La Laguna Tenerife se diluye tras el descanso (93-86)

Una mala puesta en escena en el tercer periodo (traducida en un parcial de 18-2) enterró por completo las opciones de La Laguna Tenerife de sumar la victoria contra el Joventut Badalona (93-86). Después de una primera parte más que correcta, el conjunto canarista, sin ideas en ataque ni piernas en defensa, se diluyó por completo. Un evidente descenso en sus prestaciones que bien pudo tener que ver con el cansancio, en el tercer partido de los isleños en menos de cinco días. Situación poco habitual, pero que enseñó por completo las costuras del cuadro aurinegro, lastrado por su escasa rotación (a Scrubb apenas se le vio, la aportación de Costa fue testimonial, y Kostadinov y Diop ni jugaron) frente a un rival mucho más fresco.

De nada sirvieron los 19 puntos de Kramer y Fitipaldo, y los 13 con nueve asistencias de Huertas, ya que el buen día en el tiro exterior de los canaristas (15/33) se vio compensado, en lo negativo, por la producción interior, toda vez que Shermadini apenas recibió balones, mientras que Guerra, muy blando casi siempre, solo apareció cuando ya todo estaba casi sentenciado. Aún así, el cuadro isleño no tiró la toalla y trató de buscar la heroica (91-84 a minuto y medio del final), pero como en Valencia, le faltaron tiempo y energía.

Se encontró el Canarias de entrada con un Joventut que buscó los cambios en sus emparejamientos para que Hanga explotara su superioridad física ante Huertas, tanto cerca del aro como en el perímetro (8-2). Ese manifiesto déficit lo compensó el brasileño con su impronta en ataque, para anotar (cuatro puntos) y asistir hasta en tres ocasiones (para generar siete puntos).

Esa aportación del paulista y alguna que otra ayuda atrás para que Tomic no estuviera cómodo cuando recibía en la zona, solo le sirvió al Canarias, sin embargo, para equilibrar el marcador (14-14), dado el superlativo acierto local desde el arco (4/5).

Con las primeras rotaciones el cuadro isleño ganó más alternativas ofensivas (cinco puntos seguidos de Fitipaldo), pero también sufrió la superioridad (por encima del aro) de Pustovyi sobre Shermadini, así como la verticalidad de una Penya que supo cerrar muy bien los intentos de suministro al georgiano (no un solo tiro en casi nueve minutos en cancha) para tratar de correr (26-22, 10').

Pese a que Dotson produjo en el 1x1 y Pustovyi debajo del aro, Huertas volvió a tirar del carro y clonó su puesta en escena ofensiva: dos acciones personales anotando y otras tres asistencias de un tirón, de las que esta vez salieron ocho puntos más, seis de ellos de Kramer para el 30-34 (13').

Se recuperó el Joventut tras tiempo muerto ante un cuadro lagunero muy blando atrás, obligando a Vidorreta a pararlo tras encajar un 6-0 (36-34). En medio de un duelo de parciales le tocó dar al Canarias, muy efectivo en ese tramo desde el arco (triples de Doornekamp y Kramer, que llegó al intermedio en 14 puntos) para firmar un 0-8 con el que el conjunto isleño alcanzó su máxima renta (36-42, 17').

Pero como en episodios anteriores, el cuadro lagunero no le pudo dar continuidad a su buen momento, y sin mostrarse del todo sólido en defensa, y produciendo a cuentagotas en ataque (una canasta y un libre en más de tres minutos y medio), vio como el encuentro llegó igualado al descanso tras una penetración de Adam Hanga (45-45).

El regreso canarista de vestuarios fue insultantemente blando. Atrás con síntomas de despiste colectivo y sin piernas ni agresividad en el 1x1; y delante sin apenas ideas. Con Hanga presionando de forma asfixiante a Huertas el cuadro lagunero dio con muy pocas situaciones claras de tiro, y cuando las dispuso (como un palmeo claro de Guerra) las desaprovechó.

Un triple sobre la bocina de 24 de Huertas para el 47-48 fue la ridícula producción ofensiva del Canarias durante mucho tiempo, ya que a los laguneros se les hizo de noche por completo en ataque, hilando varios errores en el tiro y cometiendo hasta cuatro pérdidas. Incapaz de frenar la electricidad de Dotson (nueve puntos en el cuarto) ni la presencia física de Pustovyi, La Laguna Tenerife encajó primero un parcial de 12-0 (61-50) que llegó a alargarse hasta un 18-2 después de varias acciones para olvidar de Guerra (65-50).

Pareció tocar fondo el Canarias con un tapón de Pustovyi sobre Fitipaldo antes de coger algo de aire con la canasta de Abroimaitis y la primera aportación ofensiva de Shermadini con un 2+1 (67-55). Tiraron incluso los isleños para el -9, pero casi de inmediato se vio con -17 tras el triple de Kraag y dos libres de Robertson (72-55).

Solo sendos aciertos desde el arco de Abromaitis y Kramer dejó al Canarias con algo de vida antes de afrontar los diez minutos finales (72-61). Situación estéril, porque entre un 0/3 desde el 6,75 en el inicio del cuarto acto, y el acierto de Dotson, autor de cinco puntos y una asistencia para el triple de Kraag, los laguneros se vieron 80-61.

Con su equipo totalmente desdibujado, Vidorreta trató de frenar la sangría con diferentes zonas (2-3 y 1-3-1, y más tarde caja y uno), pero entre que Dotson alargó su estado de gracia, una falta en ataque de Shermadini y un mate de Kraag la renta local se elevó a la veintena (87-67, 33').

Sin apenas posibilidades, tanto por la amplitud del marcador como por las sensaciones ofrecidas, el Canarias empezó a encontrar a Guerra y a Fitipaldo para colocarse a 11 (89-78). Dos libres de Robertson parecieron poner la sentencia (91-78 a 2'19'' del final), si bien sendos triples de Doornekamp y Fitipaldo abrieron una pequeña puerta a la esperanza (91-84 a 1'35'').

Defendió bien el Canarias, pero entre que no evitó la canasta de Dekker (93-84) y una pérdida en el siguiente ataque, todas sus opciones se terminaron de esfumarse. Esfuerzo estéril, ya con el contador de gasolina a cero, que lleva a los laguneros a su segunda derrota seguida con la que se alejan de los puestos altos de la tabla a la vez que ven como su paso al frente para acercarse a la Copa del Rey tendrá que esperar unas fechas más.