del todo positivos para el cuadro isleño (28-25). Aún así, la rotación compuesta por Drell, Abromaitis y Kostadinov dio solidez defensiva al Canarias, que con Huertas al mando empezó a producir en ataque con notable fluidez después de un par de recuperaciones (28-31, 14').

Llegó a ser la renta aurinegra de cuatro puntos (31-35) e incluso tuvo el Canarias, tras un nuevo robo, dos tiros seguidos para ampliar su colchón. Pero al cuadro de Vidorreta le faltó ahí sobre todo algo más de solidez atrás, permitiendo las penetraciones de Bell-Haynes (el Zaragoza llevaba al intermedio 28 puntos en la pintura) y algunos rebotes ofensivos de Dubljevic. Solo los triples de Scrubb (3/3 hasta ese momento) y Doornekamp mantuvieron delante a los isleños (37-41).

Sin referencia interior (Shermadini no anotó en los seis minutos que estuvo en pista en el segundo acto), sin ir ni una vez al tiro libre (6/7 de su rival), con alguna que otra pérdida castigada muy bien por los locales, y un 1x1 algo blando (triple de Spissu), el cuadro lagunero se fue al descanso tres abajo. También estaba echando de menos el Canarias a Huertas, que si bien sumaba ya seis asistencias, solo pudo aportar cuatro puntos, toda vez que, con la presión de un grande (generalmente Miguel González), apenas pudo lanzar a canasta.

Toda la irregularidad previa, y pese a un triple de Spissu (de nuevo muy liberado), la arregló el Canarias con la entrada en acción de David Kramer, que asumió el mando para ser sólido atrás y, sobre todo, para anotar en penetración y, especialmente desde el arco, bien asistido o buscándose él mismo el tiro. El alemán se fue hasta los 12 puntos en poco más de dos minutos (49-55).

Producción que alcanzó los 15 tantos un poco después (52-58). Ese rato de inspiración dio también mayor confianza al plantel aurinegro para apretar las tuercas atrás y elevar su renta hasta los ocho con una canasta de Doornekamp (52-60, 25').

Pese al tiempo de Fisac y una canasta de Dubljevic, Kramer siguió a lo suyo, esta vez -y sobre la posesión de 24- con su quinto triple (sin fallo) del cuarto; y con un robo que culminó Shermadini bajo el aro para el 54-65. Con un parcial que llegó a ser de 8-22 el Canarias tuvo contra las cuerdas a su rival, pero el Zaragoza se revolvió y empezó a recortar diferencias.

Los aurinegros dejaron de tener referencia exterior ante un rival que fue más rápido y vertical. Subida de revoluciones que puso a los locales a solo cuatro puntos tras el triple de AJ Slaughter (63-67). Riesgo de punto de inflexión que evaporó el Canarias de la mano de Jaime Fernández, autor de dos libres y un triple sobre la bocina para cerrar el periodo con nueve de ventaja (63-72).

De nuevo con una situación placentera el conjunto de Txus Vidorreta no terminó -con varios errores desde el perímetro en tiros liberados- de noquear al Casademont, que se puso en manos de sus pequeños para explotar la debilidades aurinegras con las penetraciones y el tiro exterior (70-72 tras un parcial de 7-0).

Lo tuvo que parar muy pronto Vidorreta, que a la vuelta del tiempo encontró para su equipo la producción de Huertas, pero en cambio no logró cerrar la sangría defensiva de un adversario que con un triple de Sulejmanovic y un alley oop para Watson volvió a tomar la delantera (77-76). De nuevo al rescate salió Huertas (triple y penetración lateral) antes de un 2+1 de Shermadini tras un rebote ofensivo de Kramer (80-84 con 3'20'' por jugarse).

Regreso La Laguna Tenerife a una pequeña distancia de seguridad que Doornekamp hizo aún más rentable con un triple más adicional y un tapón para el 84-90 y, lo más importante, hacer que se consumieran un buen puñado de segundos ante los errores en ambos aros. Un 2+1 de Bell-Haynes llevó el suspense con un 2+1 a falta de 37 segundos (87-90).

Por enésima ocasión Huertas asumió galones, amasó el balón y con una penetración con reverso hizo el 87-92 con 17 segundos por delante. Anotó Spissu seis segundos después y Huertas solo aprovechó un libre para el 89-93. Con 7''6 de partido el Zaragoza erró un triple para que el Canarias sellara su novena victoria seguida y vuelva a aspirar a acabar colíder al término de la jornada.